Periodistadigital América Home
3 segundos 3 segundos
Coronavirus Coronavirus La segunda dosis La segunda dosis Noticias Blogs Videos Temas Personajes Organismos Lugares Autores hemeroteca Enlaces Medios Más servicios Aviso legal Política de Privacidad Política de cookies
-

El Rey Ubú en versión de Declan Donnellan

'Ubu Roi', segunda y discutible entrega del ciclo 'Una mirada al mundo'

José Catalán Deus 27 Sep 2013 - 17:59 CET
Archivado en:

Si se tratara de elegir la obra que en su momento fuera más trasgresora, provocadora y absurda del teatro contemporáneo, sin duda es esta. Pero naturalmente, para la fecha de su estreno, 1896. Hoy resulta una aburrida fábula que ni los niños soportarían. Su crítica al ansia de poder, su remedo de Macbeth, su disparatado texto, su metáfora/moraleja, todo está periclitado. Seguramente Declan Donnellan tiene sus razones para meterse en la aventura -la conquista de públicos francófonos, por ejemplo- pero el Centro Dramático Nacional se podía haber ahorrado este año su venida. Un gran director dramático con una panoplia de recursos escénicos inagotables. Un reparto que sin duda suda la camiseta pero que a base de griterío y piruetas no nos impresiona. Un chiste para chistosos, horrores para reírse, una broma para pasar ese buen rato que busca el público más convencional en el teatro. Un esfuerzo de dos horas consumido en banalidad absoluta.

En 2007, Peter Brook invitó a Declan Donnellan y Nick Ormerod a formar un grupo de actores para representar Andromaque de Racine. Después del éxito de aquella producción, Cheek by Jowl quiso proseguir la colaboración con el mismo grupo de actores franceses en una nueva producción, y buscando, buscando, dieron con el Ubu Roi de Alfred Jarry. Se nos intenta convencer de que sigue siendo un deslumbrante desafío frente a los convencionalismos, como si arrancar ojos o tirarse pedos en escena fuera algo interesante. Nada más banal que ‘épater le bourgeois’ en tiempos en los que escandalizar (épater) es el pan nuestro de cada día en los medios de comunicación y los burgueses van disfrazados de rebeldes sin causa.

Declan Donnellan ha abandonado su habitual agudeza en esta producción, como si trabajar en francés le hubiera producido un acceso de levedad insalvable. Nick Ormerod ha escenografiado afectado por similar tedio. La estable, modélica y admirable pareja no se ha superado en este montaje. Los cambios de situación entre la pesadilla original y la cena exquisita, el uso descontextualizado de objetos cotidianos, algunos efectos especiales y el movimiento de los actores, son sus mejores activos. El abuso del vídeo casero, las petulancias actorales, los tonillos y griteríos y la confusión de personajes serían un pasivo en el balance del espectador exigente, del que no va al teatro a pasarlo bien sino a emocionarse, del que no se deja impresionar por la fama, del que es capaz de permanecer inmóvil en medio de una platea  aparentemente entusiasta,  y del que sabe hacer mutis por el foro cuando la situación lo requiere sin que le preocupen las miradas inquisidoras de la opresora mayoría.

Aunque lleven un siglo los franceses empeñados en que esta pieza es una maravilla, en realidad es una obra inmadura e intrascendente. Alfred Jarry tenía apenas quince años de edad cuando la escribió. Un portento de precocidad sin duda, pero al que el paso del tiempo ha limitado contundentemente. Su gran imaginación patentó la Patafísica, la ciencia de las soluciones imaginarias , y su inteligencia le llevó a comprender que el lenguaje no llega a representar la realidad sino que sustituye la realidad, y su ‘merdre’ es el artificio que deconstruye lo solemne en vulgar, lo respetable en repugnante. Pero Ubú es un personaje guiñolesco y en la obra no hay más que media docena de frases interesantes. Muchos ruido y pocas nueces en una absurda pesadilla.

Se nos olvidaba resumir de qué va la obra: el capitán de ejército polaco, ex Rey de Aragón y gran doctor en Patafísica, Ubú, instigado por su mujer, decide derrocar al Rey de Polonia Venceslao, con la ayuda del Capitán Bordura y su ejército, instalando una terrible tiranía. Broguelas, hijo del antiguo rey, logra escapar de la matanza de su familia, acudiendo al apoyo del zar de Rusia, quien le concede el control de un ejército para poder recuperar su corona. Mientras, Ubú rey sube los impuestos a cifras inconcebibles, castigando a pequeños y grandes comerciantes, haciendo constante uso corrupto de su poder, asesinando a jueces, banqueros y notables. 

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 7
Texto: 6
Adaptación: 7
Dirección: 7
Interpretación: 7
Escenografía: 6
Música: 7
Iluminación: 6
Vestuario: 6
Realización: 8
Producción: 8
Programa de mano: 6
Documentación a los medios: 6

Centro Dramático Nacional
‘Una mirada al mundo’
TEATRO MARÍA GUERRERO
Ubu Roi (Ubú rey), de Alfred Jarry
Dirección, Declan Donnellan

Equipo artístico
Escenografía Nick Ormerod
Director asociado Michelangelo Marchese
Directora asociada y movimiento Jane Gibson
Iluminación Pascal Noel
Compositor Davy Sladek
Música adicional Paddy Cunneen
Diseño de vídeo Benoit Simon/QuentinVigier
Vestuario Angie Burns
Ayudante de dirección Bertrand Lesca
Voz Valérie Bezançon

Producción Cheek by Jowl en coproducción con el Barbican de Londres, Les Gémeaux/Sceaux/Scène Nationale y La Comédie de Béthune-Centre Dramatique National du Nord-Pas-de-Calais.

Reparto (por orden alfabético)
Bordure Xavier Boiffier
Rei Venceslas Vincent de Bouard
Mère Ubu Camille Cayol
Père Ubu Christophe Grégoire
Reine Rosemonde Cécile Leterme
Bougrelas Sylvain Levitte

Duración: 1 hora y 50 minutos sin intermedio
Idioma: francés con sobretítulos en castellano
Jueves 26 a domingo 29 de septiembre de 2013
(Encuentro con el público día 27 antes de la función).

Más en Cine y Teatro

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

CONTRIBUYE

Mobile Version Powered by