(Jairo del Agua).- Alégrate por tus difuntos porque ya llegaron. Canta aleluyas y bendice al Padre que a todos nos espera.
Escucha el grito de tus muertos:
– ¡No me dediques «misas pagadas»! La Misericordia infinita no necesita presiones ni dinero.
– ¡Imita mis virtudes, evita mis errores, perdona el daño que pude hacerte!
– ¡Intenta que tus buenas elecciones te traigan derecho al regazo del Padre sin demasiados rodeos!
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