Adiós a Juanjo Tarancón: adiós a un hombre bueno

(Jesús Bastante).- Acaba de morir. En su casa, rodeado de los suyos. Quiso despedirse de todos aquellos que tuvimos la suerte de compartir confidencias, sueños y amistad. Y pudo hacerlo, dándonos un ejemplo de cómo afrontar la muerte, como parte de esa vida que siempre quiso compartir. Juanjo Tarancón, el sobrino del cardenal de la Transición, nos ha dejado.

Un hombre divertido, que gustaba del buen comer y la buena conversación. Que se dejaba la piel por sus amigos. Y que durante años acompañó a su tío, como chófer, secretario y custodio de muchos secretos que, como prometió, se ha llevado consigo.

Tuve la inmensa fortuna de compartir con él muchas horas hablando del cardenal Tarancón, de cómo la Iglesia supo ponerse al frente de la Transición a la democracia; del miedo que pasó cuando aquel atronador ‘Tarancón al paredón’; de cómo se enteró, escuchando la radio del coche, de su jubilación; del ominoso silencio de la Iglesia española a su legado; de la famosa carta de excomunión a Franco; de…

Juanjo ha muerto como vivió. Haciendo lo que creía que era lo correcto. Siendo fiel a los suyos, y con una sonrisa. Nos ha dejado el listón muy alto. Y, a mí, un compromiso: hacer realidad su sueño de que se conozca todo lo que su tío dejó escrito. Lo intentaremos. Descansa en paz, amigo. Y sigue cuidándonos, junto a tu tío, desde el cielo.