La Fiscalía pide 2,5 años de cárcel para Raúl Asencio por difundir un vídeo sexual

Sábado, 2 de agosto de 2025. El fútbol español amaneció hoy con un nuevo sobresalto judicial: Raúl Asencio, central del Real Madrid, se enfrenta a una petición fiscal de dos años y medio de cárcel por la difusión de un vídeo sexual en el que aparecen dos mujeres, una de ellas menor de edad.

La noticia, que ha sacudido tanto a la Casa Blanca como a los aficionados y al vestuario, pone en primer plano el debate sobre la responsabilidad de los futbolistas fuera del terreno de juego y la gestión legal y mediática de los clubes ante escándalos de este calibre.

Este escándalo, que trasciende lo deportivo y afecta directamente a la imagen institucional del Real Madrid, se remonta al 15 de junio de 2023, cuando varios excanteranos grabaron en un club de playa en Gran Canaria un encuentro sexual con tres chicas –de 16, 17 y 18 años– sin el consentimiento de las implicadas.

El vídeo acabó circulando entre varios móviles, hasta llegar a Asencio, quien lo habría mostrado a una tercera persona.

Aunque el central blanco no participó ni en la grabación ni en el acto sexual, la Fiscalía considera que fue plenamente consciente del carácter ilegal y vejatorio del material que compartió.

Dos delitos contra la intimidad y un club en vilo

La Fiscalía del Juzgado número 3 de San Bartolomé de Tirajana no ha titubeado: acusa a Asencio de dos delitos contra la intimidad, al haber difundido imágenes grabadas sin consentimiento. Además, le imputa un delito conexo de pornografía infantil, dada la presencia de una menor en el vídeo. La petición es clara: dos años y medio de prisión, multa diaria durante 24 meses y una indemnización de 10.000 euros para las víctimas.

Conviene recordar que la investigación ha dejado claro que Asencio no participó ni en el acto ni en la grabación inicial. Sin embargo, según el escrito fiscal, sí recibió el vídeo sabiendo que había sido tomado sin permiso –las afectadas pidieron expresamente su borrado– y lo mostró a otra persona, asumiendo así una conducta dolosa. La defensa del jugador insiste en su presunción de inocencia mientras no haya sentencia firme, aunque el instructor considera probada su participación indirecta.

En paralelo, otros tres futbolistas –Juan Rodríguez, Ferrán Ruiz y Andrés García– excompañeros ya fuera del Real Madrid, afrontan penas aún más severas: hasta cuatro años y diez meses por su implicación directa en la grabación y difusión del material. En su caso, se les acusa también por pornografía infantil al haber distribuido activamente las imágenes.

El impacto deportivo: incertidumbre y posibles sanciones

La situación pone contra las cuerdas tanto al jugador como al club. Asencio ha sido titular con regularidad esta temporada bajo las órdenes de Carlo Ancelotti, especialmente tras las lesiones sufridas por la zaga merengue. Pero este proceso penal podría costarle mucho más que partidos: desde sanciones internas hasta una posible rescisión contractual si finalmente resulta condenado.

El Real Madrid mantiene oficialmente un perfil bajo mientras dure el proceso judicial, aunque fuentes cercanas reconocen que cualquier resolución negativa afectaría a la imagen global del club y su política disciplinaria. En tiempos recientes se han endurecido los códigos éticos internos para evitar situaciones similares… aunque ya se sabe que “nadie es profeta en su vestuario”.

Antecedentes: fútbol español y delitos contra la intimidad

No es la primera vez que un futbolista se ve envuelto en procesos judiciales relacionados con delitos contra la intimidad o pornografía infantil. La ley española es clara: grabar o difundir contenido íntimo sin consentimiento puede acarrear penas severas (de uno a cinco años), agravándose si hay menores implicados. La jurisprudencia reciente ha endurecido el criterio ante casos similares para evitar sentencias disuasorias solo “de cara a la galería”.

En este caso concreto, los investigadores han tenido acceso a mensajes privados entre los acusados donde se hacen referencias despectivas hacia las víctimas y se confirma conocimiento pleno sobre la edad y voluntad de las mismas. Las pruebas extraídas de los móviles incautados han sido clave para sostener las imputaciones.

Pronóstico judicial: ¿prisión o absolución?

A día de hoy todo apunta a que habrá juicio oral antes del final del año. Las apuestas legales oscilan entre quienes creen que Asencio logrará evitar prisión efectiva –por falta de antecedentes penales y grado de participación– y quienes auguran una condena ejemplarizante para enviar un mensaje claro sobre los límites legales incluso para figuras públicas.

En cualquier caso, el proceso marcará tendencia sobre cómo se juzgan estos hechos cuando hay deportistas profesionales implicados. El entorno legal observa con lupa cada paso; tanto para calibrar las consecuencias como para valorar si existen diferencias entre “ciudadanos normales” y estrellas mediáticas.

Curiosidades sobre el caso Asencio y sus protagonistas

• El vídeo original nunca ha sido recuperado completamente; algunos archivos siguen desaparecidos pese a los esfuerzos policiales.
• El grupo de WhatsApp donde inicialmente se compartió el material llevaba el irónico nombre “Lo que Ferrán quiera”.
• La madre de una menor presentó denuncia apenas dos meses después del incidente; desde entonces no ha habido marcha atrás.
• Asencio sigue entrenando con normalidad… pero su futuro deportivo pende ahora más que nunca de una sentencia judicial.
• Este caso ha reabierto debates sobre formación ética obligatoria para canteranos en clubes profesionales.
• Los tres exjugadores implicados ya no militan en ningún club profesional tras conocerse los hechos.
• Se estima que casi el 70% de casos similares quedan archivados por falta de pruebas digitales completas; aquí el rastreo fue exhaustivo.
• Si Asencio resultara condenado podría perder automáticamente su ficha federativa según los nuevos estatutos internos del Real Madrid.

El desenlace sigue abierto… pero lo cierto es que ni fichajes millonarios ni goles decisivos logran tapar ya lo ocurrido fuera del campo cuando entra en juego la justicia.