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El inicio de la temporada deportiva 2025/2026 trae consigo una realidad incómoda para los aficionados españoles: seguir todas las grandes competiciones deportivas por televisión se ha convertido en un artículo de auténtico lujo.
A día de hoy, 21 de agosto de 2025, el precio anual para acceder a todo el catálogo supera ya con holgura los 2.000 euros, dejando claro que el deporte ya no es del pueblo, sino de quien puede permitirse una factura mensual que rebasa los 170 euros.
La fragmentación de los derechos audiovisuales y la proliferación de plataformas han disparado los costes.
Ya no basta con una suscripción: hay que sumar varias, cada una con sus propias exclusividades.
Para ver fútbol, baloncesto, motor, tenis y otras disciplinas, el aficionado medio debe recorrer un auténtico laberinto de operadores y paquetes, con precios que harían palidecer a cualquier cartera.
Fútbol: el deporte rey y el rey del gasto
El fútbol sigue siendo el principal motor de la industria audiovisual, pero también el mayor agujero negro para el bolsillo. Ver la temporada completa de LaLiga y la Champions League, por ejemplo, implica elegir entre Movistar y Orange, los dos grandes operadores que mantienen la exclusiva de los derechos.
- Orange ofrece el pack más barato de fibra y fútbol: 972 euros al año.
- Movistar, con su oferta convergente de fibra, móvil y televisión, eleva la factura hasta los 1.380 euros anuales como mínimo.
Por si fuera poco, la subida de tarifas es ya una tradición: en 2025, los precios han aumentado un 3% de media. Orange, ahora bajo el paraguas de Masorange, ha incrementado sus paquetes entre 2 y 6 euros al mes, mientras que Movistar ha subido 4 euros mensuales su paquete de fútbol, dejando la factura mensual en torno a los 115 euros para los clientes que quieran disfrutar de toda LaLiga y Champions. Un auténtico gol en propia puerta para los bolsillos españoles.
Baloncesto, motor y otros deportes: el coste de la dispersión
El baloncesto no se queda atrás en esta escalada de precios y atomización de plataformas. Para ver todos los partidos de la Liga Endesa (ACB) es imprescindible suscribirse a DAZN (9,99 euros/mes), mientras que la Euroliga sigue en exclusiva en Movistar Plus+, dentro del paquete Deportes Total (24 euros/mes, además de la tarifa base de televisión). Si el espectador quiere sumar la NBA, el desembolso sigue creciendo.
El resultado es demoledor: sumar fútbol, baloncesto y motor (con DAZN y otros servicios) lleva la factura mensual fácilmente por encima de los 170 euros, superando ampliamente los 2.000 euros anuales. Y todo ello sin contar con deportes “menores” que también exigen su propia suscripción.
La paradoja española: atomización y exclusividad
Mientras en otros países europeos gran parte del deporte se concentra en una o dos plataformas, en España la fragmentación es la norma. El aficionado debe suscribirse a diferentes operadores para acceder a todas las competiciones, lo que multiplica los costes y complica la experiencia de usuario. La nueva OTT de LaLiga, que retransmite la Primera Federación por 12,99 euros al mes, ilustra hasta qué punto la oferta se ha diversificado… y encarecido.
Tabla: Coste anual estimado para ver todas las grandes competiciones deportivas en 2025
| Competición/Deporte | Plataforma principal | Precio mensual aprox. | Precio anual aprox. |
|---|---|---|---|
| LaLiga + Champions (Movistar) | Movistar | 115 € | 1.380 € |
| Liga Endesa (ACB) | DAZN | 9,99 € | 120 € |
| Euroliga | Movistar Plus+ (Deportes) | 24 € | 288 € |
| NBA | DAZN/NBA League Pass | 19,99 € (mín.) | 240 € |
| MotoGP, F1, Premier League | DAZN | 18,99 € | 228 € |
| Otras suscripciones (OTT, etc.) | Varias | 20-30 € | 240-360 € |
| Total anual | +2.000 € |
Nota: Los precios varían según promociones y paquetes combinados, pero la suma supera los 2.000 euros anuales en la mayoría de los casos.
Un precio inasumible para la mayoría
En un contexto de salarios estancados y subida de precios en bienes básicos, el acceso al deporte televisado se convierte en un privilegio. La factura mensual supera con creces los 100 euros, una cifra difícilmente asumible para el ciudadano medio. La televisión deportiva se ha alejado de su función social y se ha instalado en la categoría de producto premium, reservado para quienes pueden pagarlo sin despeinarse.
Este fenómeno tiene consecuencias evidentes:
- Segmentación del público: solo quienes pueden permitirse varias suscripciones acceden a todo el deporte.
- Crecimiento de la piratería: muchos usuarios optan por alternativas ilegales ante la imposibilidad de pagar las tarifas oficiales.
- Desconexión social: el deporte, históricamente elemento de cohesión y conversación común, se atomiza y aleja de la mayoría.
El futuro: ¿hacia una burbuja insostenible?
La tendencia alcista de precios y la fragmentación de plataformas amenaza con explotar una burbuja difícil de sostener. Los operadores justifican los precios por el alto coste de los derechos televisivos, pero el modelo actual parece condenado a tensionar aún más la relación con los aficionados. Ni la llegada de nuevas OTT ni las campañas contra la piratería parecen capaces de revertir una tendencia que ha llevado al deporte televisado a ser un lujo más.
Curiosidades para amantes del deporte y los números
- En los años 90, ver el fútbol en España costaba menos de 10.000 pesetas al año (unos 60 euros actuales). Hoy, la cifra se ha multiplicado por más de 30.
- LaLiga+ ofrece por 12,99 euros al mes la Primera Federación, la tercera categoría nacional, mientras que para ver la Primera División la factura mínima es 7 veces superior.
- El presidente de LaLiga, Javier Tebas, defendió hace poco que “el fútbol no cuesta más de 30 euros al mes”. El problema, según los datos, es que solo para ver el fútbol, el usuario debe contratar también fibra, móvil y televisión, disparando el precio final.
- En Reino Unido, la Premier League se puede ver casi íntegramente en dos plataformas; en España, hasta seis operadores diferentes se reparten los derechos de las principales competiciones.
- La piratería ha crecido un 20% en el último año en España, según estimaciones de la industria, como respuesta al encarecimiento y la atomización de la oferta.
Al paso que vamos, quizá pronto haya que sortear abonos de televisión deportiva en las tómbolas de barrio. Porque, a este precio, solo queda soñar con ver todo el deporte… o resignarse al resumen de la jornada.
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