Luka Modric, inmortal: ¡No se retira de la selección de Croacia!

A sus casi 40 años, el croata no solo se mantiene en la élite del deporte, sino que lo hace con una calidad intacta que deja boquiabiertos a propios y extraños. La resiliencia de Modric no es solo física, sino también emocional; es un jugador que, a pesar de las decepciones y los reveses, se niega a colgar las botas y dejar atrás a su querida selección nacional.

Tras la Eurocopa 2024, donde Croacia quedó eliminada en la fase de grupos, muchos pensaron que sería el final del camino internacional para Modric. Los rumores sobre su retiro inundaron los medios, especialmente después de su respuesta críptica a la inevitable pregunta: “¿Es este tu último partido con Croacia?”. Pero Modric, como siempre, nos dejó esperando, demostrando que aún le queda gasolina en el tanque y que su pasión por el fútbol y por su país sigue siendo inquebrantable.

La reciente convocatoria de Modric para los partidos de la Liga de Naciones contra Portugal y Polonia es un claro indicio de que su despedida, si es que está cerca, será en sus propios términos y no porque las circunstancias lo obliguen.

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En un deporte donde la carrera de un jugador suele declinar antes de los 35 años, Modric sigue siendo un referente, no solo por su talento, sino por su inigualable compromiso. Representar a Croacia sigue siendo un honor que él no está dispuesto a abandonar fácilmente.

La historia de Modric no se puede entender sin su profundo vínculo con la camiseta cuadriculada de su selección. A lo largo de los años, ha sido testigo y protagonista de los momentos más gloriosos y devastadores del fútbol croata. Desde la final de la Copa del Mundo en 2018 hasta el reciente fracaso en la Eurocopa, su presencia en el campo ha sido un faro de esperanza para su equipo y su nación.

Ahora, con la Liga de Naciones en el horizonte, Modric tiene la oportunidad de sumar un trofeo internacional a su ya impresionante palmarés. Esta podría ser su última gran gesta con Croacia, un intento final de llevar a su equipo a la gloria y así cerrar con broche de oro su carrera internacional. Si logra hacerlo, no solo habrá asegurado su lugar como uno de los más grandes de todos los tiempos, sino que habrá dejado un legado imborrable en el fútbol mundial.

Luka Modric es, sin duda, una leyenda viva. Su decisión de seguir jugando a nivel internacional es un testimonio de su amor por el juego y su inquebrantable espíritu competitivo. Mientras tenga fuerzas, Modric continuará luchando por los colores de su país, recordándonos a todos que la grandeza no tiene fecha de caducidad. Y cuando finalmente decida decir adiós, lo hará como lo que es: un verdadero inmortal del fútbol.