Escriobe Lorenzo Bernaldo de Quirós que las eléctricas reclaman una subida de tarifas. Y añade que, desde algunos sectores de la opinión, se rechaza esa petición porque las compañías del sector van ha registrar unos fuertes beneficios en 2006. Para concluir que, a simple vista, esta posición resulta razonable:
¿Cómo pueden los eléctricos aspirar a que los consumidores paguen más cuándo están ganando tanto dinero?
Pues bien, si es sensata, razonable y lógica la demanda de las compañías eléctricas. La razón es muy clara: los costes de producir la electricidad han subido por encima de los precios regulados y no a causa de una mala gestión de las empresas, sino de una evolución de alcistas de los precios de las materias primas.
En apenas dos años, el barril de oro negro ha pasado de costar 25 dólares a 60 dólares. Esta situación es insostenible.
Desde un punto de vista económico, la congelación de las tarifas es una política errónea y, si no se elimina, pasará una elevada factura en el medio y en el largo plazo. Por un lado, al no reflejar el coste real de la electricidad, incentiva un excesivo consumo de ésta; por otro, la acumulación de déficit tarifarios limita la capacidad de las compañías de invertir en mejorar sus redes de distribución y en aumentar su capacidad de generación.
Al mismo tiempo, una parte sustancial de los beneficios de las empresas eléctricas proceden de sus activos fuera de España que permiten compensar algo la lamentable situación tarifaria interna.
Los precios de la electricidad en España han de ser fijados por las fuerzas de la oferta y de la demanda, no pueden imponerse por decreto.
La presente política en materia de precios eléctricos responde a la dinámica de un sector «sovietizado» no a la de un mercado abierto a la competencia. Un mercado competitivo no implica siempre precios más bajos, sino una mejor asignación de los recursos.
El sistema español de precios regulados debe terminar porque además, unas tarifas por debajo de lo que cuesta producir la energía, constituyen una barrera de entrada a nuevos competidores en el sector lo que reduce la competencia.
