En los últimos meses, un fenómeno ha comenzado a llamar la atención de analistas y observadores del mercado laboral en España: el notable incremento de ciudadanos chinos que optan por abandonar el país.
Aunque el saldo neto de la población china aún es positivo —es decir, siguen llegando más de los que se van—, la tendencia se ha invertido respecto a años anteriores y plantea interrogantes sobre la solidez del tejido económico nacional.
Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el primer trimestre de 2025 emigraron desde España unos 3.600 ciudadanos chinos, un dato que representa un crecimiento del 50% en comparación interanual.
Además, la salida trimestral muestra una escalada: de 1.500 emigraciones en el tercer trimestre de 2024, se pasó a 3.200 en el cuarto trimestre y a los citados 3.600 en los primeros tres meses de este año.
Este cambio de tendencia es interpretado por algunos expertos como un “indicador adelantado” de dificultades económicas y sociales que afectan especialmente a los pequeños empresarios y autónomos, colectivo mayoritario dentro de la comunidad china.
Detrás del éxodo: costes y transformación empresarial
Durante décadas, los empresarios chinos han sido sinónimo de dinamismo comercial, especialmente en sectores como el comercio minorista, la hostelería y los famosos bazares. Sin embargo, varios factores han ido minando la rentabilidad de estos negocios:
- Encarecimiento del alquiler y de los insumos
- Estancamiento salarial y menor poder adquisitivo de las familias españolas
- Competencia feroz derivada del auge del comercio online (AliExpress, Amazon, Temu, Shein)
- Trabas al comercio internacional y mayores costes logísticos
- Cambios en los hábitos de consumo hacia servicios digitales y experiencias
Las consecuencias han sido evidentes: cada vez más bazares tradicionales echan el cierre o se reinventan para adaptarse al nuevo entorno. El presidente de la Asociación China de Baleares lo resume así: “No existe un éxodo generalizado ni empresarial; lo que ocurre es una reinvención forzada por el contexto económico: inflación, impuestos crecientes y presión digital”.
A pesar del cierre visible de muchos bazares, los datos muestran que muchos empresarios chinos están migrando hacia otros sectores como logística, tecnología o inmobiliaria, buscando nuevas oportunidades.
¿Cuántos chinos viven hoy en España?
La comunidad china sigue siendo una de las más relevantes dentro del panorama migratorio español:
- Según datos oficiales recientes (enero 2025), hay cerca de 240.000 residentes chinos censados en España.
- La población extranjera total alcanza los 6,85 millones, con una presencia creciente aunque desacelerada respecto a años anteriores.
- Entre 2016 y 2020, el número de residentes chinos aumentó un 18%, pero entre 2020 y 2024 ese crecimiento apenas llegó al 5%.
| Año | Residentes chinos | Variación anual |
|---|---|---|
| 2016 | ~200.000 | +18% (cuatro años) |
| 2020 | ~236.000 | +5.4% (cuatro años) |
| 2025 | ~240.000 | +2% estimado |
Sectores económicos donde se asientan
Aunque tradicionalmente asociados al comercio minorista (bazares, tiendas multiprecio), la comunidad china ha diversificado su presencia económica en España:
- Hostelería: restaurantes especializados y cadenas familiares.
- Logística: importación/exportación y cadenas de suministro.
- Tecnología: pequeñas empresas TIC y distribución electrónica.
- Inmobiliario: gestión de locales comerciales y viviendas.
- Nuevas áreas: el sector de servicios digitales están ganando peso frente al modelo tradicional.
Esta diversificación responde tanto a la saturación del sector minorista como a una mayor profesionalización e integración social de las segundas generaciones.
Un indicador preocupante para la economía española
El éxodo —aunque todavía minoritario— tiene un valor simbólico importante. La comunidad china es reconocida por su capacidad para detectar cambios económicos antes que otros colectivos migrantes o incluso que muchos empresarios españoles. Como señala una conocida influencer china afincada en España: “Son expertos en analizar mercados; cuando perciben cambios negativos se anticipan con perspicacia”.
Las causas principales apuntadas por los propios protagonistas son:
- Deterioro progresivo de las condiciones económicas a nivel micro (coste de vida al alza frente a ingresos estancados)
- Mayor dificultad para emprender debido a trabas administrativas o regulatorias
- Un entorno menos favorable para quienes buscan prosperar mediante el autoempleo o pequeñas empresas
En términos macroeconómicos, mientras el PIB español sigue creciendo por encima del 2% anual gracias al consumo interno y la inversión extranjera —incluida la china—, muchos pequeños negocios familiares no logran trasladar ese crecimiento global a su día a día. El resultado es una sensación creciente de “fin de ciclo” para un modelo basado en el pequeño comercio físico.
Mirando al futuro: ¿un cambio definitivo?
El saldo neto sigue siendo positivo gracias a nuevas llegadas y nacimientos dentro de la comunidad, pero todo indica que las cifras podrían estancarse o incluso empezar a disminuir si no cambian las condiciones estructurales. La experiencia reciente muestra cómo comunidades migrantes actúan como termómetros económicos adelantados.
Las autoridades españolas siguen apostando por reforzar las relaciones económicas con China —que ya es el cuarto socio comercial y segundo proveedor del país— e incentivar la llegada no solo de inversión sino también de talento emprendedor asiático. Sin embargo, si las señales actuales se consolidan, España podría perder parte del dinamismo y diversidad empresarial aportados durante décadas por esta comunidad.
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