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Trabajar más y sobre todo, mejor.
En España, los datos del primer semestre de 2025 muestran un avance claro: los sueldos han subido de media un 3,8%, situando el salario medio en 2.290 euros brutos mensuales. Tras varios años complicados por la inflación, este incremento parecía, a priori, una buena noticia para millones de trabajadores. Sin embargo, al rascar un poco bajo la superficie, la realidad es más compleja: aunque los salarios crecen, el poder adquisitivo apenas mejora y muchos sienten que llegan igual o peor a fin de mes.
La explicación está en la relación entre los salarios y el coste de la vida. Si bien la inflación se ha moderado hasta el 2% durante este año, las subidas salariales solo han permitido una ligera recuperación del poder adquisitivo perdido en los años anteriores. El salario real —lo que de verdad se puede comprar con lo que se gana— apenas ha crecido un 1,1% interanual en el primer trimestre de 2025. Es decir, tras dos años (2021 y 2022) de fuerte deterioro por el alza de los precios y las subidas salariales insuficientes, ahora solo se recupera tímidamente parte del terreno perdido.
El papel central de la productividad
Aquí entra en juego el concepto clave: productividad. Para que los salarios suban por encima del coste de la vida y ese aumento se traslade a una mejora real en la calidad de vida, es imprescindible que la economía genere más valor por cada hora trabajada.
En 2025, la productividad laboral en España ha mejorado respecto a años anteriores. El último barómetro apunta a un aumento de 6,9 puntos hasta situarse en 56,3 puntos sobre 100. Aun así, seguimos lejos de los niveles medios europeos y este avance no ha sido suficiente para cambiar el panorama general. La cifra global oculta diferencias marcadas entre sectores: IT, alimentación y transporte destacan por su eficiencia; hostelería y administración pública siguen ancladas en niveles bajos.
Datos clave sobre productividad:
- El crecimiento interanual de la productividad total fue del 0,9% en el primer trimestre de 2025.
- Las grandes empresas (de 250 a 1.000 empleados) son más productivas (61,2 puntos) que las microempresas (49 puntos).
- El crecimiento del empleo y las horas trabajadas va más rápido que las mejoras en eficiencia: se trabaja más, pero no necesariamente mejor.
Subida del SMI y su impacto desigual
El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) también ha experimentado una subida relevante: un 4,4% para situarse en 1.381 euros mensuales (12 pagas), lo que convierte a España en el único país de la UE donde el SMI supera el 60% del salario medio. Este incremento busca compensar parte del deterioro sufrido por quienes menos ganan, pero también tiene efectos secundarios:
- Afecta especialmente a sectores con baja productividad y pequeñas empresas.
- Podría provocar una destrucción neta de entre 61.000 y 114.000 empleos entre 2025 y 2026.
- Los jóvenes y trabajadores con menor cualificación son quienes más dificultades encuentran para acceder o mantenerse en el mercado laboral.
Trabajar mejor: el reto pendiente
La solución no pasa solo por subir salarios o contener precios: hay que trabajar mejor. Según expertos consultados por distintos observatorios económicos nacionales:
- La digitalización, formación continua e innovación son imprescindibles para aumentar la productividad.
- Invertir en talento y mejorar el clima laboral reduce el absentismo y eleva la eficiencia.
- Apostar únicamente por recortar costes sin cuidar estos factores lleva a menor competitividad y más rotación laboral.
El debate sobre productividad no es solo económico; tiene una dimensión social importante. Si se consigue aumentar el valor generado por hora trabajada —no solo la cantidad— será posible repartir mejor los frutos del crecimiento económico entre empresas y trabajadores.
Desglose sectorial
No todos los sectores evolucionan igual:
| Sector | Productividad (2025) | Observaciones |
|---|---|---|
| IT / Audiovisual | Alta | Lideran gracias a digitalización e innovación |
| Alimentación / Transporte | Media-Alta | Mejora continua |
| Hostelería | Baja | Problemas estructurales persistentes |
| Administración Pública | Baja | Necesita reformas profundas |
Las grandes empresas muestran mejores resultados porque pueden invertir más en tecnología y formación. Las microempresas avanzan despacio por falta de recursos.
¿Qué puede cambiar?
Mejorar los sueldos reales pasa por aumentar la productividad. Las recetas pasan por:
- Apostar decididamente por digitalización e inteligencia artificial.
- Mejorar la formación y recualificación de trabajadores.
- Incentivar entornos laborales saludables para reducir ausencias.
- Reformar sectores rezagados con políticas públicas activas.
De fondo está también el reto demográfico: con menos jóvenes entrando al mercado laboral y una población envejecida, cada trabajador tendrá que aportar más valor para sostener las pensiones y servicios públicos.
Una brecha persistente
Aunque los datos recientes muestran avances tímidos, España sigue teniendo una brecha relevante con respecto a otras economías europeas tanto en productividad como en calidad salarial media. Los salarios suben —como marcan los acuerdos colectivos— pero mientras no aumente significativamente lo que produce cada trabajador o trabajadora por hora efectiva, esa mejora será limitada.
En definitiva: trabajamos más horas que antes para compensar lo perdido durante los peores años inflacionarios, pero aún no hemos conseguido trabajar “mejor” como país. Solo así será posible que las futuras subidas salariales vayan acompañadas de un aumento real del poder adquisitivo.
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