Asisto esta noche al concierto de villancicos en la Plaça del Rei de Barcelona a cargo del Orfeó Català. Mágico escenario. Temperatura agradable. Iluminación espléndida. Como estar en el casco viejo de Santiago de Compostela. Así me he sentido.
(Vítores a las canciones. Canción final: «El cant de la senyera». Resuenan espontáneamente gritos de «independencia»).