«If you don’t use it, you lose it».
Gran verdad la de este adagio inglés aplicable al aprendizaje de los idiomas. Pronto cumpliré mi cuarto mes de estudio del sueco y qué pronto he olvidado vocablos aprendidos hace apenas dos meses…
Hay que volver a la carga. Palabra por palabra. Trinchera por trinchera. Y memorizar esas puñeteras peculiaridades fonéticas y gráficas de las vocales que, una vez dominadas, convierten la hiel en miel. Repetir, repetir. Es lo que toca.