¿Cómo interpretar los silencios de un sueco?
Nadie habla en el autobús. Y si tú lo haces, te miran.
Es una cultura del silencio. Éste es uno de los mayores enigmas que ahora me ocupa. Es clave para entender el código sueco. Y se me antoja una tarea hercúlea descifrarlo. De ahí el atractivo del desafío.
La gestión de las diferencias culturales es un tema trascendental en un mundo tan globalizado e interrelacionado. Es además fuente inagotable de anécdotas. De condición humana pura y dura.
(Duro mes de mayo: llevo mi gorro y sol y nubes se alternan; esta ciudad en invierno debe de ser abracadabrante).