Esto es lo que hay

Miguel Ángel Violán

Obituarios de periodistas

Quizá porque me hago mayor y conservo buena memoria de las muchas cosas vividas en mis 40 años de profesión, me quedo estupefacto ante los obituarios que proliferan sobre personas conocidas, máxime si son del gremio periodístico, uno de los míos.

Hace unas semanas me sorprendía al ver el epíteto de «maestro de periodistas» para glosar a un difunto individuo acusado, en sus tiempos de redactor-jefe, de encargar colaboraciones a sus ex becarios, que luego no publicaba y revendía a terceros. No está mal.

Más recientemente turbaban mi mirada los halagos a un «magnífico profesional» de budeica trayectoria si debo atender al sentido obituario. Lástima que fuera yo testigo directo, hace más de 20 años, del singular obús periodístico que lanzó a la empresa de la que yo era responsable de comunicación: Círculo de Lectores. Fue un texto hipercrítico generado por una circunstancia oprobiosa: el informador no recibió su correspondiente libro de regalo en el acto de presentación ya que su nombre aparecía tachado de la lista por una razón prosaica: el fotógrafo de su rotativo se le había adelantado y le había birlado el volumen.
Intenté reparar el hecho y telefoneé al budeico colega. Respuesta:

-No te preocupes. No pasa nada.

Pasó y mucho en forma de artículo vitriólico al día siguiente que sacudió los cimientos de Círculo de Lectores y con onda expansiva que llegó a la central de la multinacional Bertelsmann en Gütersloh, Alemania.

¿Crítica implacable a la industria del libro de alto de consumo? No, algo mucho más trivial: un periodista herido en su ego porque no le habían dado su libro.

Todo ello me inocula un sano escepticismo ante las elegías que pululan en formato de obituario, máxime cuando hablan de periodistas y son escritas por periodistas. El hábito de fijar caprichosamente el relato sobre las cosas se extiende impúdicamente a hacer favores a los amigos o cuanto menos a sus deudos.

(Es así, no le demos más vueltas. Y además, no tiene remedio. Pero vale la pena reflejarlo a la atención de quienes quieran intentar conocer la verdad de las cosas. Un colectivo – me temo- menguante, en franca retirada, en los así llamados tiempos de la post-verdad).

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Miguel Ángel Violán

Miguel Ángel Violán, Barcelonés. Periodista y escritor. Formador de comunicadores con millares de ex alumnos repartidos por toda España y Latinoamérica. Es doctorando en oratoria y conferenciante.

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