Mi glosario sueco-español ha alcanzado las 6.500 palabras (en sueco, «ord»). Se me antoja un bagaje rico de recursos lingüísticos si bien quiero llegar a los 8.000 términos antes de que concluya el año.
Es un placer sumergirse por las páginas de innovación científica de las Universidades suecas y descubrir lo mucho que se investiga y descubre. Los términos suecos para ello ya me resultan asequibles y van desde la robótica a la medicina. Suecia es un país altamente innovador y conociendo los entresijos de su idioma es más fácil acceder al conocimiento de cuanto allí se cuece.
Está resultando una experiencia muy enriquecedora.