Más información
En vida, Harry Houdini supo capturar por todo el mundo la imaginación de boquiabiertas audiencias con su misteriosa habilidad para librarse de ataduras de todo tipo dando esquinazo a la muerte en situaciones límite.
Se trata de una fascinación que se traslada también a su inexplicado pero fatal desenlace en 1926.
Ocho décadas después de su fallecimiento, los descendientes del mago y escapista más legendario del siglo XX han solicitado interrumpir su sueño eterno para hacer frente al cúmulo de teorías conspirativas sobre su muerte, ocurrida como no podría ser de otra forma un día de Halloween y atribuida en su momento a una supuesta peritonitis vinculada a un puñetazo en el estómago durante una demostración de resistencia al dolor.
La creciente leyenda sobre la inopinada muerte de Houdini a los 52 años -hospitalizado de urgencia tras una última función en Detroit y enterrado en un neoyorquino cementerio de la zona de Queens- ha sido alimentada por múltiples factores.
Desde la falta de una autopsia hasta la supuesta utilización de un suero experimental para su tratamiento, pasando por múltiples hipótesis de asesinato. Sin olvidar la actual certeza médica de que no existen «apendicitis traumáticas».
George Arden, cuyo abuelo Theodore era hermano de Houdini, ha defendido la necesidad de exhumar el cadáver ante el cúmulo de sospechas y evidencias circunstanciales sobre un posible envenenamiento.
Aspecto, que pese al paso de tanto tiempo, podría ser investigado con modernos análisis toxicológicos. Con este supuesto empeño esclarecedor, este grupo ya ha contratado los servicios de un reputado abogado de Nueva York y la ayuda de varios especialistas en medicina forense.
Como la imaginación parapoliciaca no necesita esperar a resultados científicos, la lista de siniestros sospechosos aparece encabezada por una secta liderada por una médium de Boston llamada Mina «Margery» Crandon.
Entre los simpatizantes de este culto obsesionado con hablar con los habitantes del más allá figuraba el autor Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes.
Hacia el final de su vida, Harry Houdini se había dedicado a denunciar y poner en evidencia a los Espiritualistas liderados por la señora Crandon. Y de hecho, entre los peticionarios de su exhumación figuran descendientes de la famosa médium.
«Quizá la historia se haya equivocado en este caso y por eso necesitamos recurrir ahora a la ciencia», ha indicado Anna Thurlow, bisnieta de «Margery». A tenor de las historias que conserva su familia, los delirantes seguidores de su bisabuela podrían haber sido capaces de todo.
Más en Curiosidades
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home