'Noivas do Cordeiro' hace un llamamiento ante la escasez de maridos

¡Al tanto solterones! Cientos de bellas brasileñas buscan ‘corderos’ para poder cubrir todas sus necesidades

Los candidatos deben cumplir con un requisito esencial: son ellas las que mandan por encima de todo

¡Al tanto solterones! Cientos de bellas brasileñas buscan 'corderos' para poder cubrir todas sus necesidades
Mujeres de Noiva do Cordeiro Facebook

Viven tan felices a poco más de 100 kilómetros de Belho Horizonte, en el Estado brasileño de Minas Gerais. Son 600 mujeres de entre 20 y 35 años de edad que habitan el pueblo ‘Noiva do Cordeiro» (La novia del Cordero), y decenas de ellas piden desde Facebook maridos.

La pega, que la hay, es que para optar a casarse los candidatos deben someterse a un estricto gobierno femenino: mandan por encima de todo y cada día hay que dejar la villa para irse a trabajar fuera. Solo se pueden regresar para dormir…y lo que se tercie.

Estas féminas de armas tomar y hermosas donde las haya, se ocupan desde las tareas agrícolas, -sustento principal de la localidad-, pasando por el gobierno y también la religión que ha sido una de las determinantes de la conformación actual de su pequeña sociedad.

SE LAS RIFAN

Decenas de propuestas han llegado ya provenientes de América, África y Asia, por lo que no está de más ponerse las pilas si la oferta interesa.

El pueblo por supuesto que tiene hombres, pero la casi totalidad debe vivir fuera buscando el sustento y algunos tan solo regresan a casa los fines de semana.

Los jóvenes hasta los 18 años también se quedan en el ámbito agrícola local, pero a partir de la mayoría deben salir del pueblo a ganarse la vida.

El mayor problema se ha suscitado porque la mayoría de los hombres ya son consanguíneos y las mujeres buscan encontrar a quien las haga felices fuera del entorno familiar que ya tienen.

LA HISTORIA

La comunidad tiene una única e interesante historia. Fue fundada hace 120 años por Maria Senhorinha de Lima, una mujer expulsada de su comunidad y excomulgada de la iglesia católica por ‘adulterio’, después de que abandonara al marido con quién la habían obligado casarse.

Poco a poco otras mujeres se unieron para vivir con ella. No obstante, en 1940 un pastor evangélico, Anísio Pereira, se casó con una joven de la comunidad y llegó a ser la máxima autoridad en ella, imponiendo reglas muy estrictas, como la prohibición de cortarse el cabello, tomar alcohol o usar anticonceptivos.

Después de su muerte en 1995, las mujeres de la comunidad decidieron que jamás permitirían a un hombre que les dictara qué hacer y, además, rechazaron las normas religiosas «impuestas por hombres».

 

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