El mundo se ha hecho global y al final, por lejos que estés o mucho que disimules, casi todo se sabe. Y se ve, como le ha pasado al siempre alegre Kiko Rivera, pera disgusto de su mujer Irene Rosales.
Ella está aguantando el tipo e intentado alejar el fantasma de «la infidelidad». A Irene , cuentan sus íntimos, le ha sentado a cuerno quemado «el coqueteo» que tiene Rocío Marengo con su marido.
La presentadora y modelo ha publicado en su perfil de Instagram unos momentos «festivaleros», como ella dice, junto Kiko Rivera, atento a sus pasos frenéticos de baile en el programa La Mañana de la cadena Chilevisión.
La presentadora, que tiene 36 años y un afán loco de subirse de verdad al carrito del famoseo, asegura haberse quedado «encandilada» con el hijo de Isabel Pantoja, al que ha conocido en una entrevista en la televisión chilena.
«Me gusta su tema, lo escuché todo», comentaba durante la actuación del DJ en la televisión.

Al parecer, la química entre ambos estuvo presente en todo momento, especialmente en los ensayos.
Pero lo que ha alterado a Irene Rosales han sido estas palabras:
«Hoy por hoy no ha pasado nada, veremos qué pasa más adelante. Conmigo ha sido encantador y me parece divino».
Y la cena posterior. Tras el programa disfrutaron de una divertida velada. Rápidamente, los encantos del hijo de Isabel Pantoja eran halagados por la presentadora.
Rocío presumía de amigo, es una «amistad muy especial y festivalera».
A su regreso a casa, Kiko probablemente ha tenido que dar explicaciones.
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