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EL CANTANTE ESPAÑOL AMPLÍA SU IMPERIO INMOBILIARIO CON UNA NUEVA ADQUISICIÓN EN GALICIA

El inmenso patrimonio inmobiliario de Julio Iglesias: de Galicia a Miami, pasando por República Dominicana

El artista de 81 años acaba de adquirir una mansión en Piñor, Orense, sumando una nueva joya a su extensa cartera de propiedades de lujo repartidas por todo el mundo

Periodista Digital 07 Jun 2025 - 23:07 CET
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El nombre de Julio Iglesias vuelve a estar en boca de todos, pero esta vez no por un nuevo éxito musical sino por la última incorporación a su ya impresionante cartera inmobiliaria. El cantante español más internacional acaba de adquirir una mansión en Piñor, un pequeño pueblo gallego de apenas mil habitantes, regresando así a las raíces paternas en una etapa avanzada de su vida.

La noticia, desvelada inicialmente por el diario La Región, ha causado revuelo tanto en la pequeña localidad orensana como en los medios nacionales. No es para menos: el artista de 81 años, conocido por su exquisito gusto a la hora de elegir sus residencias, ha decidido invertir en España por primera vez en dos décadas, concretamente en la tierra natal de su padre, Julio Iglesias Puga, quien nació en Ourense en 1916.

La nueva joya gallega del imperio Iglesias

La propiedad adquirida por Iglesias y su esposa Miranda Rijnsburger no es una casa cualquiera. Se trata de una impresionante mansión de 1.340 metros cuadrados que anteriormente pertenecía al exalcalde de Orense, Manuel Cabezas. La residencia, conocida como Santa Lucía, destaca por sus lujosas instalaciones: un lago artificial, extensos jardines, una amplia piscina, ascensor interior y un garaje con capacidad para hasta veinte vehículos.

Según fuentes cercanas a la operación, la mansión ya está siendo acondicionada para sus nuevos propietarios. De hecho, Miranda Rijnsburger ha ordenado reformas en la piscina con un objetivo muy concreto: recortar parte de su profundidad y altura para que Julio pueda realizar ejercicios de rehabilitación para su espalda.

Lo que ha sorprendido a muchos es la elección de esta ubicación, alejada de los tradicionales enclaves de lujo españoles como Marbella, Madrid o Ibiza. Sin embargo, para Iglesias supone un regreso a sus raíces familiares, a un lugar donde pasó varios veranos durante su juventud junto a su familia.

La discreción ha sido la tónica dominante en esta operación inmobiliaria, como suele ocurrir en transacciones de alto valor. Tanto es así que aún se desconoce la cuantía exacta pagada por la propiedad. Lo que sí se sabe es que el cantante ya está negociando la compra de terrenos colindantes para hacer la finca «aún más inexpugnable», buscando la máxima privacidad.

Un imperio global valorado en millones

Esta nueva adquisición en Galicia viene a sumarse al impresionante patrimonio inmobiliario que Julio Iglesias ha ido construyendo a lo largo de su exitosa carrera de más de cinco décadas. Sus propiedades se extienden por algunos de los enclaves más exclusivos del planeta, convirtiéndolo en uno de los artistas españoles con mayor patrimonio según Forbes.

Entre sus residencias más destacadas se encuentra su mansión en Punta Cana, República Dominicana, un auténtico paraíso tropical construido por el propio Iglesias y su esposa en 1997, mientras esperaban a su primer hijo. La propiedad, ubicada en un terreno de 450 hectáreas, cuenta con siete habitaciones y ocho baños, y fue diseñada para ser prácticamente invisible tanto desde tierra como desde el mar.

La construcción de esta mansión dominicana, que tardó cuatro años en completarse, contó con la participación de más de 100 arquitectos y decoradores españoles, dominicanos y balineses. Los materiales utilizados son de primera calidad: caoba, bankirai (madera indonesia), pino de Oregón y coralina, creando una perfecta fusión entre lujo y naturaleza.

Otra de sus propiedades más emblemáticas es su residencia en Indian Creek, Miami, una exclusiva isla situada entre Miami Beach y Bal Harbour, donde vecinos como Ivanka Trump han pagado hasta 30 millones de dólares por una vivienda. La decoración de esta mansión fue encargada a los diseñadores españoles Jaime Parladé y Mario Connio, convirtiéndose en uno de los lugares predilectos del cantante.

En España, Iglesias también posee la finca Las Cuatro Lunas en Ojén, Málaga, adquirida en el año 2000 por 12 millones de euros. Esta propiedad de 450 hectáreas, a nombre de su esposa Miranda a través de las sociedades Androsemo S.L. y Bellevue Costa del Sol, cuenta con abundante vegetación, dos huertos, vistas al mar, una suite principal, dos terrazas, piscina, estudio de grabación, helipuerto y edificaciones adicionales para invitados. Fue precisamente en esta finca donde la pareja celebró su boda en 2010.

Más allá del ladrillo: un inversor diversificado

El patrimonio de Julio Iglesias no se limita únicamente a propiedades residenciales. A lo largo de los años, el cantante ha demostrado ser un hábil inversor, diversificando su fortuna en diferentes sectores. Entre sus inversiones más notables se encuentran varios negocios inmobiliarios en Punta Cana, campos de golf, una isla entera en las Bahamas, una cadena de restaurantes, una marca de bebidas espirituosas e incluso un avión privado valorado en 35 millones de euros.

Especialmente relevante es su participación en el aeropuerto de Punta Cana. Aunque en 2018 vendió parte de su participación en el Grupo Punta Cana, Iglesias mantiene un 5% del aeropuerto, por donde pasan más de la mitad de los vuelos de República Dominicana, según datos de la Junta de Aviación Civil recogidos por Forbes.

Esta diversificación de inversiones ha permitido que su patrimonio se mantenga estable incluso en tiempos de crisis económica global, como durante la pandemia. Su visión a largo plazo ha asegurado que sus inversiones le generen importantes ingresos pasivos, consolidando su posición como uno de los artistas españoles más ricos.

Un estilo de vida entre el lujo y la privacidad

Actualmente, Julio Iglesias reside «a caballo» entre sus propiedades en Miami, Bahamas, República Dominicana y España. Sin embargo, en los últimos años ha optado por mantener un perfil bajo, alejado de los focos mediáticos. De hecho, hace años que no se deja ver en público, lo que ha generado especulaciones sobre su estado de salud, especialmente tras la publicación de algunas fotografías en las que aparecía necesitando ayuda para caminar en una playa cercana a su residencia dominicana.

Su esposa Miranda y sus hijos han transformado las propiedades familiares en verdaderos refugios, combinando el lujo con un estilo de vida más cercano a la naturaleza. Especialmente en su hogar de Ojén, en la sierra malagueña y a solo diez kilómetros de Puerto Banús, donde Miranda y sus hijas Victoria y Cristina han creado un paraíso ecuestre, rodeadas de caballos y rutas para largos paseos al aire libre.

La compra de la mansión en Galicia ha generado especulaciones sobre un posible regreso definitivo de Iglesias a España. Sin embargo, algunos expertos como el presentador Alfonso Arús se muestran escépticos: «Me extrañaría que a los 80 y tantos años decidiera residir finalmente en España cuando tiene casas impresionantes como la de Las Bahamas, acostumbrado siempre al clima cálido y al sol».

Lo que está claro es que, con esta nueva adquisición, Julio Iglesias cumple uno de sus sueños: tener una casa en Galicia, la tierra de sus antepasados. Un lugar donde, alejado del bullicio de las grandes ciudades, podrá disfrutar de la tranquilidad que ofrece un pequeño pueblo de apenas 1.100 habitantes.

El legado inmobiliario de una estrella internacional

Con más de 300 millones de discos vendidos en todo el mundo y una carrera que abarca más de cinco décadas, Julio Iglesias ha sabido convertir su éxito musical en un impresionante patrimonio que algún día heredarán sus ocho hijos. Su olfato para los negocios y las inversiones inmobiliarias le ha permitido construir un imperio que trasciende fronteras, desde las cálidas playas del Caribe hasta las verdes colinas gallegas.

La reciente adquisición en Piñor no solo representa un regreso a sus raíces familiares, sino también una nueva pieza en el extenso rompecabezas inmobiliario que Iglesias ha ido construyendo a lo largo de su vida. Un patrimonio que refleja tanto su éxito profesional como su exquisito gusto por los espacios exclusivos y de calidad.

Mientras los vecinos de Piñor se acostumbran a la idea de tener como vecino a una estrella internacional, Julio Iglesias continúa ampliando su legado, demostrando que, incluso en esta etapa de su vida, sigue siendo un hombre con visión de futuro y un profundo aprecio por sus raíces.

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