Estrella Morente ilumina el Teatro Real con el espectáculo ‘Estrella a estrellas’

El bullicio previo al estreno de Estrella a estrellas en el Teatro Real de Madrid no era solo expectación por escuchar a una de las voces más influyentes del flamenco actual. Había algo más: la sensación de asistir a un acto de justicia poética, donde Estrella Morente pondría su arte al servicio del recuerdo y la reivindicación de las grandes mujeres que cambiaron la música.

El espectáculo, que se presentará oficialmente el 9 de octubre en la capital, se ha convertido ya en uno de los acontecimientos culturales más comentados del año.

Desde el primer minuto, Morente dejó claro que este homenaje iba mucho más allá del mero tributo musical. “Es mi obligación como música y como mujer”, confesaba en rueda de prensa. “Ellas atravesarán los siglos y yo me conformaré con que, donde quieran que estén, se sientan un poquito orgullosas de este trabajo”. La artista granadina subraya así la vocación ética y sentimental de un proyecto que le ha supuesto adentrarse “en los pies” de gigantes como Nina Simone, Chavela Vargas, Rocío Jurado, Rocío Dúrcal, Mina, Ella Fitzgerald o Édith Piaf.

Un viaje sonoro entre raíces y vanguardia

El repertorio de Estrella a estrellas es una travesía por clásicos universales. Temas como Bésame mucho, Ne me quitte pas, Se nos rompió el amor, Summertime o La gata bajo la lluvia suenan renovados en la voz de Morente, que logra imprimirles una emoción fresca sin perder el respeto al original. La clave está en la fusión: flamenco y jazz dialogan con naturalidad, gracias a arreglos arriesgados y sutiles que alternan armonías profundas, palos flamencos y destellos de blues.

El peso musical del espectáculo recae también sobre la OCO Band, dirigida por el legendario saxofonista Tim Ries —conocido por sus colaboraciones con los Rolling Stones—, y por el cantaor Antonio Carbonell, habituales ya en los proyectos más innovadores del nuevo flamenco. El resultado es una atmósfera íntima y sofisticada, donde cada canción se convierte en un microcosmos emocional.

Durante casi dos horas, Morente redimensiona esos clásicos para ofrecerlos como declaraciones de principios: “Tienen una fortaleza y una manera de expresión donde se ve la profundidad que ellas tienen. Meterme en sus pies ha sido muy enriquecedor y muy importante para mí”. El público responde con ovaciones tras cada tema, consciente del peso simbólico de cada interpretación.

Mujeres icónicas, historias arrolladoras

El motor de Estrella a estrellas es el reconocimiento al talento y al coraje de mujeres que rompieron moldes sociales y musicales. La propia Morente lo explicaba así: “Son mujeres muy castigadas socialmente por su raza o bien por su condición sexual. Supieron convertir toda la presión en música, magia e historias”. Para ella, homenajearlas es también contar otra historia del siglo XX y XXI: la resistencia femenina frente a los prejuicios.

Morente evita etiquetas fáciles. Cuando le preguntan si el espectáculo es feminista responde: “Hay que ir más allá… No hay que posicionarse en contra del hombre. Mi voz siempre está cerca de las mujeres más silenciadas, maniatadas y de las que tenían la boca cosida. Lo mío es el arte y lo defiendo con mi propia existencia”. Así, el show adquiere una dimensión universal: es un canto a todas las que abrieron caminos sin renunciar a su identidad.

De la memoria familiar al escenario global

La influencia del linaje Morente se palpa desde el telón inicial. En palabras de Estrella: “El flamenco es mi vida, pero haber tenido la oportunidad de acercarme a un género tan especial… Si el flamenco ha sido importante para mi padre y para todos nosotros, el jazz siempre ha estado presente”. No oculta tampoco su deuda con el Taller de Músics barcelonés ni con experiencias vividas desde niña junto a artistas míticos del jazz internacional.

Este mestizaje no es una moda ni una concesión comercial: “Más que fusión prefiero llamarla infusión”, dice Morente sobre su propuesta sonora. Y es cierto: nada chirría en las transiciones entre palos flamencos y standards jazzísticos; todo fluye como si ambos lenguajes hubieran estado siempre destinados a encontrarse.

Un espectáculo vivo, hacia el disco

Estrella a estrellas no se quedará solo sobre las tablas: tendrá reflejo discográfico este mismo otoño. El álbum —que verá la luz también en octubre— recogerá lo esencial del espectáculo e incluirá versiones cuidadas al detalle para trasladar al oyente esa atmósfera única vivida en directo.

Las expectativas son altas no solo entre los seguidores habituales del flamenco. La crítica coincide en señalar que este proyecto confirma a Estrella Morente como una artista total: valiente, innovadora y fiel a sus raíces. Al mismo tiempo, abre nuevas vías para entender cómo pueden dialogar las músicas populares cuando se les otorga espacio para respirar juntas sin prejuicios ni etiquetas forzadas.

El legado continúa

El compromiso personal e histórico atraviesa cada acorde del espectáculo. “Yo, Morente, tendría que arrancarme los brazos, la piel, la garganta para dejar de ser Morente”, reconocía Estrella ante los medios. Pero añade que —en esta ocasión— ha querido dejar brillar a otras estrellas: “Yo de estrella nada más que tengo el nombre; homenajeo a las verdaderas estrellas que han iluminado mi camino”.

A falta aún de su estreno oficial en Madrid —y con fechas previas ya convertidas en acontecimientos— Estrella a estrellas aspira a convertirse no solo en uno de los montajes musicales imprescindibles del año sino también en un punto de inflexión sobre cómo entendemos hoy el legado femenino en la cultura popular.

En un momento donde tantas voces reclaman memoria histórica e igualdad real desde todos los frentes culturales, propuestas como esta demuestran que reivindicar puede ser también celebrar: recordar con alegría lo mucho que debemos a quienes supieron cantar contra viento y marea… Y hacerlo bailando entre dos mundos musicales tan ricos como el flamenco y el jazz.