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INVESTIGACIÓN

Celia, la niña de Santander, dejó antes de morir una escalofriante nota a la Policía sobre acoso escolar

David Lozano 18 Dic 2019 - 10:39 CET
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Hallan el cuerpo de una niña en el mar, en la zona donde se buscaba a Celia Cavia, la menor cántabra desaparecida

Celia Cavia era una niña muy activa en su instituto, el José María Pereda de Santander.

Allí había llegado hacia tres años y estaba involucrada en distintas actividades extraescolares como Danza y Teatro, así lo recoge El Español.

En mayo de este año había estrenado, junto a todos sus compañeros, la obra La vuelta al mundo en 80 días.

En las fotos se la veía feliz, disfrutando del momento junto a sus amigos. Aun así, tercero de la ESO se le había complicado un poco. La niña había suspendido alguna asignatura, aunque nada fuera de lo normal para el grado de dificultad del curso.

El 12 de diciembre, Celia salió antes de su instituto. Anduvo casi una hora y se dirigió a la zona de acantilados de Mataleñas. Allí, en un parque, dejó la mochila y varios libros.

Dentro, una nota de despedida para sus padres. El cuerpo de Celia, de 14 años, ha sido encontrado por un barco pesquero que volvía a Santander, por la localidad de Santoña.

Llevaba cinco días a la deriva. Ahora, la Policía está investigando cómo -y por qué- se produjo la muerte de la joven. La principal hipótesis que barajan los agentes es el suicidio.

Celia Cavia no estaba pasando por su mejor momento. Aunque buena estudiante, la niña, de 14 años, no había conseguido superar algunas asignaturas. Algo que le había producido una gran frustración. Además, sus padres le habían retirado el móvil durante una temporada como castigo.

Sus amigos comentan que Celia estaba mal últimamente; había engordado unos kilos y algunos de sus compañeros de clase aprovechaban la ocasión para hacer comentarios al respecto. Paradójicamente, Celia había participado en el Programa Tei, que ayuda a la prevención de la violencia y el acoso escolar.

Fuentes de la investigación no descartan a Periodista Digital que en la nota de despedida hiciese especial mención a las burlas que estaba recibiendo. En cualquier caso la nota es “estremecedora”.

Aun así, Celia seguía dedicándose en cuerpo y alma a sus hobbies, como era la poesía, la danza y la interpretación.

El fatídico día de su desaparición Celia le comentó a sus compañeros de clase que se encontraba un poco indispuesta. Ante eso, le permitieron salir un poco antes de clase. A las 14:15 estaba saliendo por la puerta del IES José María Pereda, en el centro de Santander. Esa fue la última vez que se la vio con vida. Celia tomó el camino contrario a su casa y se dirigió a la zona de Mataleñas, a casi una hora andando.

El cuerpo, finalmente, fue en por el pesquero El Romu cuando volvía hacia Santander.

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