Los esquiadores, que disfrutaban de una jornada soleada en Canal Roya, vieron interrumpida su rutina al registrarse lo impensable: un telesilla se descolgó abruptamente, aparentemente debido a un fallo en el cable. El impacto y las escenas que siguieron desataron el pánico.
Evacuaciones y movilización urgente
Con rapidez, las pistas se llenaron de sirenas y ambulancias. El hospital de Jaca fue el primero en ser alertado de la llegada de heridos, mientras que en el complejo invernal se habilitó un teléfono de atención para familiares (976 715 980).
El Gobierno de Aragón activó todos los protocolos de emergencia: cuatro helicópteros, incluyendo los de Zaragoza, Teruel, la Guardia Civil y Navarra, se desplegaron para las evacuaciones aéreas. Desde el aire y por tierra, las unidades de rescate trabajaron incansablemente para trasladar a los heridos. Entre ellos, una mujer en estado crítico fue llevada en helicóptero al Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Hasta el momento, las cifras son alarmantes: al menos nueve personas en estado muy grave, otras ocho graves, y un número indeterminado de heridos que siguen siendo evacuados.
Un despliegue sanitario sin precedentes
Los hospitales de la región, especialmente los de Jaca, Huesca, Miguel Servet, Clínico Universitario, Royo Villanova y Barbastro, han activado planes especiales de emergencia. Equipos médicos adicionales y psicólogos han sido enviados para atender tanto a las víctimas como a sus familias, que permanecen en estado de angustia.
«Tenemos todos los recursos disponibles sobre el terreno», informaron fuentes oficiales, detallando que además de los helicópteros, se movilizaron 10 ambulancias del 061 y cinco unidades de soporte vital básico de Navarra.
Presencia institucional en el lugar de la tragedia
En una coincidencia impactante, el presidente de Aragón, Jorge Azcón, y el consejero de Hacienda, Roberto Bermúdez de Castro, se encontraban esquiando en la cercana estación de Formigal. Al conocer el accidente, ambos se trasladaron inmediatamente a Astún para seguir de cerca las labores de rescate.
A medida que avanzaba el día, los rescatistas seguían trabajando contrarreloj para atender a quienes aún permanecían suspendidos en los cables.
Las causas exactas del accidente aún son inciertas. Lo que está claro es que este trágico episodio ha dejado una profunda huella en la comunidad de esquiadores y en todo el Pirineo aragonés. La estación de Astún permanece cerrada mientras se investigan las razones detrás de este suceso que, por su magnitud, será recordado como uno de los más graves en la historia reciente de las estaciones de esquí españolas.
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