El crimen en la era Sánchez: menos delitos totales en la estadística oficial, pero muchos más asesinatos, secuestros y violaciones

Durante los siete años del mandato de Pedro Sánchez, las estadísticas oficiales muestran una paradoja inquietante: mientras los delitos totales han disminuido ligeramente —un 2% menos desde 2017—, los delitos violentos y de mayor gravedad se han disparado.

Sobre todo violaciones y homicidios.

Este contraste entre los datos generales y la realidad percibida en la calle ha provocado un intenso debate político y social, especialmente tras incidentes recientes en lugares como Torre Pacheco o Sabadell, donde la sensación de inseguridad ha crecido entre la población.

El Ministerio del Interior presume de una bajada sostenida en las infracciones penales, con un descenso desde las 2.045.785 en 2017 a 1.990.575 en 2024.

Sin embargo, este balance positivo se debe principalmente a la caída de delitos menores como hurtos, robos en viviendas o sustracción de vehículos. Por el contrario, las categorías más lesivas —homicidios, tentativas de asesinato, secuestros y delitos sexuales— presentan incrementos preocupantes que ensombrecen el optimismo oficial.

Aumentan los asesinatos, tentativas y delitos sexuales

Analizando los registros policiales de municipios grandes, los homicidios consumados han crecido un 13,4% entre 2017 y 2024 (de 307 a 348 casos). Más alarmante aún es el aumento del 68% en tentativas de asesinato (de 799 a 1.343) y del 62,8% en lesiones graves y riñas tumultuarias (de 18.086 a 29.432). El delito de secuestro ha subido un 52%, con especial protagonismo de detenidos extranjeros en esta tipología (60% en 2024).

El repunte más notorio afecta a los delitos sexuales: las agresiones sexuales con penetración han pasado de 1.387 a 5.206 casos en siete años (+275%), mientras que el resto de delitos contra la libertad sexual han aumentado un 54,8%. La explicación apunta a una mayor concienciación social y disposición a denunciar, pero también a una escalada real de la violencia sexual.

Claves estadísticas recientes

• Homicidios dolosos y asesinatos consumados: -11,6% en el primer trimestre de 2025 respecto al año anterior.
• Tentativas de asesinato: +20% en ese mismo periodo.
• Delitos contra el patrimonio (robos, hurtos): -5,3%.
• Delitos contra la libertad sexual: +3,8%.
• Agresiones sexuales con penetración: +7,6%.
• Cibercriminalidad: -1,2%.

Delincuencia e inmigración ilegal: debate abierto

Uno de los focos del debate mediático reside en la supuesta relación entre delincuencia e inmigración ilegal. Mientras partidos como Vox y algunos sindicatos policiales sostienen que la llegada masiva de inmigrantes irregulares está detrás del aumento de ciertos delitos violentos —apuntando a un homicidio diario durante el presente año y un incremento del crimen organizado—, otros datos oficiales rebaten esa visión.

Según el Ministerio del Interior y expertos citados por El País y eldiario.es, España tiene hoy el doble de residentes extranjeros que hace dos décadas, pero la tasa global de criminalidad convencional ha bajado siete puntos desde 2011 (de 47,6 a 40,6 infracciones por mil habitantes), lo que sitúa al país entre los más seguros del mundo occidental. La mayoría de estudios apunta a que no existe una relación directa ni significativa entre inmigración y criminalidad global.

No obstante, ciertos delitos concretos sí presentan una sobrerrepresentación de detenidos extranjeros; por ejemplo, el 60% de los arrestados por secuestro eran extranjeros en 2024. Este dato alimenta discursos políticos que abogan por endurecer políticas migratorias y critican la escasa ejecución de órdenes de expulsión vigentes.

La población extranjera ha crecido en 2,5 millones en los últimos cinco años, alcanzando un total de 9.498.002 personas, según la última actualización del Instituto Nacional de Estadística (INE) –correspondiente al 1 de abril de 2025–, una cifra que representa algo menos del 13% del total de la población en España.

El INE, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a través de la Secretaría de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, certifica lo siguiente:

«La mayor parte de los condenados en 2023 tenía nacionalidad española (72,3%). No obstante, atendiendo a la tasa por cada 1.000 habitantes de 18 y más años, la de los de nacionalidad extranjera (14,6) fue superior en 2,5 veces a la de los de nacionalidad española (5,8)».

Es decir, aunque en términos absolutos los españoles cometen más delitos, en términos proporcionales la población extranjera registra una tasa de condenas significativamente más alta.

Contexto social y político: percepción vs realidad

La brecha entre estadísticas oficiales y percepción ciudadana sigue aumentando. Numerosos ciudadanos asocian el auge reciente de sucesos violentos —a menudo amplificados por redes sociales o informaciones locales— con un deterioro generalizado de la seguridad pública. Esta percepción se ve reforzada por declaraciones políticas cruzadas; mientras el Gobierno apela al descenso global delictivo para defender su gestión, sindicatos policiales como Jupol denuncian un “aumento alarmante” sostenido en delitos graves desde 2017.

El propio Ejecutivo ha reaccionado recientemente aprobando una nueva Estrategia Nacional contra el Crimen Organizado para reforzar herramientas policiales y judiciales frente al repunte delictivo más lesivo. Sin embargo, sigue habiendo críticas sobre la falta real de medidas para atajar tanto la inmigración irregular como el crimen organizado derivado.

Perfil político: Pedro Sánchez ante el reto criminal

Pedro Sánchez, presidente desde junio de 2018, ha hecho bandera durante su mandato del discurso institucional sobre la seguridad ciudadana basada en datos estadísticos agregados. Su Gobierno insiste en la modernización policial y judicial como vía para mantener “una España segura”. No obstante, voces críticas tanto dentro como fuera del ámbito policial le acusan de minimizar riesgos reales vinculados al auge del crimen violento.

Anécdotas y curiosidades sobre Sánchez y su gestión:

• Promovió tras varias oleadas mediáticas una “Estrategia contra el Crimen Organizado” específica para responder al clima social creciente.
• Ha sido protagonista frecuente en debates parlamentarios sobre inmigración irregular tras sucesos violentos puntuales.
• En sus comparecencias públicas suele citar descensos globales sin detallar los aumentos sectoriales más preocupantes.
• Ha mantenido tensiones con sindicatos policiales como Jupol por sus críticas sobre la gestión realista del fenómeno criminal.

Puntos clave para entender el fenómeno

• Bajada generalizada delictiva impulsada por menos robos/hurtos.
• Incremento sostenido desde hace siete años en homicidios tentados/consumados, secuestros y delitos sexuales.
• Debate social intenso sobre inmigración ilegal como factor agravante.
• Discrepancia creciente entre datos oficiales y percepción pública.
• Refuerzo reciente desde Moncloa con nuevas estrategias nacionales específicas.

En definitiva, España vive bajo el Gobierno socialista una situación ambivalente: menos delitos totales según las cifras oficiales pero más crímenes violentos que preocupan tanto a ciudadanos como a fuerzas policiales. La gestión política oscila entre destacar lo positivo e intentar atajar lo preocupante sin terminar con las dudas sociales sobre el rumbo real que toma la seguridad ciudadana.