Antisemitismo en Valencia: expulsados de forma brutal de un avión de Vueling 52 adolescentes judíos y su monitora

Inaudito y vergonzoso.

La jornada del 23 de julio se vio sacudida en Valencia por un incidente que ha generado una oleada de indignación tanto a nivel nacional como internacional.

Un grupo compuesto por 52 adolescentes judíos franceses y su monitora, directora del campamento de verano Kinneret, fue expulsado de un avión de la compañía Vueling en el aeropuerto de Manises.

La intervención, que incluyó actuaciones violentas por parte de la Guardia Civil, ha sido calificada de “antisemita” por autoridades israelíes y ha puesto bajo el foco la gestión española de la diversidad religiosa y étnica.

El episodio comenzó cuando los jóvenes, con edades comprendidas entre 10 y 15 años, entonaban canciones hebreas antes del despegue.

La tripulación les exigió silencio, lo que derivó en una escalada que culminó con la llegada policial, desalojos forzosos y la detención, esposamiento y maltrato físico a la monitora responsable del grupo.

Denuncias públicas y reacción política inmediata

La repercusión fue inmediata. El ministro israelí para la Diáspora, Amichi Chikli, denunció públicamente lo sucedido a través de redes sociales, acusando a Vueling y a las fuerzas policiales españolas de incurrir en comportamientos antisemitas.

Chikli recalcó: “La mujer que fue arrestada y golpeada es la directora del campamento Kinneret. Los niños fueron obligados a bajar del avión después de que la tripulación afirmara que Israel es un estado terrorista”.

Estas declaraciones han avivado el debate sobre el repunte del antisemitismo en Europa y las relaciones bilaterales entre España e Israel.

El propio ministro compartió imágenes del incidente y criticó duramente no solo a la aerolínea sino también al contexto político español, recordando incidentes anteriores donde ya había acusado a miembros del gobierno español, especialmente al presidente Pedro Sánchez, de mantener posturas hostiles hacia Israel.

Claves del incidente: contexto social y legal

El suceso ha puesto sobre la mesa cuestiones clave:

• Discriminación religiosa: La comunidad judía denuncia un trato diferencial motivado únicamente por el origen y creencias religiosas del grupo.
• Uso desproporcionado de la fuerza: Los relatos hablan de golpes, esposamientos y una intervención policial calificada como excesiva.
• Reacción institucional: Hasta el momento no consta una explicación detallada ni por parte de Vueling ni del Ministerio del Interior español sobre los motivos concretos para el desalojo masivo.

Desde el entorno cercano a los afectados se insiste en que “los chicos solo cantaban canciones hebreas” y que en ningún momento hubo altercados previos al conflicto con la tripulación. La madre de uno de los menores ha declarado que “una joven fue esposada simplemente porque un niño cantó en hebreo”, subrayando el componente discriminatorio percibido.

Perspectiva internacional y consecuencias diplomáticas

El caso ha trascendido rápidamente las fronteras españolas. Instituciones judías europeas han emitido comunicados expresando preocupación por lo ocurrido. El propio Chikli ha vinculado este suceso con una supuesta campaña internacional para desacreditar a Israel y fomentar el antisemitismo, mencionando medios como Al Jazeera o Haaretz como parte del eco mediático global.

A nivel diplomático, las relaciones entre España e Israel atraviesan uno de sus momentos más tensos tras el reconocimiento español del Estado Palestino en mayo. Chikli ya había tildado anteriormente a Sánchez de “antisemita” por animar ese reconocimiento poco después de los atentados del 7-O, alegando: “Creo que llamar a establecer un estado palestino justo después del 7-O es un premio al terrorismo”. Esta tensión se ve ahora agravada por episodios como el vivido en Valencia.

Antisemitismo, política española e impacto social

El debate sobre el antisemitismo en España no es nuevo, pero este caso lo coloca en primer plano mediático. Sectores políticos israelíes han acusado reiteradamente al Gobierno español —especialmente al sector socialista— de ser “pro-palestino” o incluso abiertamente hostil hacia Israel. Al mismo tiempo, desde círculos progresistas españoles se niega cualquier atisbo institucionalizado de antisemitismo, interpretando estas acusaciones como intentos de desviar la atención sobre políticas exteriores controvertidas.

En redes sociales, numerosas voces han denunciado lo sucedido bajo etiquetas como #AntisemitismoEnEspaña o #VuelingDiscrimina. Por otro lado, simpatizantes del gobierno han recordado que España fue uno de los países europeos más votados por ciudadanos israelíes durante eventos recientes como Eurovisión, lo que —según algunos— matiza las acusaciones generalizadas contra la sociedad española.

Testimonios directos e impacto psicológico

Los testimonios recogidos muestran impacto emocional entre los adolescentes afectados. Para muchos era su primer viaje fuera de Francia; tras lo ocurrido permanecen aún varados en Valencia pendientes de poder regresar a su país. La monitora, según denuncias oficiales israelíes, habría requerido asistencia médica tras su detención.

La comunidad judía local ha organizado acompañamiento psicológico para los menores afectados mientras organizaciones internacionales exigen aclaraciones oficiales sobre los hechos y garantías para evitar futuras discriminaciones similares.

Balance provisional y exigencias inmediatas

Mientras sigue sin conocerse una versión oficial detallada por parte ni de Vueling ni del Ministerio español correspondiente, los afectados exigen:

• Disculpas públicas tanto por parte de la aerolínea como del Estado español.
• Explicaciones claras sobre los motivos reales del desalojo.
• Compromisos firmes para garantizar que ningún grupo sea discriminado por motivos religiosos o étnicos.

A día siguiente del incidente, el caso sigue siendo objeto principal de debate tanto en medios españoles como internacionales. El episodio pone sobre la mesa preguntas incómodas sobre convivencia, tolerancia religiosa y gestión institucional ante situaciones delicadas —y deja abiertas muchas incógnitas sobre cómo responderán autoridades españolas ante esta crisis diplomática incipiente.