Presta atención a esto, porque las mafias georgianas tienen un nuevo ‘truco’ y te pueden robar la casa este verano

Las vacaciones estivales no solo llenan las playas, también vacían los hogares y multiplican el riesgo de robos.

En los últimos meses, toda España en general y algunas regiones costeras en particular,  se ha convertido en el escenario de un fenómeno criminal tan sofisticado como inquietante: la irrupción de mafias georgianas que utilizan un método inédito para abrir cerraduras y acceder a viviendas sin dejar apenas rastro.

El foco policial está ahora en estos grupos organizados que viajan expresamente a España con el objetivo de aprovechar la ausencia de propietarios durante las vacaciones.

El inspector jefe de la Sección de Delincuencia Itinerante de la Policía Nacional, Álvaro Álvarez, lo define sin rodeos: “El ritmo de las investigaciones es frenético porque nuestro objetivo es frenar a las mafias, principalmente llegadas de Europa del Este, que vienen a hacer su particular agosto”.

La criminalidad evoluciona y estos ladrones se adaptan: actúan rápido, sin violencia física y con técnicas cada vez más profesionales.

Un método nunca visto: ácido nítrico contra las cerraduras

La última alarma saltó cuando los agentes detectaron varios casos donde los dueños encontraban un pequeño charco extraño junto a la puerta y la cerradura completamente inutilizada al volver de vacaciones. El análisis forense desveló la clave: los autores habían utilizado ácido nítrico, una sustancia corrosiva capaz de inutilizar el mecanismo interno —los llamados “tetones”— que asegura el cierre. Así, podían abrir puertas blindadas o acorazadas sin necesidad de ejercer fuerza, lo que dificultaba tanto la detección como la investigación posterior.

No es el primer “modus operandi” sofisticado que emplean las mafias georgianas. En años anteriores ya se les había atribuido el uso del bumping (golpeo controlado para manipular bombines) y otras técnicas avanzadas, pero hasta ahora no se había documentado el empleo sistemático de productos químicos para neutralizar cerraduras en viviendas particulares. Esta innovación criminal ha obligado a actualizar los protocolos policiales y alertar a toda la ciudadanía.

Perfil del delincuente: discreción, movilidad y profesionalización

Los integrantes de estas bandas suelen llegar desde Europa del Este en pequeños grupos itinerantes, cambiando frecuentemente de ciudad y alojamiento para dificultar su localización. Son discretos, evitan levantar sospechas y prefieren actuar en barrios residenciales con baja densidad policial. Se especializan en delitos patrimoniales —robos en casas, hurtos de relojes o carteras— siempre sin violencia ni intimidación directa.

En algunos casos, cuentan con “conseguidores” locales que les facilitan alquileres temporales, vehículos y documentación falsa, lo que complica aún más su rastreo por parte de las fuerzas de seguridad. Su preparación técnica les permite vulnerar cerraduras complejas en cuestión de minutos.

Impacto social: miedo, impotencia y sensación de vulnerabilidad

Para muchas familias afectadas, el regreso al hogar tras las vacaciones se convierte en una pesadilla: daños materiales, pérdida de objetos personales y una profunda sensación de inseguridad. Las comunidades vecinales han reaccionado reforzando medidas colectivas y colaborando más estrechamente con la policía.

Las cifras oficiales apuntan a un incremento estacional significativo en los robos en viviendas durante julio y agosto. La Fiscalía reconoce que estas bandas itinerantes no solo operan en grandes ciudades; también actúan en localidades medianas e incluso zonas rurales aprovechando eventos masivos o fiestas patronales.

10 consejos clave para proteger tu casa este verano

La amenaza es real pero existen medidas sencillas y eficaces para reducir riesgos. Aquí van diez recomendaciones prácticas:

• Instala bombines antibumping y sistemas antitaladro en todas las puertas.
• Refuerza puertas principales y secundarias con cerrojos adicionales.
• No publiques fechas ni destinos vacacionales en redes sociales.
• Solicita a vecinos o familiares que recojan el correo regularmente.
• Utiliza temporizadores para encender luces o dispositivos electrónicos a intervalos.
• Contrata una alarma conectada a central receptora o cámaras con aviso al móvil.
• Revisa periódicamente cerraduras exteriores por si detectas sustancias extrañas o marcas inusuales.
• Evita dejar objetos valiosos o dinero a la vista desde ventanas.
• Informa a la policía si observas movimientos sospechosos o presencia continuada de desconocidos.
• Participa activamente en grupos vecinales o chats comunitarios para compartir alertas.

Estas pautas reducen considerablemente las posibilidades de ser objetivo fácil para bandas organizadas como las mafias georgianas.

Anécdotas y curiosidades sobre las mafias georgianas

• Algunas investigaciones han constatado que los miembros llegan a España con instrucciones precisas y un listado previo de urbanizaciones “rentables”.
• Es habitual que los delincuentes utilicen vehículos alquilados con documentación falsa para desplazarse entre ciudades cada pocos días.
• En ocasiones dejan pequeñas señales (como pegatinas diminutas o hilos casi invisibles) cerca del portal para saber si una vivienda está vacía varios días seguidos.
• La colaboración entre fuerzas policiales españolas e internacionales ha sido clave para identificar patrones comunes y detener a varios integrantes este verano.
• Los agentes han llegado a grabar “in fraganti” cómo abrían una cerradura reforzada en menos de 40 segundos usando herramientas mínimas.
• Tras cada golpe suelen enviar parte del botín directamente fuera del país mediante intermediarios especializados.

Un reto constante para la seguridad ciudadana

Este verano está siendo especialmente intenso para las unidades especializadas contra el crimen itinerante. La lucha contra las mafias georgianas exige adaptarse rápidamente a nuevas técnicas y anticiparse a sus movimientos. La prevención es clave: tanto desde la responsabilidad individual como desde la colaboración ciudadana e institucional.

Los expertos insisten: no existe protección absoluta, pero sí se puede dificultar mucho el trabajo a quienes hacen del robo su modo de vida. La vigilancia activa —y ciertos hábitos sencillos— marcan la diferencia entre ser víctima o no ante estas nuevas amenazas globalizadas.