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UN AÑO DESPUÉS DE LA TRAGEDIA Y EN EL RÍO TURIA

Hallan momificado bajo el lodo el cadáver de Javier, uno de los últimos desaparecidos de la gota fría de Valencia

Desapareció junto a su hija Susana, una joven de 30 años con síndrome de Down

Periodista Digital 22 Oct 2025 - 14:35 CET
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El descubrimiento tuvo lugar en la tarde del martes, casi un año después de la devastadora gota fría que barrió la Comunidad Valenciana y dejó tras de sí 229 fallecidos.

Operarios de la empresa pública Tragsa realizaban tareas de limpieza y desescombro en el cauce del río Turia, a la altura del polígono La Cova en Manises, cuando un operario con una excavadora detectó lo que parecía un cuerpo humano. De inmediato, el maquinista detuvo los trabajos y alertó a la Guardia Civil, que coordinó el operativo a través de su Equipo de Policía Judicial.

El forense de guardia ordenó el levantamiento y traslado del cadáver al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde se llevará a cabo la autopsia y las pruebas genéticas necesarias para confirmar su identidad.

Todo indica que se trata de José Javier Vicent Fas, un vecino de Pedralba de 56 años, quien es uno de los tres desaparecidos cuyo rastro se perdió durante la riada del 29 de octubre de 2024.

Javier desapareció junto a su hija Susana, una joven de 30 años con síndrome de Down, cuando una repentina tromba de agua sorprendió a ambos en una casa rural junto al Turia. Dos días después, el cuerpo sin vida de Susana fue hallado en la playa del Mareny Blau (Sueca), a más de 80 kilómetros del lugar donde desaparecieron.

Sin embargo, el cuerpo de Javier permaneció oculto bajo el lodo del río durante casi un año, momificado por las condiciones del terreno y la falta de oxígeno, lo que explica su sorprendente estado.

La desaparición tanto de Javier como su hija forma parte del drama más desgarrador dejado por la gota fría: familias destrozadas, pueblos devastados y una búsqueda incansable por parte de las autoridades. Desde el primer momento, cuerpos como la Guardia Civil y la Unidad Militar de Emergencias (UME) mantuvieron activas las labores para encontrar a los desaparecidos. Se exploraron más de 500 kilómetros cuadrados, desde el barranco Cuchillas en Pedralba hasta la desembocadura del Turia. Incluso se utilizó un buque naval para buscar restos en el mar. A pesar del esfuerzo conjunto, solo ahora ha aparecido el cuerpo de Javier, casi por casualidad durante unas labores rutinarias.

Aunque la Justicia ya había declarado oficialmente fallecido a Javier el pasado 25 de marzo, este hallazgo permite aportar algo más que respuestas a su familia y comunidad. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana confirmó el descubrimiento y ordenó trasladar el cuerpo al Instituto de Medicina Legal para determinar tanto su identidad como las causas exactas del fallecimiento. Las fuentes judiciales subrayan que solo las pruebas forenses —ya sean ADN u odontológicas— podrán certificar al cien por cien que se trata efectivamente de Javier.

Perfil del personaje

José Javier Vicent Fas era un hombre querido en Pedralba por su carácter afable y su dedicación a su familia. Habitual en el pueblo, trabajaba en el sector agrícola y vivía con su esposa e hijos. En el fatídico día de la riada, él y su hija Susana estaban disfrutando unos días tranquilos en una casa rural junto al río Turia. Minutos antes perder contacto con ellos, Javier llamó a su mujer para advertirle sobre la creciente amenaza: “Por delante pasa mucha agua”, le dijo. Esa fue la última vez que alguien supo algo sobre ellos con vida.

La historia personal de Javier entrelaza tragedia con dolor colectivo. Su caso no solo representa una víctima directa del desastre natural; encarna también el sufrimiento prolongado que experimentan quienes esperan meses o incluso años para poder dar sepultura a un ser querido. La muerte violenta contrasta con esa paciencia estoica exigida por búsquedas tan prolongadas.

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