MONASTERIO DE SOPETRÁN (en el término de Hita)
Estoy en este grande claustro en ruina
que impresiona aún su niebla un buen rato,
piedras del camino traigo en el zapato
de mi vida, que viaja, ve y camina.
Sopetrán, “bajopiedra”: un castro arruina
ibero en alto otero, al tiempo ingrato
por cuanta era pesa ya en el relato
de su ir con milenios, que roca inclina.
Al Badiel, río que aquí, solo, canta
y que a la ermita milagrosa da eco,
cerca de donde el cenobio levanta,
así digo…: “soy Juan Pablo Mañueco”.
Pero ni ermita ni la Fuente Santa
hacen más que estar ahí, todo el rato.
Del libro «Donde el Mundo se llama Guadalajara»
Juan Pablo Mañueco
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