Más información
En pleno verano, pedir un refresco en Nueva York o en Los Ángeles implica recibir un vaso rebosante de cubitos.
En Madrid o París, lo más probable es que la bebida venga casi a temperatura ambiente o, con suerte, con un par de hielos que se derriten en segundos.
¿Por qué esta obsesión tan marcada de los estadounidenses por el hielo, mientras que los europeos lo ven casi como una extravagancia?
Este gesto cotidiano —llenar el vaso hasta arriba de hielo— parece inofensivo, pero encierra una historia cultural y tecnológica fascinante.
Los estadounidenses han convertido el hielo en parte de su identidad doméstica y social.
Mientras tanto, para muchos europeos, el exceso de frío en las bebidas es, simplemente, incomprensible.
Historia: cuando el hielo era oro
El origen de esta diferencia cultural se remonta al siglo XIX. El llamado comercio del hielo nació en la costa este de Estados Unidos gracias a empresarios como Frederic Tudor, quien exportaba bloques de hielo natural a islas del Caribe y a la propia Europa. El negocio creció tanto que acabó revolucionando industrias enteras: la cárnica, la pesquera y la hortícola dependían del hielo para transportar productos frescos durante largos trayectos.
- Durante los veranos calurosos en ciudades como Nueva York o Filadelfia, era habitual consumir grandes cantidades de hielo para enfriar todo tipo de bebidas.
- El desarrollo del frigorífico doméstico en los años 30 consolidó este hábito en Estados Unidos mucho antes que en Europa, donde no se generalizó hasta los años 50.
Así, el hielo pasó de ser un lujo a convertirse en un bien cotidiano para millones de estadounidenses.
Costumbre estadounidense: beber con «ice» es sagrado
Para muchos estadounidenses, una bebida sin abundante hielo parece incompleta. En restaurantes y bares, llenar el vaso hasta arriba es norma. Incluso existen máquinas automáticas de hielo casi en cada hogar y oficina.
- Según cuentan familias expatriadas como la de Megan James, sus hijos se sorprendieron al volver a su país natal tras vivir en España: “En Estados Unidos ponen muchísimo más hielo en todas las bebidas… Aquí casi todo se toma a temperatura ambiente”.
- En supermercados norteamericanos hay una oferta increíblemente amplia de productos relacionados con el frío: desde diferentes tipos de hielos hasta aderezos y refrescos pensados para tomarse helados.
En cambio, en muchos países europeos (especialmente Francia, Italia o Alemania), pedir mucho hielo puede resultar incluso sospechoso. Algunos camareros lo consideran innecesario o piensan que «aguará» la bebida.
Curiosidades y datos locos sobre el hielo
Este choque cultural ha generado anécdotas memorables:
- En algunos bares europeos, si un turista estadounidense pide “extra ice”, pueden mirarle con cara rara o incluso cobrarle un suplemento por cada cubito extra.
- El tamaño medio del vaso en EE UU duplica al europeo. Más espacio = más hielo.
- Para los estadounidenses, el agua del grifo fría con mucho hielo es símbolo de hospitalidad; para muchos europeos, es una rareza reservada solo para cócteles.
Y hay más locuras:
- Los cubitos de hielo reutilizables (de acero inoxidable o piedra) se han puesto de moda entre los amantes del whisky tanto en Estados Unidos como en Europa. No enfrían tan rápido como el hielo tradicional, pero mantienen la bebida fresca durante más tiempo sin diluirla.
- ¿Por qué algunos hielos son blancos y otros transparentes? Los cubitos caseros suelen ser opacos porque contienen burbujas y minerales; los hielos cristalinos (de bar) se obtienen congelando agua purificada lentamente para evitar impurezas.
Motivos prácticos (y psicológicos)
Existen razones prácticas detrás del gusto estadounidense por las bebidas heladas:
- Clima: muchas regiones estadounidenses sufren veranos extremos; refrescarse es esencial.
- Higiene: durante décadas, añadir hielo era garantía de que el agua había sido tratada.
- Efecto visual: un vaso rebosante de cubitos transmite frescura y abundancia.
Pero también hay motivos psicológicos:
- El “sonido” del hielo al caer o chocar con el vaso es símbolo inmediato de relax y placer.
- En la cultura pop americana —desde películas hasta anuncios— las bebidas heladas representan felicidad instantánea.
En Europa pesa más la tradición: tomar vino blanco o cerveza demasiado fría se considera un sacrilegio en países como Francia o Alemania.
¿Quién tiene razón? ¿Hay una forma correcta?
No existe una respuesta definitiva. Ambas costumbres tienen sentido dentro de su contexto cultural e histórico. Lo cierto es que cada vez son más los viajeros estadounidenses sorprendidos por la “tibieza” europea… y viceversa.
- La Coca-Cola —bebida icónica estadounidense— suele servirse con mucha menos cantidad de hielo fuera del país.
- En España e Italia hay una tendencia creciente a ofrecer más hielos (especialmente a turistas), pero aún está lejos del estándar americano.
Más allá del vaso: el hielo como símbolo cultural
El debate sobre el uso del hielo dice mucho sobre cómo cada sociedad entiende conceptos como hospitalidad, eficiencia y disfrute sensorial. Para algunos representa abundancia; para otros, simplemente una manía excéntrica.
Lo curioso es que este pequeño detalle cotidiano resume siglos de historia tecnológica, diferencias climáticas e incluso maneras distintas de entender el placer cotidiano. Así que la próxima vez que recibas un vaso con (o sin) mucho hielo… piensa que no solo te enfrentas a una cuestión práctica, sino también a un auténtico choque cultural.
Más en Gastronomía
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home