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COSTUMBRES CHILLADAS A AMBOS LADOS DEL ATLÁNTICO

Por qué los estadounidenses no pueden vivir sin hielo y los europeos apenas lo ponen en sus bebidas

El hielo en las bebidas divide a estadounidenses y europeos, y revela mucho sobre cultura, historia y hasta manías cotidianas

Periodista Digital 27 Jul 2025 - 07:39 CET
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En pleno verano, pedir un refresco en Nueva York o en Los Ángeles implica recibir un vaso rebosante de cubitos.

En Madrid o París, lo más probable es que la bebida venga casi a temperatura ambiente o, con suerte, con un par de hielos que se derriten en segundos.

¿Por qué esta obsesión tan marcada de los estadounidenses por el hielo, mientras que los europeos lo ven casi como una extravagancia?

Este gesto cotidiano —llenar el vaso hasta arriba de hielo— parece inofensivo, pero encierra una historia cultural y tecnológica fascinante.

Los estadounidenses han convertido el hielo en parte de su identidad doméstica y social.

Mientras tanto, para muchos europeos, el exceso de frío en las bebidas es, simplemente, incomprensible.

Historia: cuando el hielo era oro

El origen de esta diferencia cultural se remonta al siglo XIX. El llamado comercio del hielo nació en la costa este de Estados Unidos gracias a empresarios como Frederic Tudor, quien exportaba bloques de hielo natural a islas del Caribe y a la propia Europa. El negocio creció tanto que acabó revolucionando industrias enteras: la cárnica, la pesquera y la hortícola dependían del hielo para transportar productos frescos durante largos trayectos.

Así, el hielo pasó de ser un lujo a convertirse en un bien cotidiano para millones de estadounidenses.

Costumbre estadounidense: beber con «ice» es sagrado

Para muchos estadounidenses, una bebida sin abundante hielo parece incompleta. En restaurantes y bares, llenar el vaso hasta arriba es norma. Incluso existen máquinas automáticas de hielo casi en cada hogar y oficina.

En cambio, en muchos países europeos (especialmente Francia, Italia o Alemania), pedir mucho hielo puede resultar incluso sospechoso. Algunos camareros lo consideran innecesario o piensan que «aguará» la bebida.

Curiosidades y datos locos sobre el hielo

Este choque cultural ha generado anécdotas memorables:

Y hay más locuras:

Motivos prácticos (y psicológicos)

Existen razones prácticas detrás del gusto estadounidense por las bebidas heladas:

  1. Clima: muchas regiones estadounidenses sufren veranos extremos; refrescarse es esencial.
  2. Higiene: durante décadas, añadir hielo era garantía de que el agua había sido tratada.
  3. Efecto visual: un vaso rebosante de cubitos transmite frescura y abundancia.

Pero también hay motivos psicológicos:

En Europa pesa más la tradición: tomar vino blanco o cerveza demasiado fría se considera un sacrilegio en países como Francia o Alemania.

¿Quién tiene razón? ¿Hay una forma correcta?

No existe una respuesta definitiva. Ambas costumbres tienen sentido dentro de su contexto cultural e histórico. Lo cierto es que cada vez son más los viajeros estadounidenses sorprendidos por la “tibieza” europea… y viceversa.

Más allá del vaso: el hielo como símbolo cultural

El debate sobre el uso del hielo dice mucho sobre cómo cada sociedad entiende conceptos como hospitalidad, eficiencia y disfrute sensorial. Para algunos representa abundancia; para otros, simplemente una manía excéntrica.

Lo curioso es que este pequeño detalle cotidiano resume siglos de historia tecnológica, diferencias climáticas e incluso maneras distintas de entender el placer cotidiano. Así que la próxima vez que recibas un vaso con (o sin) mucho hielo… piensa que no solo te enfrentas a una cuestión práctica, sino también a un auténtico choque cultural.

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