Baena, el pueblo andaluz que ha convertido sus calles en una galería de arte internacional

En el corazón de la Campiña Cordobesa, donde las callejuelas empedradas narran historias centenarias, Baena se reinventa como un destino turístico ineludible para quienes buscan una forma diferente de viajar: con los ojos bien abiertos y los sentidos alerta. Lejos de los museos tradicionales, esta localidad cordobesa apuesta por un arte que respira, que sorprende y que se despliega a cielo abierto. Así nace Art Baniana, un ambicioso proyecto de arte urbano que ha llenado de color y vida las fachadas del municipio.

Pasear por Baena ya no es solo recorrer su historia milenaria, sino también sumergirse en un universo contemporáneo de creatividad desbordante. Más de veinte murales estratégicamente ubicados forman parte de una ruta artística que invita a explorar, redescubrir y sentir la ciudad desde otra mirada. Aquí, cada esquina se convierte en una galería inesperada, cada muro en un lienzo, y cada paso en una oportunidad de asombro.

Un paseo que es arte, salud y descubrimiento

La Ruta de los Murales parte de la oficina de turismo local y propone una experiencia que combina el placer estético con el ejercicio moderado: dos horas de caminata que atraviesan tanto el casco histórico como barrios más recientes. Desde el Parque Ramón Santaella hasta la Plaza Juan Alfonso de Baena, el visitante se encuentra con obras que decoran espacios tan cotidianos como un pabellón deportivo, un instituto o incluso una gasolinera.

El recorrido continúa por la Haza el Reloj, baja por la antigua zona del Bar Ejeda y rodea la guardería, antes de adentrarse en la barriada de Pedro Muñoz, donde la ruta oficial se enriquece con nuevas obras que no figuran en el mapa, pero que forman parte de este museo dinámico y expansivo.

Y cuando parece que ya lo hemos visto todo, el casco histórico despliega su propia colección mural: El Tinte, San Pedro Bajo, San Pedro Medio, Toledana, El Cambroncillo… hasta culminar en la emblemática calle Llana, donde dos joyas visuales marcan el inicio y fin de la experiencia: el mural de los Judíos y el mural de las Flores.

Lo mejor de todo es que esta ruta no exige rigidez: cada visitante puede adaptarla a su ritmo, empezar por donde desee y trazar su propio camino. Porque en Baena, el arte no tiene fronteras… ni itinerarios cerrados.

Una sinfonía de estilos, acentos y colores

El alma del proyecto Art Baniana se encuentra en su diversidad. Si bien el reconocido artista local Sake deja su firma en varias de las piezas más emblemáticas, esta iniciativa ha reunido a creadores de toda España, Europa y Latinoamérica: nombres llegados de Argentina, Ecuador, Colombia y otras latitudes han aportado su talento, dejando en Baena un mosaico de visiones, culturas y técnicas.

Spray, pintura plástica, fusiones mixtas… Los murales no solo decoran: dialogan con el entorno, interpelan al transeúnte y elevan lo cotidiano a la categoría de arte. Hay crítica social, hay fantasía, hay homenajes, hay puro goce visual. Cada obra es una historia distinta, y cada parada, una invitación a detenerse, mirar y reflexionar.

Tecnología al servicio del arte callejero

Para facilitar la experiencia, los responsables de Art Baniana han habilitado en sus redes sociales un código QR que permite descargar la ruta completa en formato PDF. Este práctico recurso, accesible desde cualquier móvil, ofrece información detallada sobre cada mural, su ubicación y los artistas que lo han creado. Una guía digital perfecta para no perderse nada.

Baena ha conseguido lo que muchos soñaban: convertir sus calles en una obra de arte colectiva y permanente.
Si estás planeando una escapada diferente, creativa y llena de color, este museo al aire libre te espera con las puertas —y los muros— abiertos.