Israel lanza un plan de ‘conquista’ de Gaza, para borrar de la faz de la tierra a los terroristas de Hamas

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha anunciado que la población de Gaza será desplazada hacia el sur tras la aprobación por parte de su gabinete de seguridad de una operación militar ampliada en el enclave, que un ministro ha descrito como un plan para «conquistar» el territorio. ¡Y no es un asunto menor!

El pasado domingo, tras un intenso debate, el gabinete dio luz verde a esta estrategia, apenas unas horas después de que el ejército confirmara la movilización de decenas de miles de reservistas, reforzando así su capacidad para operar en el asediado territorio palestino.

En un mensaje en vídeo publicado el lunes en X, Netanyahu fue tajante: «Una cosa quedará clara: esto no será un entrar y salir».

Y añadió: «Movilizaremos reservas para llegar, mantener el control del terreno. No vamos a entrar, salir y luego limitarnos a hacer incursiones. Ese no es el plan. La intención es justo lo contrario».

Sobre la operación, bautizada como «Carros de Gedeón», Netanyahu aseguró que habrá un «desplazamiento de la población para protegerla», en el marco de esta ofensiva intensificada.

Un alto cargo de seguridad israelí reveló previamente que la operación, aprobada por unanimidad, tiene como objetivo principal neutralizar a Hamás y garantizar la liberación de todos los rehenes.

Sin duda, una noticia que marca un nuevo capítulo en la región.

Este lunes 5 de mayo de 2025, el gabinete de seguridad israelí ha aprobado por unanimidad un nuevo y controvertido plan militar que incluye la «conquista» total de la Franja de Gaza, en lo que supone una escalada significativa del conflicto que ya ha dejado más de 52.000 palestinos muertos, según fuentes oficiales gazatíes.

El plan, respaldado por el primer ministro Netanyahu y su gabinete, contempla no solo la ocupación del territorio palestino, sino también el desplazamiento masivo de la población gazatí hacia el sur «para su protección», según ha confirmado un funcionario israelí.

Esta estrategia militar llega tras el anuncio del jefe del ejército israelí, el teniente general Eyal Zamir, de movilizar a «decenas de miles» de reservistas para ampliar las operaciones en Gaza.

Una nueva fase en el conflicto

La aprobación de este plan marca un punto de inflexión en la guerra que comenzó tras el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, en el que murieron 1.218 personas en Israel, la mayoría civiles, y 251 fueron secuestradas. Desde entonces, la respuesta israelí ha provocado la muerte de al menos 52.535 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza.

El plan incluye «poderosos ataques» contra Hamas y la posibilidad de distribuir ayuda humanitaria, aunque el gabinete israelí considera que «actualmente hay suficiente comida» en el territorio. Esta afirmación contrasta radicalmente con las advertencias de organizaciones humanitarias y agencias de la ONU, que han alertado repetidamente sobre las graves consecuencias del bloqueo total que Israel mantiene sobre Gaza desde el 2 de marzo.

Según medios israelíes, la implementación del plan no comenzaría antes de la visita del presidente estadounidense Donald Trump a la región la próxima semana. El grupo de campaña israelí Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos ha criticado duramente la decisión, calificándola como el «Plan Smotrich-Netanyahu para sacrificar a los rehenes», en referencia al primer ministro y al ministro de Finanzas de extrema derecha Bezalel Smotrich.

Crisis humanitaria y ejecuciones por parte de Hamas

La situación humanitaria en Gaza ha alcanzado niveles catastróficos. El bloqueo total impuesto por Israel desde marzo ha provocado una escasez extrema de alimentos, agua, medicinas y combustible. Esta situación de desesperación ha llevado a saqueos de los escasos suministros que llegan al territorio.

En este contexto de hambruna inminente, Hamas ha recurrido a medidas extremas para mantener el control. Informes recientes indican que el grupo islamista ha ejecutado a palestinos acusados de saquear ayuda humanitaria, en un intento desesperado por mantener el orden en medio del caos y la desesperación.

La combinación del bloqueo israelí y el control férreo de Hamas sobre la distribución de ayuda ha creado una situación insostenible para los 2,4 millones de habitantes de Gaza, la mayoría de los cuales han sido desplazados al menos una vez desde el inicio del conflicto.

Violaciones de derechos humanos en ambos bandos

El conflicto ha estado marcado por graves violaciones del derecho internacional humanitario por parte de ambos bandos. Organizaciones como Human Rights Watch han documentado ataques ilegales israelíes contra hospitales y ambulancias, así como la detención arbitraria y tortura de trabajadores sanitarios.

Un informe reciente detalla cómo las fuerzas israelíes, durante la ocupación de hospitales en Gaza, negaron electricidad, agua, alimentos y medicinas a los pacientes, «dejando morir a enfermos y heridos». Estos actos han sido calificados como «crímenes de guerra» por diversas organizaciones internacionales.

Por su parte, grupos armados palestinos han disparado cohetes y granadas de mortero sobre Israel de forma indiscriminada, incluso desde zonas civiles de Gaza, poniendo en peligro a la población civil. El informe Roberts documenta que el ataque de Hamas del 7 de octubre constituyó «el mayor asesinato masivo de judíos desde el Holocausto» y el «tercer atentado terrorista más mortal a nivel global» en términos absolutos.

Reacciones internacionales y perspectivas futuras

La comunidad internacional observa con preocupación esta nueva escalada del conflicto. La aprobación del plan de «conquista» llega en un momento en que las negociaciones para un alto el fuego parecen estancadas, a pesar de los esfuerzos mediadores de países como Egipto.

El plan de Netanyahu también incluye la promoción de una propuesta del presidente estadounidense Donald Trump para la salida voluntaria de gazatíes hacia países vecinos como Jordania o Egipto, lo que ha generado alarma entre organizaciones de derechos humanos que ven en esta medida un intento de desplazamiento forzoso permanente.

La intensificación de los bombardeos aéreos y las operaciones terrestres israelíes desde el 18 de marzo ha causado la muerte de al menos 2.436 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza. Mientras tanto, Hamas sigue reteniendo a 58 rehenes, 34 de los cuales el ejército israelí considera que están muertos.

En este escenario de escalada militar y crisis humanitaria, las perspectivas de paz parecen cada vez más lejanas. El ciclo de violencia continúa alimentándose a sí mismo, mientras la población civil de ambos lados sigue pagando el precio más alto.

La aprobación de este plan de «conquista» marca un punto de inflexión en un conflicto que ya ha causado un sufrimiento incalculable y amenaza con desestabilizar aún más una región ya de por sí volátil. La comunidad internacional se enfrenta al desafío de encontrar una solución que ponga fin a la violencia y garantice la protección de los derechos humanos de todas las personas afectadas por este conflicto que parece no tener fin.