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ANUNCIA UN AMBICIOSO ESCUDO PARA ESTADOS UNIDOS

Trump asegura que tendrá listo el sofisticado el escudo antimisiles ‘Golden Dome’ antes del final de su mandato

El presidente estadounidense ha presentado un proyecto de defensa continental valorado en 175.000 millones de dólares que promete interceptar todo tipo de misiles

Periodista Digital 21 May 2025 - 10:11 CET
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Este miércoles 21 de mayo de 2025, el presidente Donald Trump ha dado un paso decisivo en su estrategia de defensa nacional al detallar públicamente su ambicioso proyecto «Golden Dome» (Cúpula Dorada), un escudo antimisiles de nueva generación que pretende proteger el territorio estadounidense de amenazas balísticas, hipersónicas y espaciales.

Durante una reunión televisada desde el Despacho Oval junto al Secretario de Defensa Pete Hegseth, Trump anunció que este sistema de defensa continental tendrá un coste aproximado de 175.000 millones de dólares y estará completamente operativo «en menos de tres años», con una tasa de éxito que el mandatario asegura será «cercana al 100%».

El «Golden Dome», inicialmente denominado «Iron Dome» pero renombrado para diferenciarlo del sistema de defensa israelí, representa una de las mayores inversiones en defensa antimisiles de la historia estadounidense. Trump ha asignado una financiación inicial de 25.000 millones de dólares que será incluida en un paquete legislativo más amplio que ya está siendo tramitado en el Congreso.

Para liderar este titánico proyecto, el presidente ha designado al general Michael Guetlein, actual vicejefe de operaciones espaciales, como «director de programa con reporte directo para el Golden Dome». Según Trump, Guetlein posee «una trayectoria incomparable en tecnología de alerta de misiles y adquisición de defensa».

«Nuestros adversarios han estado modernizando rápidamente sus fuerzas nucleares, construyendo misiles balísticos capaces de transportar múltiples ojivas, desarrollando misiles hipersónicos que pueden atacar Estados Unidos en menos de una hora viajando a 6.000 millas por hora, fabricando misiles de crucero que pueden evadir nuestros radares y defensas, y construyendo submarinos que pueden acercarse sigilosamente a nuestras costas y, lo peor de todo, desarrollando armas espaciales», explicó Guetlein durante la presentación.

Tecnología de vanguardia con dudas sobre su viabilidad

Aunque los detalles técnicos específicos sobre el funcionamiento del «Golden Dome» son escasos, Trump aseguró que el sistema se basará en lo que denominó «super tecnología» que, según él, solo Estados Unidos posee actualmente. «El Golden Dome se integrará con nuestras capacidades de defensa existentes y debería estar completamente operativo antes del final de mi mandato», afirmó el presidente.

El escudo antimisiles se diseñará para interceptar una amplia gama de amenazas, incluyendo «misiles de crucero, misiles balísticos, misiles hipersónicos, drones, ya sean convencionales o nucleares», según explicó el Secretario de Defensa Hegseth.

El núcleo del sistema consistirá en una malla de sensores, observadores e interceptores basados en el espacio. Parte de esta operación se desarrollará en el espacio orbital, con el objetivo de derribar amenazas entrantes antes de que alcancen territorio estadounidense, preferiblemente durante la fase de propulsión, no lejos de su punto de lanzamiento.

Trump comparó su iniciativa con los deseos del presidente Reagan durante la Guerra Fría: «Reagan quería construir algo similar, pero no teníamos la tecnología. Ahora la tenemos».

La carrera de las empresas de defensa

Desde que Trump firmó una orden ejecutiva en enero para impulsar este proyecto, las principales empresas de defensa han estado compitiendo por posicionarse favorablemente.

Lockheed Martin ha propuesto utilizar su caza furtivo F-35, radares Sentinel A4, redes de comando y control, entre otros componentes. Frank St. John, director de operaciones de la compañía, señaló que el proyecto «requerirá lo mejor de cada empresa tecnológica».

Por su parte, Booz Allen Hamilton presentó su concepto «Brilliant Swarms», en referencia al proyecto de la era Reagan «Brilliant Pebbles». Esta propuesta contempla masas de satélites capaces de detectar y colisionar con misiles enemigos. «Cuanto más esperas para destruir un misil balístico enemigo, más difícil se vuelve tu problema», explicó Chris Bogdan, vicepresidente ejecutivo de la empresa.

Mientras tanto, Anduril Industries, Palantir Technologies y SpaceX estarían colaborando en planes relacionados con el domo, según informó Reuters.

Dudas y controversias

A pesar del entusiasmo presidencial, el proyecto ha generado escepticismo en la comunidad de seguridad nacional. Numerosos analistas han expresado dudas sobre la viabilidad y los enormes costes que supondría replicar las capacidades de defensa aérea de Israel a escala continental.

El presupuesto de 175.000 millones de dólares anunciado por Trump contrasta significativamente con proyecciones anteriores que situaban el coste en más de medio billón de dólares. Esta discrepancia, junto con el ambicioso plazo de tres años para su implementación, ha levantado preocupaciones sobre la realidad del proyecto.

Además, surgen interrogantes sobre las implicaciones geopolíticas del «Golden Dome», particularmente en lo referente a la militarización del espacio y la proliferación nuclear. Trump mencionó que Canadá también ha expresado interés en estar cubierto por este escudo defensivo, lo que añade una dimensión internacional al proyecto.

La planificación, construcción, operación y mantenimiento del «Golden Dome», así como su financiación, requerirán una intensa coordinación entre el Pentágono, el Congreso, presidentes actuales y futuros, contratistas de defensa y tropas, lo que plantea dudas sobre su sostenibilidad a largo plazo más allá del actual mandato presidencial.

A pesar de estos desafíos, el Departamento de Defensa ha expresado oficialmente su apoyo a la iniciativa. En un comunicado reciente, el Secretario de Defensa Pete Hegseth manifestó: «El Departamento de Defensa acoge con satisfacción el anuncio del presidente Trump sobre el Golden Dome for America, un escudo de defensa antimisiles de próxima generación».

El desarrollo de este ambicioso proyecto será sin duda uno de los elementos definitorios del segundo mandato de Trump, y su éxito o fracaso podría tener profundas implicaciones para la estrategia de defensa estadounidense y el equilibrio de poder global en las próximas décadas.

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