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Van a por todas.
Entre otras cosas, porque se juegan su supervivencia como pueblo y como Nación.
Y porque nadie olvida en Israel el aquelarre de asesinatos y violaciones del 7 de Octubre de 2023.
La afirmación de Israel Katz, ministro de Exteriores israelí, resuena en un contexto marcado por la tensión y la devastación. «Gaza será destruida y Hamás eliminado si el grupo no se desarma y libera a todos los rehenes», afirmó, intensificando una crisis que ya ha dejado profundas huellas en la región.
Las palabras de Katz no parecen meras amenazas, sino que coinciden con una ofensiva militar sin precedentes, un éxodo masivo de población y un creciente aislamiento diplomático respecto al futuro de la Franja.
Un enclave arrasado y una población huyendo
El avance de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sobre Ciudad de Gaza ha obligado a más de 750.000 personas a abandonar sus hogares, según cifras oficiales del gobierno israelí. Esta cifra sigue aumentando a medida que los bombardeos y los enfrentamientos se intensifican, especialmente en el norte y el centro del enclave.
Miles de desplazados buscan refugio en el sur, escapando del fuego cruzado entre las FDI y los milicianos de Hamás. Las imágenes de familias atravesando escombros y cargando lo poco que les queda se han vuelto un símbolo cotidiano del conflicto.
- Más de 750.000 palestinos desplazados según el ejército israelí.
- El sur de Gaza, en particular Jan Yunis, se ha convertido en el principal destino para quienes intentan huir del conflicto.
- Hospitales y centros humanitarios, como el gestionado por Jordania, han tenido que reubicarse ante la ofensiva militar y el colapso de las infraestructuras.
El acceso a productos básicos como agua, alimentos y medicamentos sigue siendo escaso. Las reservas de combustible, vitales para los generadores en los hospitales, están prácticamente agotadas. Cada semana se reduce el número de hospitales operativos, lo que agrava aún más la crisis sanitaria.
La postura israelí y la demanda del desarme
Las declaraciones de Katz son claras respecto a la posición israelí: la continuidad de Gaza como entidad urbana y social está supeditada al desarme total de Hamás y a la liberación incondicional de los rehenes. El Gobierno liderado por Benjamín Netanyahu ha endurecido su retórica y rechaza cualquier avance diplomático que no contemple la eliminación del grupo islamista como actor político y militar. “Dijimos que no habrá un Estado palestino y no habrá un Estado palestino. Este lugar es nuestro”, declaró Netanyahu recientemente.
La ofensiva militar ha sido calificada por algunos organismos internacionales y ONGs como «genocidio» o «crimen de guerra», dejando gran parte del enclave inhabitable. El control sobre la entrada de ayuda humanitaria es estricto, con restricciones impuestas por Israel que mantienen a la población civil en una situación crítica.
Las iniciativas internacionales y el plan Trump
Mientras tanto, ante el endurecimiento israelí, la comunidad internacional busca alternativas para prevenir una catástrofe aún mayor. La Asamblea General de la ONU ha sido escenario de propuestas y condenas cruzadas, aunque marcada por la ausencia ocasional de Israel en algunas sesiones. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha presentado una propuesta para un alto el fuego que incluye desmantelar el armamento ofensivo de Hamás y ofrecer amnistía a aquellos miembros dispuestos a aceptar una convivencia pacífica.
Este plan ha levantado ampollas por diversas razones:
- Propone desmantelar las capacidades militares de Hamás como condición para alcanzar la paz.
- Ofrece amnistía a quienes abandonen la violencia y acepten un nuevo marco convivencial.
- Incluye un plan para reconstruir Gaza bajo supervisión internacional e incluso plantea deportaciones forzadas para parte de su población; algo que Amnistía Internacional y la ONU consideran graves violaciones del derecho internacional.
La propuesta presentada por Trump cuenta con el respaldo tanto de Netanyahu como por sectores conservadores estadounidenses; sin embargo, es vista por gran parte del ámbito internacional como un intento por legitimar desposesiones y desplazamientos forzados del pueblo palestino. Egipto y Jordania han expresado su rechazo contundente a cualquier plan que contemple expulsiones masivas.
El impacto regional y las tensiones diplomáticas
La situación en Gaza tiene repercusiones en toda la región. Egipto y Jordania temen un colapso humanitario que pueda desbordar sus fronteras e incrementar aún más la inestabilidad en Oriente Próximo. En Europa, España ha aprobado recientemente un decreto-ley que refuerza el embargo sobre armas hacia Israel; mientras otros países evalúan medidas semejantes.
Internamente, también se observa una creciente división en la sociedad israelí. Sectores ultranacionalistas reclaman una solución definitiva al conflicto; mientras otros advierten que esta estrategia destructiva solo alimentará el odio e incrementará el ciclo violento.
Un ciclo sin final claro
La presión sobre Hamás y sobre los ciudadanos gazatíes es máxima; cada día se reduce más el margen para encontrar una salida negociada. Con Israel condicionando cualquier tregua al desarme del grupo islamista y a la entrega incondicional de rehenes, los niveles de destrucción en el enclave junto con el sufrimiento civil alcanzan cifras inéditas según informes recientes de Naciones Unidas.
La comunidad internacional enfrenta una realidad incómoda: cualquier solución que no contemple poner fin a las hostilidades, respetar los derechos humanos e impulsar una reconstrucción con garantías para los civiles está abocada al fracaso. Gaza se encuentra atrapada entre la inflexibilidad política interna y las agresiones militares israelíes; asomándose al abismo sin salida aparente salvo un giro radical en las políticas regionales e internacionales.
El futuro inmediato para esta Franja depende ahora más que nunca del compromiso real por parte de actores globales para establecer un alto el fuego efectivo, garantizar protección civil e iniciar las bases hacia una paz duradera. Mientras eso ocurre, las amenazas vertidas por Katz flotan sobre este territorio devastado; dejando a sus habitantes con la única esperanza de sobrevivir un día más.
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