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La sala de una casa en Mar del Plata se ha convertido en el inesperado escenario de una historia digna de novela: un cuadro robado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, oculto durante décadas, ha sido finalmente recuperado por la Justicia argentina.
El hallazgo de Retrato de una dama, obra del pintor italiano Giuseppe Ghislandi, no solo destapa una trama de arte robado, sino que vuelve a poner el foco en las huellas del nazismo en Argentina y en la lucha contemporánea por la restitución del patrimonio cultural perdido.
La pintura fue saqueada en julio de 1940 en Ámsterdam por los nazis, bajo la supervisión de Friedrich Kadgien, un alto funcionario nazi y miembro de las SS, cercano a Hermann Göring.
La obra pertenecía a la colección del marchante de arte judío-neerlandés Jacques Goudstikker, quien fue forzado a vender su galería a los nazis a través de una venta forzosa a Göring y el banquero Alois Miedl.
Kadgien se llevo esa obra y muchas otras cuando huyó de Europa.
Escapó primero a Suiza y luego a Sudamérica, estableciéndose en Argentina, donde murió en 1978.
Se estima que la obra está en Argentina desde al menos 1946, lo que implica que llevaba aproximadamente 80 años en el país hasta su hallazgo en 2025.
El caso invita a reflexionar sobre el papel de la cultura en la construcción de la memoria colectiva y sobre la necesidad de seguir luchando, a nivel global, por la devolución de lo robado y la reparación histórica.
Un hallazgo fortuito en el siglo XXI
Todo comenzó de la forma más insospechada. Una fotografía publicada en un portal inmobiliario argentino mostraba el interior de una vivienda en venta en el barrio Parque Luro de Mar del Plata. Sobre un sillón del living, perfectamente visible, colgaba un retrato de época. La imagen llegó a ojos atentos en los Países Bajos, donde desde hace más de ochenta años se rastrea el paradero de obras saqueadas a familias judías por el régimen nazi. La alarma se disparó: la pintura parecía ser el célebre Retrato de una dama, atribuida a Ghislandi y robada en 1940 de la colección del reconocido marchante judío neerlandés Jacques Goudstikker.
El dato fue rápidamente comunicado a la Interpol y a la Aduana argentina. A partir de ahí, la maquinaria judicial se puso en marcha. El fiscal Carlos Martínez ordenó una serie de allanamientos en distintas propiedades vinculadas a los descendientes de Friedrich Gustav Kadgien, un alto funcionario nazi que residió en Argentina hasta su muerte en 1978. La investigación, que incluyó el secuestro de armas, documentos y otras obras, culminó con la entrega voluntaria del cuadro a la Justicia.
Los herederos de Jacques Goudstikker, liderados por Marei von Saher, han anunciado acciones legales para reclamar la restitución de la obra, que forma parte de las piezas robadas durante el Holocausto. La investigación continúa, y se sospecha que otras obras saqueadas podrían estar en posesión de la familia Kadgien.
La sombra del nazismo en Argentina
La historia de Retrato de una dama es, en realidad, la historia de miles de obras de arte expoliadas por el Tercer Reich. Tras la invasión de los Países Bajos en 1940, la colección de Goudstikker—más de 1.100 piezas—fue sistemáticamente saqueada y dispersada entre altos jerarcas nazis, incluido Hermann Göring. Kadgien, conocido como “el mago de las finanzas” del nazismo, fue uno de los que se benefició de este expolio y, tras la guerra, huyó a Argentina junto a otros miembros del régimen, en una ola migratoria que dejó una huella imborrable en la historia contemporánea del país sudamericano.
No es la primera vez que Argentina salta a las páginas internacionales por casos vinculados al nazismo: la captura de Adolf Eichmann en 1960 o el hallazgo de refugios clandestinos en la selva misionera forman parte de ese pasado incómodo. El caso de Retrato de una dama reabre el debate sobre el compromiso del país con la restitución de bienes culturales y la reparación histórica.
Investigación judicial y contexto internacional
A día de hoy, 4 de septiembre de 2025, la investigación sigue en curso. La hija de Kadgien, Patricia Kadgien, y su esposo están bajo arresto domiciliario, acusados de encubrimiento en contexto de genocidio y de entorpecimiento de la causa. El cuadro fue finalmente entregado a la Unidad Fiscal de Mar del Plata, donde permanecerá bajo custodia y en condiciones de conservación óptimas.
- El fiscal federal Daniel Adler, en rueda de prensa, ha recalcado la importancia del caso y la colaboración internacional.
- La Agencia de Patrimonio Cultural de los Países Bajos reclama la restitución de la obra a los herederos de Goudstikker.
- Se analizan otros cuadros y grabados incautados durante los allanamientos para determinar si también forman parte del catálogo de arte robado por los nazis.
El valor de la obra, según peritos, oscila entre los 50.000 y los 180.000 dólares, aunque su relevancia histórica y simbólica supera cualquier cifra de mercado.
El arte como testigo de la memoria
La recuperación de Retrato de una dama es mucho más que un éxito policial o judicial. El arte robado por los nazis constituye una herida abierta en la memoria europea y mundial. La restitución de estas piezas implica un reconocimiento del dolor sufrido por las víctimas del Holocausto y sus descendientes, así como un compromiso ético con la verdad y la justicia.
En este contexto, el gobierno de Javier Milei ha subrayado su compromiso con la transparencia y la cooperación internacional en la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales y la reparación de crímenes del pasado. La presión mediática y social ha sido clave para que el caso no quedara en el olvido y para que la obra fuera finalmente puesta a disposición de la Justicia.
Fotogalería: las imágenes de una historia recuperada
- El cuadro Retrato de una dama, colgado tras el fiscal Adler durante la conferencia de prensa, se ha convertido en un icono de la restitución de arte robado.
- Fotografías de los allanamientos muestran la sala donde apareció el cuadro y otros objetos incautados.
- Imágenes históricas de Jacques Goudstikker y su galería en Ámsterdam recuerdan la magnitud de la colección perdida.
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