Periodistadigital América Home
3 segundos 3 segundos
Coronavirus Coronavirus La segunda dosis La segunda dosis Noticias Blogs Videos Temas Personajes Organismos Lugares Autores hemeroteca Enlaces Medios Más servicios Aviso legal Política de Privacidad Política de cookies
-

Por violar la Ley de Derechos Civiles

Estudiantes demandan a la Universidad de Pensilvania por no proteger a los alumnos judíos del antisemitismo en el campus

La presidenta de Harvard, Claudine Gay, y la de Pennsylvania University, Liz Magill, en la picota por antisemitas

Mario Lima 09 Dic 2023 - 11:17 CET
Archivado en:

Más información

Decenas de terroristas de Hamas, en calzoncillos, capturados por el Ejército de Israel en Gaza

Dos estudiantes judíos de la Universidad de Pensilvania han demandado a la institución -parte de la pretigiosa la Ivy League, alegando que el centro del saber «se ha transformado en un laboratorio de incubación de virulento odio, acoso y discriminación contra los judíos».

En su demanda, presentada 6 de diciembre de 2024 en el Tribunal de Distrito de EE.UU, los estudiantes afirman que la universidad viola el Título VI de la Ley de Derechos Civiles de 1964 por no “remediar el ambiente hostil en su campus”.

«Lo que ha “puesto a los demandantes y a otros estudiantes judíos e israelíes en grave riesgo emocional y físico”.

La demanda menciona varios incidentes en el campus antes y después del ataque de los terroristas Hamás contra Israel el 7 de octubre, cuando la universidad no hizo cumplir sus propias políticas ni protegió a los estudiantes judíos.

Según la demanda, desde de las masacres, espantosas violaciones y asesinato de niños perpetrados por los psicópatas de Hamas el 7 de octubre, “muchos han acosado y violentado a estudiantes judíos en apoyo de la masacre de de Hamas y en condena de la respuesta de autodefensa de Israel”.

Uno de los demandantes en la demanda dice que el 9 de octubre, mientras caminaba por el campus con ropa que la identificaba como judía, incluida una estrella de David, pasó junto a un grupo de manifestantes pro palestinos.

Uno de los manifestantes le gritó: «eres una judía sucia, no nos mires».

Otros manifestantes se unieron, burlándose de Davis con: «sigue paseando, pequeño judío sucio», «sabes lo que has hecho mal».

La demanda afirma que «los estudiantes judíos han sido obligados a soportar un acoso deliberado y selectivo por parte del profesorado de Penn».

En el vídeo, durante una comisión en el Congreso de Estados Unidos, la representante republicana Elise Stefanik pregunta a las presidentes de tres de los centros universitarios más prestigiosos del país –Harvard, la Universidad de Pensilvania y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, conocido como MIT– si instar al genocidio de los judíos está en contra de las normas de sus respectivos campus.

La pregunta es sencilla y la respuesta que demanda la congresista también: «Sí o no», repite en varias ocasiones.

Las contestaciones, desgraciadamente, no lo son tanto: hay circunloquios y referencias al «contexto» pero la primera, del MIT, más o menos responde que sí.

La de Pensilvania, por el contrario, dice con una sonrisa que «si el discurso se convierte en una conducta puede ser acoso», es decir, que no pasa nada mientras los estudiantes no se pongan efectivamente a matar judíos pero si los matan la universidad lo podría considerar «acoso».

Finalmente, no hay forma de lograr una afirmación que vaya más allá de llamar al genocidio de los judíos se considerará en contra de las normas de su universidad «dependiendo del contexto».

La presidenta de Harvard, disfrazada de progre porreta, se refugia también detrás del contexto, reiteradamente, y, con un cierto aire de superioridad moral, rechaza la oportunidad que le da la congresista Stefanik.

LA DEMANDA JUDICIAL

La demanda se produce justo cuando esta en cuestión el futuro de la presidenta Liz Magill, después de que su desastroso testimonio durante una audiencia en la Cámara sobre el antisemitismo en el campus.

Magill fue condenada como insensible a las preocupaciones de los estudiantes judíos, lo que llevó a llamados generalizados para su destitución y una reunión de emergencia del administrador universitario.

No es Magill la única alta autoridad universitaria norteamericana puesta en entredicho.

Claudine Gay, presidenta de la Universidad de Harvard, se disculpó en una entrevista con el periódico estudiantil de la escuela, después de enfrentar una condena generalizada por su vergonzoso testimonio ante el Congreso esta semana, en el que ella y otros rectores de la universidad no dijeron explícitamente que los llamados al genocidio del pueblo judío constituían intimidación y acoso en el campus.

Argumentaron, con una insensibilidad que atufa, que «todo depende de las circunstancias».

La disculpa ultima, que llega ante el temor de perder el cargo, se produjo pocos días después de que Gay, el presidente de la Universidad de Pensilvania y el presidente del MIT testificaran en una audiencia del comité de la Cámara de Representantes centrada en el antisemitismo en el campus, ante críticas generalizadas de que no han hecho lo suficiente para garantizar la seguridad de los estudiantes judíos y otras personas. en sus respectivas escuelas.

Harvard, UPenn y MIT han sido criticados –junto con otras instituciones académicas estadounidenses– por la percepción de inacción contra el antisemitismo en sus campus, especialmente a raíz del ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre contra Israel y la guerra posterior.

Harvard también se encuentra entre las 14 universidades investigadas por el Departamento de Educación “por discriminación que involucra ascendencia compartida” desde los ataques de octubre.

Durante la audiencia del martes en la Cámara de Representantes, Gay, junto con los presidentes de UPenn y MIT, no dijeron explícitamente que pedir el genocidio de judíos necesariamente violaría su código de conducta sobre intimidación o acoso. En cambio, explicaron que dependería de las circunstancias y la conducta.

Gay dijo al periódico estudiantil de Harvard que lamentaba lo que soltómpor la boca.

«Cuando las palabras amplifican la angustia y el dolor, no sé cómo puedes sentir algo más que arrepentimiento», dijo a The Crimson.

“Quedé atrapada en lo que se había convertido en ese momento en un extenso y combativo intercambio sobre políticas y procedimientos”, dijo Gay al periódico. “Lo que debería haber tenido la presencia de ánimo para hacer en ese momento fue volver a mi verdad rectora, que es que los llamados a la violencia contra nuestra comunidad judía (amenazas a nuestros estudiantes judíos) no tienen lugar en Harvard y nunca quedarán sin respuesta.

Más en Educación

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

CONTRIBUYE

Mobile Version Powered by