Trump y el dilema de las deportaciones masivas: ¿Cuánto aportan a la economía de EEUU todos los hispanos que quieren expulsar?

A menos de dos meses de asumir su segundo mandato, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha reiterado su promesa de implementar «la mayor operación de deportación en la historia» del país.

Esta declaración ha reavivado el debate sobre el impacto económico de los inmigrantes indocumentados y las posibles consecuencias de una expulsión masiva.

Según las últimas estimaciones del Departamento de Seguridad Nacional, hasta 2022 había aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. Expertos proyectan que esta cifra podría haber aumentado a al menos 12 millones en la actualidad.

El debate sobre la contribución económica de este grupo poblacional es intenso y complejo, en parte debido a la escasez de datos recientes y confiables. Sin embargo, diversas investigaciones sugieren que los inmigrantes indocumentados tienen un impacto positivo en la economía estadounidense en varios aspectos:

1. Aumento del tamaño de la economía: La presencia de trabajadores indocumentados contribuye al crecimiento económico general.
2. Contribución fiscal neta positiva: Estudios indican que este grupo paga más en impuestos de lo que recibe en servicios públicos.
3. Mano de obra en sectores clave: Realizan trabajos que muchos ciudadanos estadounidenses no están dispuestos a hacer, especialmente en agricultura, construcción y servicios.
4. Impulso al consumo interno: Como consumidores, los inmigrantes indocumentados estimulan la demanda de bienes y servicios.

Un estudio reciente del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE) proyecta que si se materializan los planes de deportación anunciados por Trump, afectando a 1,3 millones de personas, las consecuencias para el crecimiento económico serían negativas. El informe estima que para el año 2028, el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos podría disminuir un 1,2%, acompañado de una reducción en los puestos de trabajo.

Los autores del estudio, Anjali Bhatt, Megan Hogan, Marcus Noland y Warwick J. McKibbin, argumentan que «las deportaciones masivas aumentarían los precios, costarían empleos y dañarían la economía estadounidense». Señalan que los inmigrantes indocumentados no solo son trabajadores, sino también consumidores, y su expulsión significaría «menos demanda de alimentos, vivienda, servicios y otras necesidades domésticas».

El plan de Trump y sus implicaciones

El presidente electo ha confirmado su intención de declarar una emergencia nacional y utilizar el ejército para implementar su plan de deportación masiva. Tom Homan, recientemente nombrado «zar de la frontera», ha indicado que se dará prioridad a los inmigrantes indocumentados considerados como una amenaza a la seguridad nacional o pública.

Por su parte, el vicepresidente electo, JD Vance, ha sugerido que las deportaciones podrían comenzar con un millón de personas. Trump ha declarado que planea «cerrar la frontera porque ahora mismo tenemos una invasión».

Estas declaraciones han generado preocupación en diversos sectores de la sociedad estadounidense, incluyendo instituciones educativas. Michael S. Roth, presidente de la Universidad Wesleyan, emitió un comunicado tras las elecciones asegurando que la institución «hará todo lo posible para proteger a los más vulnerables entre nosotros».

Impacto en el sistema educativo

El temor a las deportaciones masivas ha llegado a las escuelas y universidades del país. Se estima que más de 400.000 estudiantes universitarios en Estados Unidos carecen de documentos, y aproximadamente un tercio de ellos son elegibles para el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia).

Trump ha expresado su intención de eliminar el programa DACA, que actualmente está paralizado y su futuro se debate en los tribunales. La posible cancelación de este programa podría afectar significativamente a la población estudiantil de origen inmigrante, que ha sido una fuente vital para las universidades estadounidenses durante las últimas dos décadas.

Perspectivas económicas y políticas monetarias

La implementación de aranceles severos contra los principales socios comerciales de Estados Unidos, como ha prometido Trump, podría tener consecuencias significativas en la economía. Expertos anticipan que estos aranceles provocarían un aumento en los precios de productos importados, lo que podría llevar a la Reserva Federal a reconsiderar su política de tasas de interés.

Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, ha indicado que es prematuro evaluar cómo los planes arancelarios de Trump afectarían a la economía estadounidense. Sin embargo, la amenaza de aplicar aranceles del 25% a México y Canadá, y un arancel adicional del 10% a los productos chinos desde el primer día de su mandato, ha generado preocupación en Wall Street.

Los analistas advierten que una inflación persistentemente alta, inducida por elevados aranceles, podría impedir que la Fed reduzca los costos de los préstamos, lo que afectaría las inversiones y el crecimiento económico en general.

Conclusión

El plan de deportaciones masivas propuesto por Donald Trump plantea un dilema económico y social para Estados Unidos. Mientras que el presidente electo argumenta que estas medidas son necesarias para la seguridad nacional y el control migratorio, los expertos advierten sobre las posibles consecuencias negativas para la economía del país.

La contribución de los inmigrantes indocumentados a la economía estadounidense es significativa y multifacética. Su repentina eliminación podría tener efectos adversos en diversos sectores, desde la agricultura hasta la educación superior. Además, las políticas comerciales propuestas podrían complicar aún más el panorama económico, potencialmente llevando a una inflación más alta y a tasas de interés elevadas.

A medida que se acerca la fecha de toma de posesión, el 20 de enero de 2025, la incertidumbre sobre cómo se implementarán estas políticas y cuáles serán sus efectos reales sigue siendo alta. Lo que está claro es que el debate sobre inmigración y economía seguirá siendo un tema central en la agenda política y económica de Estados Unidos en los próximos años.