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Crimen brutal en Carolina del Norte

El silencio de los grandes medios ante el asesinato de Iryna Zarutska: ¿qué hay detrás?

La muerte de la joven refugiada ucraniana en Charlotte destapa preguntas incómodas sobre el tratamiento informativo de los grandes medios

Periodista Digital 09 Sep 2025 - 10:35 CET
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La tragedia de Iryna Zarutska: Escapó del horror de Ucrania… y encontró una muerte brutal en Carolina del Norte

Iryna Zarutska, refugiada ucraniana de 23 años, perdió la vida el pasado 22 de agosto en la estación East/West Boulevard del tren ligero Lynx, en Charlotte, Carolina del Norte.

Un ataque brutal, grabado por las cámaras de seguridad y difundido por medios locales, muestra cómo un hombre la apuñaló por la espalda mientras ella escuchaba música y miraba su teléfono móvil. El agresor, identificado como Decarlos Brown Jr., tenía antecedentes penales y fue detenido poco después. Sin embargo, la cobertura mediática nacional e internacional ha sido escasa, generando inquietud entre analistas y ciudadanos.

A día de hoy, 9 de septiembre de 2025, el caso sigue sin recibir el eco que cabría esperar en las grandes cabeceras globales. La pregunta es directa: ¿por qué los grandes medios apenas han informado sobre el asesinato de Iryna Zarutska?

Los hechos: un crimen sin sentido

El responsable es Decarlos Brown Jr., afroamericano de 34 años, con un largo historial criminal que incluye robo a mano armada, amenazas y delitos violentos. El criminal actuó solo y no había relación previa con la víctima. El ataque fue inesperado y aparentemente sin motivación conocida.

El asesinato ocurrió a las 21:55. Iryna Zarutska subió al tren ligero tras terminar su jornada laboral en una pizzería local. En menos de cinco minutos, Brown sacó una navaja y le asestó tres puñaladas en el cuello. La víctima colapsó mientras los pasajeros reaccionaban con desconcierto y miedo.

El sospechoso salió del tren limpiándose la sangre. Posteriormente, fue detenido y trasladado al hospital por heridas autoinfligidas.

La policía descarta que víctima y agresor se conocieran; todo apunta a un ataque aleatorio. El motivo sigue siendo desconocido; la Unidad de Homicidios del Departamento de Policía de Charlotte-Mecklenburg mantiene abierta la investigación.

Actualmente está acusado de homicidio doloso.

Reacciones públicas y políticas

La alcaldesa de Charlotte, Vi Lyes, calificó el crimen como “sin sentido y trágico” e instó a reforzar la seguridad ciudadana. El presidente estadounidense Donald Trump lo tachó de “horrible” aunque admitió no conocer todos los detalles aún.

Miembros del Ayuntamiento han pedido medidas urgentes para mejorar la protección en el transporte público. En redes sociales, usuarios denuncian racismo mediático e invisibilización del sufrimiento migrante.

¿Por qué los grandes medios guardan silencio?

El silencio informativo ha sido llamativo para diversos analistas, que destacan varios motivos.

Saturación informativa: La agenda internacional está marcada por conflictos, elecciones y desastres naturales. Casos locales pueden quedar relegados.

Perfil social del caso: Las grandes cabeceras suelen priorizar temas que encajan con sus líneas editoriales o intereses políticos.

Temor a polémicas raciales: Algunos expertos sugieren que cuando el agresor pertenece a minorías étnicas o tiene un historial complejo, ciertos medios prefieren evitar el tema para no alimentar debates sociales incómodos.

Desigualdad mediática: Los crímenes que afectan a migrantes o refugiados fuera del radar político principal suelen recibir menos atención.

No obstante, el caso sí ha sido abordado por medios locales y algunas cadenas internacionales, aunque con menor profundidad que otros hechos similares.

El perfil de Iryna Zarutska

Su historia refleja el drama migratorio actual: miles de jóvenes ucranianos escapan cada año del conflicto para buscar seguridad y oportunidades en otros países.

La muerte de Iryna Zarutska es ya símbolo del vacío informativo que muchas tragedias enfrentan fuera del foco principal mediático. Su historia invita a repensar el papel ético y social del periodismo en un mundo cada vez más interconectado pero desigual en atención.

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