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Más falso que un euro de madera.
¡Qué patético espectáculo de postureo cultural el que nos regala La Moncloa!
En un desesperado y ridículo intento por pescar votos juveniles en las turbias aguas de TikTok, los propagandistas del Gobierno Frankenstein lanzan a Pedro Sánchez como un influencer de pacotilla, fingiendo un hipsterismo que huele a naftalina.
Ahí lo tenemos al marido de Begoña, al colega del putero Ábalos, al amigo del golpista Puigdemont y al socio del etarra Otegi, recomendando con fingida pasión las canciones de Vera Fauna o rindiéndose a la brillantez de Rosalía, mientras aconseja leer cómics comprometidos y embiste en el Congreso contra Feijóo, que lo deja planchado recordando donde estudio el amo del PSOE.
No falta el nostálgico que recuerda conciertos de Guns ‘N Roses, ni el que lee sobre Inteligencia Artificial con Cala Vento de fondo, o pedalea en bici al ritmo de podcasts de música electrónica.
Todo un circo de credenciales falsas, donde el amo del PSOE, el eje de la corrupción socialista, se disfraza de intelectual pop para ocultar que su verdadera banda sonora es la de las urnas vacías.
La política en España atraviesa un periodo convulso, y Sánchez ha decidido dar un giro estratégico que no pasa desapercibido: ha aterrizado en TikTok con el ilusorio propósito de frenar la fuga de jóvenes hacia VOX.
Esta decisión no es casual.
Las encuestas indican que el PSOE ha visto una caída de más de ocho puntos entre los menores de 30 años en solo dos años.
El panorama es aún más alarmante en el grupo de 18 a 24 años, donde el partido socialista ha descendido del 31,3% al 14,8%, mientras que Vox asciende a un notable 25,1%, posicionándose como la alternativa preferida entre los jóvenes.
Este cambio no solo responde a una crisis interna del PSOE o al desgaste institucional.
Los jóvenes españoles, sobre todo los que tienen entre 18 y 25 años, han manifestado su descontento ante lo que perciben como censura woke, un feminismo que consideran “anticuado” y la negación de su identidad nacional.
VOX ha sabido canalizar este desencanto y convertirlo en votos. Esta tendencia se refleja en la vida cotidiana de las escuelas y en las redes sociales, donde los valores conservadores están ganando adeptos entre los adolescentes.
La nueva imagen cultural de Sánchez: desde Rosalía hasta los cómics comprometidos
La respuesta desde La Moncloa ha sido ágil y bien pensada. Sánchez se reinventa con una agenda cultural destinada a conectar con el lenguaje juvenil y deshacerse de la etiqueta “carca” que le han colgado sus opositores.
Esta semana, le hemos visto en Radio 3, luciendo cazadora vaquera y camiseta, recomendando temas del grupo sevillano Vera Fauna, así como comentando sobre Sharon Van Etten y Destroyer.
Pero hay más: también anima a los jóvenes a leer cómics comprometidos, presume de sus lecturas sobre Inteligencia Artificial con música de fondo de Cala Vento o Restinga, e incluso se rinde ante el talento de Rosalía, sin caer en excesos publicitarios.
Su agenda cultural incluye visitas a la librería del famoso editor Chus Visor, donde adquiere lo último de la poeta colombiana Piedad Bonett, y asiste al preestreno del nuevo filme de Alejandro Amenábar. Recuerda nostálgicamente un concierto de Guns ‘N Roses y escucha podcasts sobre música electrónica mientras pasea en bicicleta.
Todo esto se comparte en TikTok, donde sus vídeos logran millones de visualizaciones, siendo especialmente exitosos aquellos en los que hace recomendaciones culturales.
Estrategia digital y verificación: ¿desinformación o nueva narrativa?
La ofensiva digital del Gobierno no se limita únicamente a la figura del presidente.
Otros ministros también han abierto cuentas en TikTok, siguiendo la directriz de incrementar la presencia institucional en esta popular red social entre la Generación Z. El objetivo es evidente: captar el interés juvenil mediante contenidos exclusivos y aprovechar algoritmos que favorecen la viralización.
- El equipo comunicacional de La Moncloa celebra los resultados obtenidos hasta ahora: han pasado de cero a más de 200.000 seguidores en TikTok, con vídeos que han alcanzado casi tres millones de visualizaciones.
- La estrategia busca presentar a Sánchez como una persona moderna y accesible; por ejemplo, realiza un house tour por La Moncloa sin caer en clichés típicos como bailes virales.
Sin embargo, este despliegue digital suscita interrogantes legítimos acerca del riesgo de desinformación y la necesidad imperiosa de llevar a cabo una verificación rigurosa.
Este intento por conectar con los jóvenes podría interpretarse como una maniobra preelectoral para cambiar el rumbo ante la crisis matrimonial del PSOE con Junts y frente al desgaste que afecta al partido. Según algunos críticos, esta histeria propagandística se mezcla con guiños culturales y recomendaciones musicales diseñadas para neutralizar el antisanchismo y acercarse a un público desencantado.
La fuga del voto joven: ¿un fenómeno temporal o un cambio estructural?
Los datos son claros y revelan un cambio generacional significativo:
- En solo un año, el PSOE ha perdido cinco puntos entre los votantes más jóvenes (18 a 24 años) y más de cuatro puntos entre aquellos que tienen entre 25 y 34 años.
- Vox capitaliza este desencanto con un discurso identitario y tradicional, triplicando al PP en intención de voto dentro del segmento juvenil.
- Un informe del CIS publicado en abril de 2025 ya posicionaba a Vox como primera fuerza entre los menores de 35 años, estimando su apoyo electoral en un 17,4%, mientras que el PSOE descendía hasta el 13,1%.
Las estrategias destinadas a verificar información y controlar narrativas parecen lejos de frenar esta fuga; por el contrario, alimentan la percepción entre los jóvenes sobre una desconexión existente entre los partidos tradicionales y sus inquietudes reales. La saturación informativa proveniente de TikTok y otras plataformas choca con esa autenticidad tan demandada por las nuevas generaciones.
Además, el algoritmo premia aquellos contenidos que generan controversia o debate más que aquellos que informan con rigor.
Propaganda, cultura y política: ¿acelerón preelectoral?
El impulso cultural mediático dado por Sánchez coincide con el inicio del ciclo electoral en diversas comunidades autónomas.
El presidente busca conquistar al electorado joven mediante una estética pop e insinuaciones hacia la cultura indie, intentando transformar su imagen para evitar una pérdida masiva de apoyos. Pero queda una pregunta sin respuesta: ¿estamos ante un mero acelerón preelectoral o asistimos a una transformación profunda en las maneras políticas dentro del país?
La agenda cultural, su presencia activa en TikTok junto con el despliegue ministerial en redes sociales forman parte integral de una estrategia diseñada para recuperar terreno perdido; todo ello presentado bajo la imagen de un líder moderno, comprometido y cercano.
Sin embargo, la lucha por captar el voto joven también se desarrolla en el ámbito crítico relacionado con la verificación informativa; aquí es donde los partidos deben demostrar que sus mensajes van más allá de ser simples propagandas para convertirse realmente en respuestas concretas ante las inquietudes e ilusiones propias de las nuevas generaciones.
Al final del día, lo que está realmente en juego no es solamente el resultado electoral venidero; también es cuestión del modelo comunicativo político vigente y cómo los partidos deben adaptarse a un ecosistema informativo que cambia constantemente.
En este contexto actual, donde ser auténtico y transparente cobra mayor relevancia que nunca.
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