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¿Fin de la era «woke» en redes sociales?
El panorama del periodismo online está experimentando una transformación radical.
El hombre más rico del mundo, Elon Musk, a la vera del expresidente Donald Trump, ahora reelegido y a una semana de volver a la Casa Blanca, se ha convertido en el abanderado planetario de una cruzada contra lo que denomina despectivamente el «virus woke«.
Su alianza con Trump ha desencadenado una revolución ‘libertaria‘ que promete cambiar las reglas del juego en el mundo digital.
LA HISTÉRICA REACCIÓN DE SANCHEZ Y SUS COMPINCHES EUROPEOS
La reacción de los líderes europeos frente a Musk ha sido defensiva y casi histérica.
En lugar de entrar en el fondo de lo que plantea el dueño de X, y abordar retos como la inmigración la seguridad, han optado por amenazar con prohibir su plataforma e instan a la Comisión Europea a investigarla.
Alguno hasta ha sugerido que la reciente entrevista de Musk con la líder del AfD podría servir para para anular las elecciones germanas de febrero si gana la derecha, como ocurrió en Rumanía en diciembre de 2024.
Para Musk no es algo nuevo o sorprendente.
En los últimos años, sus empresas han sido objeto de numerosas investigaciones por parte de los principales reguladores estadounidenses, especialmente intensas a medida que aumentaba su apoyo a Trump.
Es crucial reconocer que, independientemente de la forma en que Musk plantea estos temas o sus alineaciones políticas, los problemas que señala son reales y no desaparecerán ignorándolos.
LA DECADA DE LA CENSURA
Los Twitter Files y las recientes declaraciones de Mark Zuckerberg han revelado cómo las grandes redes sociales y los medios tradicionales -al estilo de lo que han sido y siguen siendo en España las cadenas de televisión, las Asociaciones de Prensa y medios como El País y similares en lo que se refiere a las tropelías del socialista Sánchez– actuaron como guardianes de la verdad oficial.
- Censuraron debates cruciales durante la pandemia
- Bloquearon temas y silenciaron voces disidentes
- Promovieron narrativas únicas que resultaron ser incorrectas en muchos casos
Casos como la corrupción del hijo de Joe Biden o la senilidad del propio presidente han demostrado la colaboración entre gobiernos, medios y redes para manipular la opinión pública con un claro sesgo partidista.
En este panorama, Musk se ha erigido como la principal fuerza disruptiva, desafiando el statu quo y exponiendo las prácticas de censura y manipulación de la información.
El ascenso de la «anti-woke»
El término «woke», originalmente utilizado en la comunidad afroamericana para describir la conciencia sobre las injusticias sociales, ha evolucionado hasta convertirse en el centro de una feroz batalla cultural y política en Estados Unidos.
Musk, en particular, ha declarado una guerra abierta contra esta corriente, que él considera una amenaza para la civilización occidental.
«A menos que el virus woke, que es fundamentalmente anticiencia, antimérito y antihumano en general, se detenga, la civilización nunca llegará a ser multiplanetaria», declaró Musk al biógrafo Walter Isaacson.
Esta afirmación refleja la intensidad de su cruzada personal contra lo que percibe como una ideología perniciosa.
La adquisición de Twitter por parte de Musk, rebautizada como X, ha sido el campo de batalla principal de esta guerra ideológica.
El magnate sudafricano ha implementado cambios drásticos en la plataforma, desde la restauración de cuentas controvertidas hasta la modificación de los algoritmos para favorecer ciertos tipos de contenido.
Mark Zuckerberg, CEO de Meta, también ha mostrado un acercamiento a posiciones más libertarias, aunque de manera menos radical que Musk.
No es algo irrelevante. Musk y Zuckerberg controlan conjuntamente 4.700 millones de cuentas, la mitad de todo el planeta
Facebook supera los 3.000 millones de cuentas activas, Instagram los 1.200 millones y X (antigua Twitter) cuenta con cerca de 550 millones de usuarios
El ‘despertar‘ de los titanes tecnológicos sugiere un cambio de paradigma en la forma en que se gestionan las redes sociales más influyentes del mundo.
El impacto en el periodismo online
El periodismo tradicional se encuentra en el punto de mira de esta revolución digital.
Musk ha acusado repetidamente a los medios de comunicación establecidos de propagar desinformación y de ser cómplices de la agenda «woke«.
Su plataforma X se ha convertido en un megáfono para voces alternativas y, en ocasiones, para teorías conspirativas.
«The legacy media is dying«, tuiteó Musk, en lo que parece ser una declaración de guerra contra el periodismo tradicional.
Esta postura ha encontrado eco en millones de seguidores, quienes ven en X una fuente de información más «auténtica» y menos filtrada.
La comunidad internacional -siempre tan proclive a lo progre y tan acomodada a lo políticamente correcto- observa acobardada estos cambios.
La Unión Europea ha expresado su inquietud por la proliferación de desinformación en X, mientras que organizaciones de derechos humanos advierten sobre los peligros de una plataforma sin moderación efectiva.
El caso español: ¿Una ola que llega tarde?
En España, la batalla contra lo «woke» no ha alcanzado la intensidad que se observa en Estados Unidos.
Sin embargo, algunas voces han comenzado a adoptar la retórica anti-woke, especialmente en plataformas como X.
- Musk atribuye parte de su animadversión hacia lo «woke» a su distanciamiento con su hija transgénero.
- El magnate ha admitido manipular los algoritmos de X para favorecer ciertos tipos de contenido.
- Trump, ahora aliado de Musk, fue inicialmente expulsado de Twitter tras los eventos del 6 de enero en el Capitolio.
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