Acaba 2025 y es tiempo de resúmenes.
Políticamente, este ejercicio acabará siendo recordado por los grandes escándalos que han marcado la legislatura de Pedro Sánchez, un Gobierno lastrado por la corrupción, el desgaste institucional y la inestabilidad energética.
Lejos de traer prosperidad, el sanchismo deja una España dividida, con la confianza en las instituciones por los suelos y una economía vulnerable ante fallos sistémicos. Esta es la herencia de un presidente que prometía regeneración y acabado entregando opacidad, nepotismo y caos.
- El gran apagón del 28 de abril: El colapso eléctrico que dejó a toda la Península Ibérica a oscuras durante horas, con pérdidas millonarias y un sistema al límite por la obsesión ideológica con las renovables sin respaldo suficiente. Un aviso ignorado que expuso la fragilidad de la transición energética impulsada por el Gobierno.
- Caso Koldo-Ábalos: La trama de mascarillas fraudulentas durante la pandemia, con comisiones millonarias y el exministro José Luis Ábalos en el centro, procesado y con vínculos directos al núcleo duro de Sánchez.
- Implicación de Santos Cerdán: El número 3 del PSOE, exsecretario de Organización, dimitido y procesado por presunta organización criminal y cohecho en la extensión del caso Koldo, salpicando la cúpula del partido.
- Caso Begoña Gómez: La esposa del presidente investigada por tráfico de influencias y corrupción en los negocios, con un juez determinando que, de ir a juicio, sería ante tribunal popular.
- El hermano de Sánchez, David Azagra: Procesado por malversación y prevaricación en su cargo público en Badajoz, desmontando la excusa gubernamental de «lawfare» familiar.
- Fiscal General Álvaro García Ortiz: Condenado por revelación de secretos, un hito inédito que cuestiona la independencia judicial bajo un Gobierno que mantiene a sus fieles a toda costa.
- Escándalos de acoso sexual en el PSOE: Una cascada de denuncias contra dirigentes como Francisco Salazar (hombre de confianza de Sánchez) y José Tomé (presidente de Diputación de Lugo), que ha dinamitado la bandera feminista del partido.
- Leire Díez, la «fontanera» del PSOE: Detenida por presuntas operaciones opacas y vínculos con tramas de influencia, encarnando el lado oscuro de las cloacas socialistas.
- Pagos irregulares en efectivo del partido: Investigaciones sobre «lagunas bancarias» en la caja del PSOE para Ábalos y Koldo, entre 2017 y 2024, que apuntan a financiación opaca.
- Plusultra y Delcy Rodríguez: El rescate millonario a la aerolínea venezolana, con sospechas de lavado y favores al régimen chavista, que sigue pesando como símbolo de alineamiento ideológico por encima de los intereses españoles.
- Pérdida de apoyos parlamentarios: Ruptura con Junts, tensiones con PNV y Sumar exigiendo reformas profundas, dejando al Gobierno en minoría absoluta y sin Presupuestos estables.
- Desgaste institucional y crisis de credibilidad: Un año cerrado con detenciones, registros en ministerios y un PSOE fracturado, donde el propio Sánchez admite errores pero se aferra al poder sin asumir responsabilidades reales.
Estas no son uvas de la suerte, sino amargas realidades que dejan a España más vulnerable, con un Gobierno acorralado por la Justicia y desconectado de los problemas reales de los ciudadanos: inflación persistente, inseguridad energética y una política convertida en culebrón judicial.
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