El ex concejal de los 50.000 euros en droga y masajes gay

(PD).- El escándalo de la malversación de más de 50.000 euros procedentes de fondos públicos por parte del ex concejal de Palma Javier Rodrigo de Santos han dejado hecho unos zorros al Partido Popular de Baleares.

Javier Rodrigo de Santos ha devuelto miles de euros que sustrajo de las arcas municipales y que gastó en diversas salidas a locales de alterne. Alega «problemas de salud», pero en su contra hay hasta vídeos que ponen los pelos de punta.

Uno, el que más circula por la Red, muestra la grave adicción a las drogas y al sexo del ex teniente de alcalde y ex regidor del Ajuntament de Palma.

Está grabado hace unos dos años, en el interior de una vivienda cuya dirección y teléfono se anuncian para prestar servicios gays. Además de las imágenes de sexo, Javier Rodrigo de Santos aparece totalmente desnudo, acercando la nariz a un plato en el que hay un polvo blanco, que se asegura que es cocaína.

De Santos, padre de cinco hijos, es un activista ultracatólico que, como concejal, rechazó celebrar bodas homosexuales, participó en las concentraciones con el Papa en Valencia en 2006 -donde se retrató con el obispo de Mallorca- y llevó en procesión el paso de la Virgen del Remei en El Molinar.

En un burofax, se excusó ayer en «un error» y en «circunstancias de salud». Es un personaje de peso que tuvo mucho poder en Baleares y en el PP.

Su carrera política y funcionarial tuvo su salto cualitativo en 1997, cuando la ex ministra de Sanidad y mano derecha de Mariano Rajoy, Ana Pastor, dirigía la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado, MUFACE. Pastor lo nombró delegado en Baleares y después fue director territorial del Insalud.

SE APELA A LA FAMILIA

Desde el entorno de Javier Rodrigo de Santos se habla ahora de que hay una familia «afectada». Es cierto, pero así como su mujer y sus hijos es lógico que salgan en su defensa, no lo es que lo haga su partido. El asunto es sonrojante y a diferencia de lo ocurrido recientemente con el Gobernador de Nueva York, que pagaba sus juergas con su propio dinero, el ex concejal usaba dinero público.

Silda Wall Spitzer, brillante abogada, esposa y madre de las tres hijas de la pareja, apareció silenciosa y resignada junto al gobernador neoyorquino él mientras anunciaba su dimisión. Muchos se preguntan por qué las mujeres de optan por entregarse al juego de las apariencias e inmolarse públicamente.

Silda Wall Spitzer, que nunca quiso que su esposo entrara en política, ha seguido el mismo guión inaugurado en 1992 por Hillary Clinton, antes de los escarceos entre su marido, el después presidente Bill Clinton, y Monica Lewinsky.

Toda la prensa estadounidense recuerda la célebre frase de Hillary, sentada de la mano junto a Bill durante una entrevista en 1992, cuando aún no era presidente, pero ya se le acusaba de infidelidades.

Lo mismo hizo Dina Matos McGreevey cuando el gobernador de Nueva Jersey, James E. McGreevey, tras ser descubierto con un hombre entre las piernas, anunció su homosexualidad en 2004.

Las esposas, siendo además madres, pueden hacer lo que consideren mejor para la familia, pero los partidos políticos tienen otras normas y obligaciones. El Pp no puede mirar para otro lado, ni en este caso, ni en otros en los que el dinero o el ladrillo, parecen más importantes que el sexo gay.

LA BRONCA EN EL PP

Aunque de cara al exterior, y con la tormenta que ha supuesto el asunto, se guardan las formas, las reuniones internas y las conversaciones de los últimos días giran en el mismo sentido: el enfado con el ex presidente Jaume Matas.

Y es que la estructura del partido hace responsable a Matas de lo sucedido con Santos. «Era su protegido, lo colocó de segundo en el Ayuntamiento de Palma para vigilar a Catalina Cirer, que era leal al ex presidente Gabriel Cañellas», aseguran fuentes populares, que se reafirman en que lo de Santos ha sido, como el fichaje de María de la Pau Janer, otra de las grandes metidas de pata de Matas, a cuya residencia de Washington no parecen llegar las ondas del escándalo.

Un galimatías que ha resultado más humillante al conocerse que el ex concejal, en la actualidad segundo de la delegación del Ministerio de Economía y Hacienda en el archipiélago, había gastado los fondos en casas de prostitución masculina. Los gustos sexuales de Santos han caído como una bomba, ya que, casado y padre de cinco hijos, estaba considerado cercano al Camino Neocatecumenal. De hecho, estuvo con «los Kikos» en Valencia, durante la visita del Papa a la ciudad del Turia en 2006.

En el PP balear las noticias han cogido de sorpresa, aunque no tanto para algunos, que aseguran haber tenido conocimiento de rumores sobre la disipada vida nocturna del antiguo edil.

Ahora, sin embargo, el «hombre fuerte» de Matas, ex director territorial del Insalud y coordinador de la campaña electoral de 2003, se enfrenta a un proceso judicial por malversación de caudales públicos. No contará con sus compañeros del PP, que le han suspendido de militancia. Tan sólo con sus abogados –que barajan la posibilidad de argumentar su defensa en una presunta adicción a las drogas– y su familia.

Por lo pronto, Santos devolvió los más de 50.000 euros y puso tierra por medio, saliendo de la isla hacia Madrid acompañado por un hermano.