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Todo a cuenta del sufrido contribuyente español.
Ajenos e indiferentes a los incendios que asolan España.
Por todo lo alto.
Preocupados eso si por los abucheos piopulares.
Y prueba de ellos es que, como hicieron en La Mareta, el amo del PSOE y la pentaimputada se blindan con drones y 20 escoltas
En plena canícula política y con el foco mediático sobre sus movimientos, Pedro Sánchez y Begoña Gómez han convertido el Hermitage de Andorra en su particular fortaleza veraniega.
La pareja presidencial ha decidido cerrar una planta completa de este hotel de cinco estrellas —el más exclusivo del Principado— durante su estancia, blindándose frente a miradas indiscretas y, de paso, a los crecientes rumores que rodean a la paisana.
A día de hoy, 29 de agosto de 2025, la elección del Hermitage no es casualidad.
Este establecimiento es sinónimo de lujo alpino: suites con jacuzzi privado, vistas panorámicas a las montañas, spa de cinco plantas y restaurantes galardonados con estrella Michelin.
Los precios superan los 2.000 euros por noche, un detalle que no ha pasado desapercibido en el debate público.
Seguridad de película: drones, bicicletas y escoltas en fila india
El despliegue de seguridad roza el guion de una película de espías. Una veintena de escoltas, apoyados por la policía andorrana, se mueven en bicicleta para no perder de vista al presidente y a su esposa durante sus rutas de ciclismo de montaña. Drones sobrevuelan discretamente el perímetro del hotel y los caminos que frecuenta el matrimonio, garantizando que ni un solo paparazzi capture una instantánea fuera de guion.
Este nivel de blindaje recuerda más a la protección de un jefe de Estado en visita oficial que a unas simples vacaciones familiares. La medida ha generado no pocas bromas y memes en redes sociales, donde algunos usuarios se preguntan si, en el Hermitage, el servicio de habitaciones también pasa controles de seguridad o si el jamón llega en helicóptero.
El ‘clan Benasque’ y la ‘operación agosto’: vacaciones con agenda propia
No se puede entender la estancia de Sánchez y Gómez en Andorra sin mencionar al ‘clan Benasque’, ese círculo de amistades y colaboradores que aprovechan el periodo estival para reunirse en destinos de alto copete. Este año, el refugio andorrano ha servido no sólo para el relax, sino también como escenario informal de encuentros políticos y empresariales, según deslizan algunos observadores. Los pasillos del Hermitage, lejos de ser simples corredores de hotel, se convierten en improvisados despachos donde se analizan encuestas, se negocian alianzas o se planifica la rentrée política.
Mientras tanto, el marido de Begoña sigue prolongando sus vacaciones, sin prisa por regresar a la rutina de Moncloa. El contraste entre la imagen de un presidente descansando en una suite de lujo y la de un país en plena resaca política e institucional resulta, cuando menos, llamativo.
El Hermitage: lujo de altura y privacidad total
El Hotel Sport Hermitage & Spa, en Soldeu, es mucho más que un alojamiento. Se trata de un complejo con 135 suites, spa de 5.000 metros cuadrados, acceso exclusivo a pistas de esquí y servicios de alta gastronomía. Para quienes buscan la máxima discreción —como en este caso—, dispone de nueve residencias privadas comunicadas entre sí, permitiendo crear un “búnker” a medida de cada huésped.
Algunos detalles que elevan la experiencia:
- Habitaciones con materiales nobles y diseño contemporáneo.
- Spa considerado el mejor de Andorra, con tratamientos de salud y belleza personalizados.
- Restaurante con estrella Michelin.
- Oferta de chalets de montaña para clientes que exigen privacidad absoluta.
Quienes han visitado el hotel aseguran que el Hermitage es “un oasis donde el tiempo se detiene”, ideal para quienes desean desaparecer del radar, aunque sea sólo durante unos días.
El contexto: polémicas, imputaciones y vacaciones blindadas
La estancia de Sánchez y Gómez en el Hermitage llega en un momento especialmente delicado. Begoña Gómez, pendiente de varios procesos judiciales, ha optado por el retiro alpino para evitar la presión mediática. El presidente, por su parte, aprovecha para practicar ciclismo y “desconectar” de los vaivenes políticos, aunque su desconexión es, a ojos de la opinión pública, más aparente que real.
El despliegue de medios públicos para proteger la privacidad de la pareja ha reabierto el debate sobre el uso de recursos oficiales en vacaciones privadas. Las críticas se han multiplicado, especialmente en redes sociales y tertulias políticas, donde se cuestiona si es apropiado reservar una planta entera de un hotel de lujo —pagada o no con fondos públicos— en plena vorágine judicial y política.
Curiosidades y datos llamativos
- El Hermitage suele ser el destino favorito de empresarios y celebridades que buscan esquivar la prensa en agosto.
- El precio de la suite presidencial supera los 3.000 euros por noche en temporada alta.
- El hotel ha implementado sistemas de seguridad dignos de una cumbre internacional, incluyendo cámaras termográficas y accesos restringidos por código.
- En el spa, es posible reservar tratamientos personalizados que, según cuentan, prometen dejar más relajado que tras una sesión de control parlamentario.
- El personal del hotel ha recibido instrucciones precisas para garantizar la confidencialidad de los huéspedes, algo que ha despertado la imaginación de los empleados: algunos aseguran que nunca habían visto tantos escoltas en bicicleta dentro del recinto.
Entre el ciclismo de montaña, los masajes de lujo y la omnipresencia de los escoltas, la escapada de Sánchez y Begoña a Andorra deja claro que, en política, las vacaciones también son un asunto de Estado —y de Estado Mayor.
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