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Hay varias lecturas y muchos intereses.
También bastante intoxicación.
Los gurús de La Moncloa confían en que VOX reste potencial a los populares, para tratar de pelear por llevarse el gato al agua en las provincias que reparten tres escaños y lograr un 2-1 frente al PP.
O sea que al Gobierno del marido de Begoña le conviene un Abascal fuerte, pero el crecimiento de VOX —constante y profundo, porque muerde en sectores populares que en su momento eran de izquierdas- enciende las alarmas en el PSOE.
Muchos alertan quye se están pasando de frenada, como le pasó a Rajoy con Podemos hace más de una década.
La política en España se encuentra en un momento de gran intensidad.
Mientras Pedro Sánchez asegura que completará su mandato, la aparición de VOX como la opción preferida entre los menores de 30 años —y en especial, entre los que votan por primera vez— ha revolucionado el panorama político.
El partido liderado por Santiago Abascal ya supera con holgura al PSOE y al PP en intención de voto directa entre los jóvenes, alcanzando cifras cercanas al 50% entre los que van a ir a las urnas por primera vez y con una fidelidad electoral que supera el 80% entre sus simpatizantes.
Este fenómeno, sin precedentes en la reciente historia democrática, ha reabierto el debate sobre si el crecimiento de la extrema derecha beneficia o perjudica al presidente socialista.
La narrativa del PP —y de medios afines— sostiene que Sánchez está encantado con el avance de VOX, ya que debilita a Feijóo y le permite presentarse como un muro contra la ultraderecha.
Pero, ¿hay evidencia que respalde esta afirmación o es simplemente una leyenda urbana impulsada desde Génova?
Sánchez y la tentación del adelanto electoral
Pedro Sánchez ha rechazado repetidamente la idea de adelantar las elecciones.
“Las legislaturas duran cuatro años y las elecciones serán en 2027”, ha insistido cada vez que se le presenta la oportunidad. Sin embargo, la presión —tanto interna como externa— es palpable: los recientes escándalos de corrupción han minado al PSOE y han reducido su apoyo entre jóvenes y mujeres, justo donde VOX está ganando terreno.
A pesar de esto, Sánchez reafirma que no convocará comicios anticipados, aunque admite que el contexto es complicado: el bipartidismo se mantiene, pero la combinación de PP y VOX supera con creces a la izquierda en las encuestas.
Aunque oficialmente no se contempla un adelanto electoral —una “estrategia” que Podemos ya empieza a sospechar— la tensión es evidente. El presidente es consciente de que, en un entorno fragmentado, cualquier decisión puede ser vista como una huida hacia adelante o una trampa para sus aliados.
La tesis de ABC: aprovechar la debilidad de Feijóo
Algunos análisis —como los que aparecen en ABC— sugieren que Sánchez esperará a que Feijóo esté en su punto más vulnerable para convocar elecciones, justo cuando VOX alcance su máximo potencial.
La lógica sería clara: si la ultraderecha quita votos al PP y fragmenta el voto conservador, el PSOE podría beneficiarse del desgaste ajeno.
Sin embargo, esta teoría se enfrenta a la dura realidad reflejada por las encuestas: el bloque de derechas (PP+VOX) sigue muy por delante del conjunto de izquierdas, y el ascenso de Abascal no parece traducirse —por ahora— en un beneficio claro para Sánchez.
De hecho, VOX está sustrayendo votantes tanto del PP como del PSOE, aunque su crecimiento es más evidente entre los populares. Aun así, la falta de una alternativa sólida desde la izquierda —Sumar y Podemos están en declive— complica aún más el panorama para el presidente.
Jóvenes y primerizos: el fenómeno Vox
Uno de los datos más impactantes del último año es el notable respaldo a Vox entre los menores de 25 años y los votantes primerizos. Según los microdatos del CIS y 40dB., cerca del 30% de los jóvenes entre 18 y 34 años optarían hoy por Abascal.
En particular, entre los varones de esa franja etaria, este porcentaje asciende al 40%. Pero lo más asombroso es cómo se ha reducido la brecha de género: una de cada cinco mujeres menores de 30 años apoyaría a Vox, triplicando así las cifras de hace dos años.
Este cambio generacional —que desafía décadas de predominio progresista juvenil— ha sorprendido a todos los partidos políticos. El discurso antisistema, su fuerte presencia en redes sociales y el desencanto hacia la política tradicional son factores clave para entender este fenómeno. Además, hay una percepción generalizada entre este electorado sobre cómo ni PSOE ni PP están ofreciendo soluciones efectivas a sus problemas.
Barómetro de encuestas: radiografía de un terremoto
Las encuestas más recientes pintan un cuadro inestable:
- PP: 30,5% (Sigma Dos), 33,8% (El Mundo), con tendencia a caer debido a la fuga hacia Vox.
- PSOE: 29,4% (40dB.), 27,2% (Sigma Dos), con una ligera recuperación pero lejos de sus mejores cifras.
- Vox: 16,7%-17,4%, su mejor resultado desde 2023 y consolidándose como tercera fuerza.
- Sumar: 6,7%, claramente en retroceso.
- Podemos: 2,8%, prácticamente irrelevante.
La suma del PP y Vox podría superar los 12 millones de votos proyectados e incluso alcanzar los 200 escaños, bloqueando cualquier intento significativo por parte del PSOE para recuperarse. Aunque el bipartidismo sigue vigente —PP y PSOE concentran casi el 60% del electorado— la irrupción de Vox ha desmantelado ese “bibloquismo” que había predominado hasta hace poco.
Ley D’Hont: cómo juega el tercero
El sistema electoral español —la célebre Ley D’Hont— favorece a los partidos grandes mientras penaliza a aquellos medianos o pequeños. Sin embargo, cuando tres fuerzas alcanzan porcentajes significativos —como es el caso actual con PP, PSOE y Vox— la distribución parlamentaria se torna más incierta.
VOX actúa como “bisagra”: puede restar diputados al PP en aquellas provincias donde ambos buscan captar votos conservadores; pero también podría dificultar mayorías absolutas para la derecha si no consigue sumar suficientes apoyos. Para Sánchez esto implica que un crecimiento moderado de VOX podría fragmentar aún más el hemiciclo e imposibilitar cualquier gobierno estable sin contar con ellos.
No obstante, si VOX continúa creciendo a este ritmo —y supera el umbral del 20%— podría convertirse en un actor clave para desplazar al PSOE del poder.
Curiosidades y datos para no perderse
- Fidelidad electoral: Vox cuenta con una base muy leal; un impresionante 83,8% de sus votantes repetiría su apoyo hoy.
- Brecha generacional: El PP lidera entre mayores de 65 años; mientras que el PSOE predomina entre aquellos con edades comprendidas entre los 45 y 64; Vox arrasa entre menores de 44.
- TikTok y rebeldía: El éxito reciente de Vox entre jóvenes se explica también por su activa presencia en redes sociales junto con un discurso disruptivo que resuena con su frustración política.
- Mujeres jóvenes: El respaldo femenino hacia Vox ha aumentado siete puntos en solo un año dentro del grupo menor.
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