Villarejo, cámaras ocultas y la sauna del suegro de Sánchez: una trama de espías y grabaciones secretas en pleno epicentro político

Madrid no solo es la capital de España; también es, por lo visto, el epicentro de un thriller donde convergen saunas, extorsiones y la familia política del mismísimo presidente del Gobierno. Los audios filtrados del excomisario José Manuel Villarejo han vuelto a encender todas las alarmas en la sede del PSOE, tras revelarse que en las saunas regentadas por Sabiniano Gómez, suegro de Pedro Sánchez, se instalaron sistemas de grabación —micrófonos ocultos y cámaras espía— para captar encuentros privados de personalidades del mundo empresarial, judicial, mediático y político. Lo cuentan extraordinariamente bien Teresa Gómez y Pelayo Barro en The Objective. 

La sauna Adán, considerada la más veterana del panorama madrileño, es uno de los locales señalados. No solo por su clientela selecta o sus horarios maratonianos —abría a las 11 de la mañana y a veces no cerraba ni al amanecer—, sino porque allí se desplegó una auténtica operación de espionaje digna del mejor cine negro. Según los audios, se grababa todo: desde charlas triviales en el bar hasta prácticas sexuales en cuartos oscuros.

El material secreto llega a Ferraz: encuentros discretos y filtraciones

El escándalo da un giro cuando estos materiales sensibles aterrizan en la mismísima sede socialista. La entrega no fue cosa menor: participaron Leire Díez —conocida como «la fontanera» del PSOE—, el empresario Javier Pérez Dolset (con causas judiciales abiertas) y la periodista Patricia López. Todos ellos acudieron a Ferraz, donde presentaron los archivos ante Santos Cerdán, secretario de Organización, junto al director de Comunicación del partido y otros altos cargos.

Allí, entre cafés y nervios, se escucharon en altavoz los audios que interesaban al partido. No es detalle menor que esta reunión tuvo lugar justo después de los cinco días de reflexión pública que se tomó Pedro Sánchez tras la imputación de su esposa, Begoña Gómez. Mientras media España especulaba sobre su futuro político, en Ferraz se debatía si filtrar o no el contenido para reforzar la tesis de que existía una conspiración mediática contra el presidente.

Cloacas policiales, extorsión y una agenda con nombre propio

Los audios entregados incluyen relatos pormenorizados sobre cómo agentes policiales grababan a figuras públicas con fines extorsivos en las saunas gestionadas por el entorno familiar de Sánchez. Las agendas del propio Villarejo reflejan reuniones con Sabiniano Gómez tras el ascenso político de su yerno, así como detalles sobre otras propiedades vinculadas a la familia Gómez. Uno de los encuentros tuvo lugar pocos días después del triunfo electoral interno del actual presidente socialista.

El material fue ofrecido al PSOE por Dolset como moneda de cambio para buscar una salida judicial a sus propios problemas legales. Tras romper las protecciones digitales ideadas por Villarejo, afloró un centenar largo de asuntos delicados: entre ellos este explosivo caso que involucra directamente al círculo íntimo del presidente.

El relato gubernamental: víctimas o beneficiarios

El Gobierno no tardó en reaccionar denunciando una supuesta operación orquestada por la «policía patriótica» durante gobiernos anteriores para obtener munición contra Sánchez y su familia. Sin embargo, el contenido íntegro publicado desmonta parte del argumentario oficialista: Villarejo relata que fue el propio suegro quien promovió un encuentro con miembros policiales poco después del acceso al liderazgo socialista.

En paralelo, destacados dirigentes socialistas han preferido centrar el discurso público en la persecución sufrida por Sánchez y su entorno, mientras otros medios han revelado detalles hasta ahora desconocidos sobre el papel activo que jugó parte del aparato socialista en la recepción y gestión del material comprometedor.

Curiosidades y detalles para la posteridad

• La sauna Adán sigue abierta a día de hoy bajo alquiler familiar con Muface.
• El archivo íntegro filtrado dura casi dos horas; solo fragmentos seleccionados han visto la luz pública.
• Entre los clientes habituales se mencionan políticos nacionales —cuyos nombres permanecen bajo siete llaves— y algún juez mediático.
• La expresión “las paredes pueden hablar” cobra aquí un sentido literal: fueron testigos mudos (pero grabados) de prácticas inconfesables.
• Este escándalo ha sumado un nuevo capítulo a la ya nutrida saga de las cloacas españolas; ni guionistas de Netflix podrían haberlo escrito mejor.

España vive pendiente del próximo giro argumental mientras en Ferraz se pregunta si habrá más sorpresas ocultas entre vapores y toallas.