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Son basura.
De la peor.
En la España política del verano de 2025, el caso del hermano de Pedro Sánchez —el llamado “músico de Badajoz”— ha dejado de ser un simple expediente judicial para convertirse en una guerra sin cuartel.
Lo que empezó como una investigación sobre supuestos enchufes y tráfico de influencias en la Diputación pacense ha derivado en un pulso turbio entre poderes, con espionaje, presiones e intentos de derribo judicial dignos de una novela negra.
La jueza Beatriz Biedma, responsable de instruir la causa contra David Sánchez, hermano del presidente, se ha visto envuelta en una trama insólita: emisarios del PSOE, apodados ya como “fontaneros”, viajaron a Badajoz con el objetivo de recabar información privada sobre la magistrada, con la esperanza de encontrar algún flanco por el que desacreditarla o forzar su apartamiento del caso.
Octubre de 2024. Dos militantes socialistas, identificados como Susana y Luis, aterrizan en Badajoz bajo la coordinación directa de Leire Díez, militante que dirige una estructura paralela dedicada a recopilar datos sensibles capaces de neutralizar investigaciones incómodas para el entorno presidencial. Su misión era clara: obtener detalles personales sobre la jueza Beatriz Biedma.
El encuentro no se celebró en ningún despacho oficial, sino en la cafetería La Marina —curiosamente, lugar habitual para los desayunos del propio David Sánchez—. Allí, un funcionario afín al partido les facilita información tan delicada como la dirección particular de Biedma, el empleo de su marido e incluso el colegio al que acuden sus hijos. Todo ello con la esperanza de hallar vínculos políticos o algún traspiés susceptible de ser utilizado contra ella. La realidad fue tozuda: no había tacha alguna ni irregularidad detectable en su historial.
Pese a ello, los fontaneros regresaron a Madrid con un dossier repleto de detalles privados que nunca debieron salir a la luz. Un episodio que recuerda a los peores tiempos del espionaje político en España.
El plan fallido para dinamitar el caso
El operativo no se limitó al espionaje. Según revela una grabación publicada recientemente, la célula clandestina liderada por Leire Díez —con participación activa del empresario Javier Pérez Dolset y el exjuez Luis José Sáenz de Tejada— mantuvo reuniones para urdir estrategias destinadas a apartar a la juez Biedma y “reventar” la investigación contra David Sánchez. Sáenz de Tejada llegó incluso a presentar una recusación contra Biedma, alegando supuesta enemistad manifiesta; sin embargo, el intento fue abortado por el propio juzgado, que señaló ánimo vengativo por parte del exmagistrado.
El propio auto judicial que manda al banquillo tanto a David Sánchez como al expresidente socialista provincial Miguel Ángel Gallardo y otros cargos por presunta prevaricación y tráfico de influencias deja constancia explícita del papel jugado por Pedro Sánchez como secretario general socialista y su capacidad para influir en los nombramientos clave.
Un juzgado ampara a la juez… y ofrece acciones penales
El escándalo ha escalado hasta el punto de que un juzgado pacense ha ofrecido a la magistrada Biedma ejercer acciones legales contra la principal fontanera socialista por espiarla y tratar de interferir en su labor. La iniciativa judicial reconoce las maniobras orquestadas desde las cloacas partidistas para cerrar la causa mediante prácticas inaceptables desde cualquier óptica democrática.
Además, se ha conocido que Leire Díez no solo movió hilos para obtener información sobre jueces y fiscales relacionados con el caso David Sánchez: también habría contactado con empresarios investigados por corrupción y ofrecido material comprometedor sobre otros actores clave, como el fiscal anticorrupción José Grinda.
La huella periodística: Entrambasaguas y las exclusivas que incomodan al poder
En esta madeja destaca un nombre propio: Alejandro Entrambasaguas. El periodista, curtido en investigaciones incómodas para todos los colores políticos, ha sido clave desvelando tanto los movimientos internos socialistas como las conexiones entre los actores implicados. Sus reportajes han servido para arrojar luz sobre las maniobras opacas en torno al caso David Sánchez, revelando datos inéditos sobre viajes sospechosos, reuniones discretas y filtraciones interesadas.
Entrambasaguas ha denunciado públicamente cómo buena parte de estas operaciones buscan “cortinas de humo” mediáticas para tapar los escándalos más graves. En palabras del propio periodista:
«Después de meses publicando todo lo del hermano de Sánchez le acaben imputando por cinco delitos».
Su labor ha sido reconocida incluso fuera del país por su rigor e independencia.
La Audiencia Provincial respalda a Biedma
Mientras tanto, las instancias superiores han dado cobertura legal a la labor instructora. La Audiencia Provincial de Badajoz ha avalado reiteradamente las diligencias adoptadas por Biedma frente a los recursos presentados por la defensa del hermano presidencial. El tribunal considera ajustadas las investigaciones sobre supuestas plazas “a medida” y contrataciones bajo sospecha en el área cultural provincial.
De hecho, uno de los puntos más controvertidos sigue siendo si existió un trato privilegiado hacia David Sánchez y colaboradores cercanos —como Luis Carrero— dentro del engranaje institucional pacense.
Curiosidades y datos insólitos
- El apodo “fontaneros” tiene reminiscencias históricas: así se denominaba también al grupo encargado del espionaje político durante el caso Watergate.
- Uno de los emisarios socialistas se presentó físicamente como “de complexión robusta y melena ondulada”, detalles casi literarios pero recogidos en testimonios oficiales.
- El epicentro social donde se celebró parte del espionaje —la cafetería La Marina— se ha convertido involuntariamente en uno de los lugares más vigilados (y fotografiados) por periodistas locales.
- El intento más burdo fue analizar masivamente todas las sentencias dictadas por Beatriz Biedma buscando un simple fallo administrativo… sin éxito alguno.
- El caso recuerda otros episodios recientes donde intentos similares fracasaron estrepitosamente; aunque esta vez todo quedó documentado gracias al celo periodístico y judicial.
- Leire Díez fue señalada también por intentar difundir vídeos comprometidos contra fiscales anticorrupción… con idéntico resultado nulo.
España vive estos días entre el asombro y la preocupación ante un episodio que pone a prueba tanto sus instituciones como su confianza democrática. Si algo queda claro es que ni jueces ni periodistas están dispuestos a dejarse amedrentar tan fácilmente.
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