Parece ser que del completo espacio temporal de los 166 días que transcurren entre las fechas que aportamos del 15-01-1236 y el 29-06-1236, tenemos, como enmarcación/intervalo/relato a considerar, aquella parte, que por varias motivaciones nos parece, además de descriptivamente interesante e incluso hasta muy impactante, como altamente sustanciosa y hasta significante, donde situada y cronológicamente, en doce de tales días, tiene lugar la “Cabalgada Benaventana”, que transcurre, en pleno invierno mesetario del Siglo XIII, a lo largo de, y se dice pronto, de más de 600 km.
Tal acción, que se pudiera tomar como un posible y tal vez conjeturable referente a seguir, de la “cabalgada benaventana”, en lo que hasta el momento presente tenemos noticia, de lo que [-.- de forma no profesional y solo por atraimiento cívico -.-] hemos podido cotejar, y ello salvo información demostrativa/ documentada/corroborada en contrario, no tiene parangón alguno en todo el territorio hispánico y puede que en más amplios espacios, tales como el europeo, asiático o americano, y no solo con la referencialidad medieval y si, y por el contrario, en mayores temporalidades históricas.
Hemos ya indicado, al hablar de otras temáticas, fueran medievales o no, que la “cabalgada benaventana” se asienta localizadamente, en lo que constituye su trayectoria física, sobre los extremos de las poblaciones de Benavente y Córdoba con la base espacial que, en la mayor parte de su itinerario, tiene su recorrido por la medieval Corona Leonesa y solo dejaría tal adscripción en una parte de su recorrido, ya una vez que sale desde la extremadura leonesa hacia las tierras de lo que, con el paso del tiempo, se conformaría como Reino de Córdoba.
Una vez que aparecen, como claros y nítidos, todos los aconteceres de la reconquista de “Córdoba y su área de influencia”, por las fuerzas bélicas en la obediencia y seguimiento del soberano Fernando III de León [-.- enraizado en la Casa Imperial del Regnum Imperium Legionensis -.-], pudiera ser que, así es sí así parece, otras aspectos que sobre tal y tan importante hecho incidieron, y que tuvieron extraordinaria resonancia en el mundo europeo de la Edad Media, tenga su parte en el relato general
Sin que ello sea el restarle importancia al relato finalista de tal recreación historia [-.- estamos hablando de la reconquista de Córdoba y su área de influencia -.-], parece que se hace hasta obligado el que los aconteceres contribuyentes a ellos vuelvan a recobrar protagonismo, tanto por su propio valor en sí mismos como por lo que ellos influyeron, con su aportación alícuota contribuyente, al resultado final, fuera por el hecho de la importancia concreta de la propia ciudad reconquistada o fuera incluso hasta por la dimensionalidad exteriorizante que sí tuvieron los hechos, vuelvan vivaz y remozadamente a estar en la descripción detallada de tal magno hecho histórico.
No hace falta insistir en que tenemos una Edad Media Hispánica, a niveles de los cursos de instrucción escolar, más que rebosante de nombres de soberanos y donde apenas se pueden detallar otros aspectos contribuyentes, que desde nuestra forma particular observable, debieran formar parte del curriculum.
Han pasado generaciones y generaciones de alumnos y alumnas por las aulas españolas, desconociendo que somos los embriones del parlamentarismo y de los derechos humanos, e incluso la figura de su adalid, el zamorano Alfonso IX de León [-.- que es el padre de quien comandó la “Cabalgada Benaventana -.-], fue ocultada, silenciada y anatematizada. Gracias a la impagable labor de algunos [-.- y cito, de forma entusiástica, expresa y directa al ciudadano Blanco Martinez (D. Rogelio) -.-] la UNESCO lo ensalzó y descubrió para todo el mundo como parte integrante de la memoria de la humanidad.
La “Cabalgada Benaventana” es el relato de un enlace, uno más, a tener presente tanto dentro de nuestra cotidianeidad más próxima como en otros formatos convivenciales de más larga distancia y con articulaciones que nos llevan hacia las formas de ser y de estar por las que se nos reconoce como individuos/ciudadanos de este mundo.
. Describe cómo unos pocos salen de tal población leonesa de Benavente camino del sur en plena época invernal, al solo objeto de ayudar a otros que, osada y atrevidamente, de forma valerosa, se habían introducido en un arrabal de Córdoba. Describe el cómo, en tal andadura, se le van sumando otras fuerzas de los lugares por donde cabalgan. Describe igualmente el cómo siendo tan escasos los auxilios bélicos que aportan a los intrépidos sitiadores de la imponente ciudad de Córdoba, agudizaron el ingenio con los artificios de los múltiples fuegos de campamento, que intimidaron a los sitiados, en espera de la llegada de más refuerzos. Describe …
Unos aspectos de la “Cabalgada Benaventana” que deducimos del relato histórico, se transmiten por encima de cualquier otro posicionamiento y es: (1°) la rauda determinación de “ir al sur”, hacia Córdoba, y (2°) de hacerlo con urgencia y rapidez. Los doce días de la “Cabalgada Benaventana” así lo atestiguan y su puesta en la escena histórica está más que sobradamente justificada, constituyendo una trayectoria paradigmática de gran expresividad, de emotiva intencionalidad y de descomunal incidencia.
Si algo hay que conmemorar a día 29 de junio, seguramente será la efemérides de la reconquista de Córdoba el día 29-6-1236. Ello fue posible y materializable gracias a la “Cabalgada Benaventana”.
Se hace necesario, y puede que hasta obligado, dar nuevas alas descriptoras a nuestra presencia integral pasada, en aras de nuestra mancomunada propia prevalencia tanto actual como futura. No podemos caer en el borrado de nuestra conformación fundacional, no podemos ignorar que la base del pueblo hispánico/español al levantarse descentralizada y espontáneamente, ¡ya en el 1807!, fue el germen de la sí Nación Española.
La Nación Española está en todas y cada una de sus reconocidas quince constitucionales (a data del 6-12-1978) alícuotas partes.