OPINIÓN

Manuel del Rosal: «Cinco  millones de años de evolución: De vivir acorde a los ritmos de la Naturaleza, a vivir acorde a los ritmos de la tecnocracia «

Manuel del Rosal: "Cinco  millones de años de evolución: De vivir acorde a los ritmos de la Naturaleza, a vivir acorde a los ritmos de la tecnocracia "

Tras 5 millones de años de evolución, resumiendo los postulados de Darwin y desde el punto de vista biológico y sociológico, con palabras de Pio Baroja, los hombres hemos alcanzado un milímetro por encima del mono, cuando no un centímetro por debajo del cerdo. A ello ha contribuido de forma notoria la mayor basura de esa evolución: la política.

Hace dos millones de años y según los entendidos, nuestros antepasados a lo más que llegaban mentalmente era a atiborrarse de carne de Mamut y sestear a la entrada de sus cuevas, con las manos sobre sus barrigas y emitiendo unos ronquidos que hacían temblar las raíces de los árboles. Y a esa conclusión llegan los expertos tras costosos y dilatados estudios porque es lo que seguimos haciendo en este siglo XXI, con la diferencia que nuestras barrigas están atiborradas de cerveza y nuestros ronquidos los expulsamos sonoramente desparramados en nuestros sofás.

No creo en la evolución. Ni siquiera en la evolución física, no digamos de la evolución mental, espiritual, psicológica y sociológica. No hemos evolucionado nada en relación con las taras que nos adornan y que hacen de nosotros lobos para nuestros semejantes. Cinco millones de años para seguir siendo una especie dentro de muchas especies que tan solo ha sabido evolucionar en lo material mientras que el espíritu, el alma, los sentimientos, no solo se han quedado estancados, sino que parecen haber desaparecido y dejado su lugar a unos algoritmos que establecen que es el bien y el mal. Alguien dijo con respecto a la evolución del hombre que esta ha pasado de ser una evolución que busca el paraíso perdido por nuestros errores, a una evolución digitalizada que empezó con el ordenador, caminó con el móvil y hoy duerme con la IA. El hombre ha cambiado las decisiones basadas en su inteligencia natural a las decisiones tomadas por máquinas y avanzamos a pasos agigantados hacia una inteligencia sin moral, sin amor y el nombre de esta nueva inteligencia de perfiles metálicos es perversión.  Jesús lo dice en Mateo 7:6-22 “No deis las cosas santas a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y os despedacen”

¿Hemos estado dando a los perros de la codicia y el poder a lo largo de estos dos últimos siglos Las cosas santas que hacían del hombre un ser humano? ¿Hemos echado a los cerdos de la política las perlas que adornaban las relaciones humanas basadas en la tolerancia y en el encuentro entre humanos? Y ahora, cuando la autocracia y la ciberdictadura nos las van metiendo con el embeleco de la IA, ¿Sabremos reaccionar o nos entregaremos a un mundo en el que el elemento menos importante es el hombre, sobre todo el hombre libre?

Dios dijo a Adán y a Eva que no comieran del árbol que contenía en sus frutos la ciencia y el conocimiento del bien y del mal porque “si lo comes, ciertamente morirás”

Hoy el cientifismo, la adoración a la cosa científica y la manipulación del bien y del mal por los hombres, nos está destruyendo. Para verlo basta hacer un repaso de las guerras, hambrunas, miserias morales y físicas y pobreza que asolan el mundo.

El hombre, comió del árbol de la ciencia, y desde ese momento en el que comenzó a tener conocimiento, lo utilizó para el mal no para el bien. a pesar de que ya sabía distinguirlos o precisamente por eso.

El árbol del Paraíso, el hombre lo ha derribado. y lo va sustituyendo poco a poco por un árbol cibernético que no da manzanas, sino chips, que no aporta conocimiento al que come de él, sino entreguismo a sus doctrinas virtuales.

MAROGA

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