Andan como las cabras por el monte,
saltando alegres de risco en risco,
y cuando el pastor las lleva al aprisco,
¡a rumiar! … Y sin que ninguna afronte
riesgo alguno, no sea que las atonte
más de lo que están … Suena como un disco
rayado esta canción, sin que de arisco
tachen a quien les paga su bisonte,
su cochinillo asado y su marisco;
¡faltaría más!, con lo bien -suponte
que fueras tu quien diera este mordisco-,
que se lo pasan … Con un horizonte
así, que hasta el mismo Papa Francisco
bendice, … ¡vale un mundo echarse al monte!.
Más en Cartas al Director
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home