Esteban Hernández: «Podemos cometió el error típico de una mala start up, pensar que bastaba con la fórmula que había inventado»

‘Nosotros o el caos’ (Deusto, 2015) surge como un proyecto nacido para satisfacer una deuda personal. Al autor, Esteban Hernández, periodista de El Confidencial, le quedó la sensación de haber dejado una tarea incompleta: su anterior ensayo, ‘El fin de la clase media’, que se detenía en el retrato de los perdedores de nuestra época, de sus formas de pensar, aspiraciones y contradicciones, y entendió que el paso siguiente era analizar también a los ganadores, su perspectiva vital y las ideas-fuerza que han puesto sobre la mesa y que están dibujando una sociedad inédita.–Esteban Hernández: «En Europa los partidos emergentes están siendo partidos dominantes y en España con Podemos va a ocurrir lo mismo»—

El libro trata dos temas principales: la empresa y la política. En ambos campos, analiza quiénes triunfan hoy y por qué y habla de asuntos como la estupidez funcional, la postburocracia, la regulación de la identidad, los cambios en el profesionalismo y del big data, señalando a través de testimonios de directivos y profesionales cuáles son las verdaderas consecuencias de los cambios que están aconteciendo.

En el terreno electoral, se acerca a la vieja y a la nueva política, a los mecanismos que han hecho triunfar a los partidos (antiguos y recién llegados), habla de cuáles son las variables que definen la aceptación popular, de quiénes tienen éxito en los partidos y por qué, y de cuáles son las características que definirán a los conservadores y a los progresistas en el siglo XXI, contando también con testimonios de políticos de alto y bajo rango, de asesores electorales y de aportaciones de expertos.

La obra se estructura en cuatro capítulos. El primero dedicado a la aceleración, a esa particular velocidad omnipresente en que nos desenvolvemos y que a menudo lleva a tomar decisiones vulgares y estúpidas, pero fácilmente transmisibles y poco problemáticas. El segundo recoge la transformación en la vida de las empresas, las nuevas lógicas por las que se rigen, los problemas de gestión cotidiana que se plantean y la mentalidad de quienes las dirigen.

El tercero se centra en el entorno político para analizar cómo lo viejo está reactualizándose y dando lugar a nuevos movimientos, a otro reparto del terreno de juego y a argumentos que giran fundamentalmente en torno a la dualidad formada por la estabilidad y el riesgo. Y, por último, el cuarto, explica cómo y por qué lo descrito en los capítulos anteriores ha configurado un nuevo conservadurismo y cuáles son las características que lo definen.

Han sido múltiples las fuentes consultadas para la elaboración del libro, desde empresarios de éxito hasta asesores políticos pasando por aspirantes a académicos reconocidos, trabajadores precarios, directivos de larga trayectoria o políticos en activo.

EXTRACTOS DEL LIBRO

“Podemos cometió el error típico de una mala start up, pensar que bastaba con la fórmula que había inventado”

“Rajoy no sabe montar equipos, lo que le impidió consolidar un grupo a su alrededor. No se significaba demasiado, no aparecía como una opción evidente, no tenía una postura marcada, lo cual provocó que fuera un candidato mucho menos molesto que otros”

“La nueva derecha, la que está triunfando, incluye algunos elementos paradójicos, porque se nutre de un buen número de simpatizantes que les votan cuando quieren defender lo contrario…Esta derecha ha tomado para sí buena parte de las lecciones de la izquierda post-68”

“Lo nocivo para esta derecha revolucionaria son esas virtudes sociales que la nueva izquierda despreció… virtudes que tienen que ver con la lentitud, la solidez, la reflexión y el bien común, y son justo las que necesitamos los seres humanos para tener una vida digna de ese nombre»

«Está claro que un partido como Podemos tiene muchas similitudes con Facebook. No estamos ante una formación que surgiera de la nada, porque se apoyó en un suelo social que ya estaba ahí».

«El discurso conservador no apuesta por la construcción de otros modelos de sociedad, no promete un mundo mejor y tampoco asegura la resolución definitiva de los grandes problemas. Lo que sí hace es prometerte evitar el caos al que te llevarán los demás».

«Para los conservadores, el problema es que mostramos debilidad a menudo, ya que nos hemos acomodado y creemos ilusamente que las prestaciones que recibimos son gratis, en parte porque nos mostramos demasiado tolerantes con lo que nos puede perjudicar».

«Para los conservadores, tratar de dialogar con los elementos perturbadores de la racionalidad común, como los independentistas, es lo que abre la puerta al deterioro social».

«El triunfo de Podemos vino, pues, por hacer las cosas a la inversa de las creencias dominantes, y ahí radicó su caudal innovador».

«Para los progresistas, los conservadores son un problema para el conjunto de la sociedad; no estamos ante personas que defienden lealmente opciones ideológicas, sino ante enemigos del bien común que esconden bajo la retórica política el deseo de seguir conservando sus privilegios».

«La gentrificación, ese proceso por el que barrios pauperizados y deteriorados se revitalizan mediante la llegada de habitantes de mayor poder adquisitivo, es un buen ejemplo de cómo lo nuevo y lo viejo se mezclan en nuestro tiempo y de los resultados paradójicos que terminan produciendo. La gentrificación tiene en España un lugar paradigmático, Malasaña».

«La rebelión de los excluidos: los perfiles de quienes inician las revueltas son muy similares a los de quienes han puesto en marcha los nuevos partidos. Éste es el caso de Iglesias y sus dos socios, Errejón y Monedero, personas que intentaron luchar contra estructuras que no les dejaban espacio, pero también en distintos planos el de Rosa Díez, que salió del PSOE para formar UPyD, o el de Albert Rivera, que militó en Nuevas Generaciones del PP para acabar poniendo en marcha Ciudadanos».

«El éxito de Pablo Iglesias se produjo precisamente por ir a contrapelo de todas las formas de actuación activista».

«La estrategia del miedo: los partidos conservadores han subrayado las imágenes de la inexperiencia técnica y de la futilidad ideológica que había señalado Albert Hirschman, pero sobre todo su carácter de amenaza absoluta para la pervivencia de la normalidad social. Nosotros somos moderados y racionales, vosotros sois radicales que traeréis el caos».

«La construcción de Podemos como un partido peligroso para el sistema que haría que los capitales se fugasen de España y que nos convertiría en Venezuela no era más que la radicalización de los adjetivos con que venían calificando a sus opositores, ya fuera el PSOE; los partidos nacionalistas o la izquierda minoritaria».

«La izquierda extraparlamentaria de las últimas décadas optó por abandonar a las clases obreras, en parte por su menguante aceptación entre ellas (decían de sí mismas que eran clases medias), en parte porque creyó haber encontrado un nuevo modelo de análisis que le permitiría extenderse hacia otros colectivos como los inmigrantes, los ecologistas y el LGTB».