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Hay restaurantes que se limitan a servir platos, y luego está Materia Prima. Un lugar donde el acto de comer se convierte en una conversación íntima entre el comensal y los ingredientes más frescos. A dos pasos del Santiago Bernabéu, este local lleva más de una década demostrando que la verdadera revolución gastronómica no está en las técnicas vanguardistas, sino en la honestidad de un producto bien tratado.
El mercado como carta de presentación
Lo primero que sorprende al entrar son las vitrinas. No hay menús cerrados ni raciones impuestas: aquí eliges qué, cuánto y cómo. Gambas de Isla Cristina que parecen recién salidas del mar, lubinas con el brillo intacto, carnes rojas de La Finca que prometen deshacerse en el tenedor.
«¿Tres cigalas o tres docenas? ¿Cocidas o a la plancha?». La pregunta la hace el cliente, no el chef.
La idea nació de una anécdota cotidiana. Ricardo Garrastazu, el cerebro detrás del proyecto, se cansó de escuchar a su mujer quejarse de las raciones excesivas en los restaurantes. «¿Por qué no puedo pedir solo lo que me apetece?». Ese dilema dio forma a Materia Prima en 2012: un espacio donde la libertad es tan importante como la calidad.
Producto primero, siempre
Aquí no hay florituras. Las alcachofas se presentan con su rusticidad intacta, los tomates saben a tomate, y el steak tartar se prepara al momento con carne madurada. La cocina es de temporada y de proximidad, pero sin dogmatismos. El pescado llega diario de las lonjas de Ayamonte e Isla Cristina; las carnes, de ganaderías con nombre y apellido.
El secreto está en la sencillez. «Cuando tienes un rape recién llegado o una gamba que aún huele a mar, no necesitas esconderlos bajo salsas», comenta uno de los sumilleres mientras sirve un Ribera del Duero que complementa sin eclipsar. La bodega, como todo aquí, está pensada para realzar, no para impresionar.
Take away gourmet: el mercado en tu casa
La pandemia aceleró lo que ya era una seña de identidad: su servicio de take away. No es comida para llevar al uso. Es la misma experiencia del restaurante —pescado al peso, carnes cortadas al momento— pero en tu cocina.
«Muchos clientes nos piden que les preparemos la materia prima para cocinarla en casa. Les damos instrucciones, pero al final, el control lo tienen ellos», explica Ricardo.
Un postre (y una despedida) con sorpresa
El broche lo ponen postres como la tarta fina de manzana o el coulant de chocolate, pero lo que perdura es la sensación de haber participado en algo más que una cena. Materia Prima no es un restaurante al uso; es un diálogo constante entre el producto y quien lo disfruta.
Trece años después, el local sigue fiel a su esencia: vitrinas llenas de vida, servicio cercano y esa rara habilidad para hacerte sentir que has descubierto un secreto. «La gente vuelve antes de lo planeado», ríe el equipo. No es extraño. En un mundo de menús cerrados, poder elegir hasta la última gamba es un lujo que sabe a libertad.
Restaurante Materia Prima
ð *C/ Doctor Fleming, 7 (28036 Madrid)*
ð *913 440 177*
ð www.materia-prima.es
ð¶ Precio medio: 50€
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