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Antes de nada, la noticia y cierto contexto, porque:
El pasado jueves, 4 de diciembre de 2025, el futbolista del Celta Hugo Mallo fue condenado en firme por un delito de abusos sexuales por haberle palpado los pechos a la mujer que hacía de mascota del Espanyol en la presentación de un partido de Liga.
Esta condena llegaba sólo horas después de que el miércoles, en pleno prime time televisivo en el primer canal de la televisión pública española, el actor y director de cine Eduardo Casanova tratase de tocarle los genitales al presentador del programa La Revuelta al grito de «¡ay, que te cojo la churra!», sin que ninguna voz de la izquierda –tan vigilante ante hechos similares cuando los protagonistas no son de su cuerda– haya sido escuchada criticando esa actuación.
En el caótico pero controlado ambiente de La Revuelta, el humor de David Broncano oscila entre lo absurdo y lo políticamente incorrecto.
Sin embargo, lo que sucedió en un episodio reciente con Eduardo Casanova durante el ‘prime time’ de TVE cruzó la línea del mal gusto y dejó al presentador completamente paralizado.
En medio de una entrevista en un teatro de Madrid, el actor, famoso por su estética rompedora y su humor provocador, se levantó de su asiento y, sin previo aviso, intentó tocarle la entrepierna a Broncano mientras este permanecía sentado.
La cámara captó el gesto con claridad: Casanova se acerca rápidamente, realiza un movimiento con la mano y Broncano reacciona dando un respingo, apartándose y levantando las manos como si dijera “¿pero qué haces?”.
El público del plató tardó un instante en asimilarlo, pero rápidamente estalló en risas. Broncano, elevando notablemente su tono de voz, le gritó: “¡Eduardo, no! ¡No me toques la churra!”. Casanova, impasible, sonrió de medio lado y regresó a su lugar como si nada hubiera ocurrido.
Este momento ya está circulando por las redes bajo el hashtag #CasanovaLeTocaLaChurraABroncano, generando todo tipo de reacciones.
Algunos lo consideran una broma fuera de lugar para un programa destinado al gran público. Otros lo defienden como parte del estilo irreverente que caracteriza a ambos: Broncano, con su humor negro y su obsesión por desafiar los límites; Casanova, con su estética de arte provocador y su inclinación a romper las normas del decoro. En plena era donde la sensibilidad hacia el consentimiento y el acoso es crucial, un gesto así —aunque sea “en broma”— desata debates inevitables.
Aunque el ambiente del programa es festivo y lleno de improvisación entre amigos, no hay que olvidar que se trata de un espacio público donde hay cámaras, público presente y millones de espectadores al otro lado. Que un invitado se levante para realizar un gesto tan íntimo hacia el presentador sin previo aviso roza lo incómodo. Broncano optó por tratarlo como una broma más; sin embargo, su reacción fue evidente: sorpresa e incomodidad ante la necesidad urgente de establecer límites claros.
Curiosidades y datos locos del rodaje
Este no es el primer momento “tierra, trágame” que se vive en La Revuelta. Hace poco, María León compartió en el mismo programa una anécdota del rodaje de Silencio que dejó a todos boquiabiertos: durante una escena en la que aparece semidesnuda inyectándose heroína, tuvo que detenerse porque se le veía “la cuerda del tampón”. Su respuesta fue inmediata: *“Así que me la metí en el cu* delante de todo el equipo”.
No es la primera vez que Casanova aparece en el late show de Broncano con un humor que flirtea con lo escatológico. En otras ocasiones ha abordado sin tapujos temas como sexo, identidad de género o corporalidad; siempre fusionando crudeza con teatralidad. En La Revuelta, su presencia suele atraer momentos virales; no siempre por lo que dice sino por cómo lo dice —y por sus acciones inesperadas.
Un dato curioso más: el programa se graba en un teatro del centro de Madrid, con un público joven muy entregado a las bromas. Muchos asistentes son seguidores acérrimos del humor de Broncano y suelen reaccionar con entusiasmo ante cualquier provocación. Sin embargo, esta vez las respuestas fueron más contenidas: risas sí, pero también miradas sorprendidas y algún silencio incómodo flotando en el aire.
Momentos más polémicos de La Revuelta
Si tuviésemos que hacer un ranking sobre los momentos más incómodos o controvertidos de La Revuelta, desde luego el intento de Casanova por tocar a Broncano estaría entre los primeros lugares; pero no sería el único. Aquí algunos otros momentos dignos de mención:
- El intento de “coger la churra” de Eduardo Casanova a David Broncano
- Por lo inesperado del gesto físico y la controversia generada.
- Puntuación: 9/10 en polémica; 8/10 en viralidad.
- María León y la cuerda del tampón durante el rodaje de Silencio
- Por la crudeza del relato junto a la naturalidad con la que lo narró.
- Puntuación: 8/10 en escándalo; 10/10 en autenticidad.
- Broncano y la colonia del corazón anatómico
- Un clásico dentro del humor absurdo y doble sentido ya convertido en meme popular.
- Puntuación: 7/10 en polémica; 10/10 en legado cultural.
- La confesión íntima de Broncano sobre las mentiras acerca de su pareja en los medios
- Un instante personal que tocó fibras sensibles sobre la vida privada de los famosos.
- Puntuación: 6/10 en polémica; 9/10 en sinceridad.
- La imposición ministerial sobre los invitados al programa
- No es un momento cómico per se pero sí digno de mención surrealista: que sea el Gobierno quien decida quién puede aparecer o no en televisión.
- Puntuación: 5/10 en humor; 10/10 en surrealismo.
En este contexto, lo ocurrido con Casanova no es solo una anécdota más; se trata realmente de un peldaño más alto dentro del continuo desafío a las normas establecido por este late show emitido por La 1. Broncano ha cimentado su carrera sobre ese humor incómodo pero también sobre mantener cierto respeto hacia los límites personales ajenos. Aunque parece que el público aguanta cualquier cosa, hay ocasiones donde esas fronteras se difuminan demasiado.
Lo innegable es que La Revuelta continúa siendo uno de los programas más impredecibles dentro del panorama televisivo español. Un espacio donde cualquier cosa puede suceder: desde confesiones íntimas hasta intentos directos e inesperados como tocar “la churra” ante millones de espectadores conectados al mismo tiempo. Y eso —para bien o para mal— es precisamente lo que lo convierte en fenómeno mediático.
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