Ferrán Adriá: «La cocina que me gusta es la buena «

(PD/Agencias).- Le sobran motivos para ser feliz; pero su secreto es sacarle el máximo partido a cada momento del día. Su saber hacer y su técnica han convertido a Ferran Adrià (L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona, 1962) en uno de los cocineros más brillantes del panorama culinario actual. Al que, por cierto, aterrizó por pura casualidad.

Lo entrevista Diana Font en ADN y es un placer leer lo que dice. Damos un resumen.

Llegó a la cocina fregando platos. Quién se lo habría dicho entonces…

Estaba estudiando Administración para hacer Economía y me quería ir de vacaciones a Ibiza. Para pagar las vacaciones busqué ese trabajo. En mi vida hay cuatro o cinco casualidades que hacen que estemos hablando ahora. No estaba predestinado.

¿España es mejor que Francia en la cocina?

Con que estemos al lado, estoy contento. Aunque la vanguardia culinaria de los últimos diez años está en España.

¿Y eso en qué se nota?

A quien tienen más respeto los restaurantes más importantes del mundo es a Francia y a España. Cuando llegas a estos restaurantes y dices que eres español, piensan: Ostras, cuidado que este sabe de cocina (ríe).

¿Le quedan muchas técnicas por descubrir?

Uno nunca sabe lo que está por descubrir. La importancia de las técnicas la marca el tiempo. Las famosas espumas, en el año 94, eran algo que se denostaba y hoy en día es una técnica muy normal.

¿La gente de la calle entiende lo que es la cocina de autor?

Ni yo la entiendo… (ríe). No se entiende algo si no lo estudias y la gente no tiene ninguna obligación de entender la cocina.

¿Delante de qué plato disfruta más?

La felicidad es ver el lado positivo de la vida. Con un plato pasa lo mismo. Mientras tenga nivel, disfruto de una tortilla de patatas, un gazpacho o del jamón. ¿Para qué tener que escoger?

Pero tendrá una cocina preferida, ¿no?

La buena.

¿Se puede preparar un menú digno en 20 minutos?

Claro, un pescado a la plancha acompañado de unos espárragos a la sartén con aceite de oliva y calabacín, por ejemplo. Algo bueno y rápido.Y de entrada, si se quiere, se puede optar por un gazpacho comprado, ya preparado, que ahora los hay extraordinarios.